Pelillos a la mar: 11 actores que mejoraron al quedarse calvos

Dwayne Johnson ('San Andrés') no fue el único astro de la pantalla en beneficiarse de un terremoto capilar: compruébalo en esta galería
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El estreno esta semana de San Andrés nos trae un estruendo con el que estamos ya muy familiarizados. No nos referimos a ese terremoto que (por cosas de la ecuación “sismología + cine de catástrofes = follón asegurado”) se dispone a dejar California hecha papilla. Nos referimos al retumbar de los pasos de Dwayne Johnson, ese ex luchador de catch y estrella de acción al que por estos pagos seguimos llamando ‘La Roca’Además de dejar claro que a él no le conmueven unos cuantos grados en la escala de Ritcher, Johnson nos demuestra aquí otra cosa, porque hace ya mucho tiempo se ha convertido ya en uno de esos calvos de cine con cuya presencia la pantalla reluce. Su caso es especial, eso sí, porque, cuando necesita volver a lucir pelo sobre su cabeza, Dwayne no se conforma con menos que con una peluca hecha con vello púbico de yak, como la que lució en su Hércules.
Aunque no tomen medidas tan drásticas como las de Dwayne Johnson, y aunque no tengan el currículum alopécico de Patrick Stewart (quien se quedó completamente calvo a los 18, y lleva luciendo bisoñés desde entonces), todos los actores que te presentamos en esta galería demuestran que perder la cabellera puede ser una suerte para un actor. Además de acrecentar el carisma mediante un look poco habitual, y de probar que uno está al margen de modas y de ese culto a la juventud tan latoso, le permite librarse de esos estilismos capilares que tan mal aguantan el paso del tiempo, sobre todo si la juventud de uno transcurrió durante los 80. Fíjate en estas fotos, y comprobarás que, en todas ellas, el “antes” tiene mucha menos gracia que el “después”, aunque luzca más pelo.

Jason Statham

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Antes de convertirse en actor por consejo de su amigo Guy Ritchie, ‘The Stath’ fue nadador de competición. Ahora que su perfil es mucho más hidrodinámico, es normal que coseche mejores marcas.

Samuel L. Jackson

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Los anuarios de instituto, esa mina de imágenes sorprendentes, nos permiten comprobar dos cosas: que, siendo un chavalín, Samuel tenía ya la chulería de todo un Nick Furia, y que a Tarantino no le costó encontrar inspiración para el afro del actor en Pulp Fiction.

Vin Diesel

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Vale: el rostro de la saga Fast & Furious ya imponía bastante cuando su cráneo aún estaba poblado. Pero, si tuviéramos que describir en una imagen su paso de nerd loco por los juegos de rol a rey de la acción tuneada, la de arriba nos sobraría.

Ben Kingsley

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A la izquierda, un señor con pinta de empleado de banca. A la derecha, uno de los actores más polifacéticos de la historia del cine, que lo mismo te hace un Gandhi que te rueda una con Isabel Coixet o se convierte en el Mandarín para Marvel. ¿Hace falta decir más?

Bruce Willis

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El gracejo cómico de Willis en Luz de luna (ese que ponía de los nervios a Cibyll Shepherd) es incuestionable. Pero fue llegar La jungla de cristal, empezar a acrecentarse sus entradas y nacer, no sólo una estrella de acción, sino también un sex symbol.

Stanley Tucci

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Más secundario de lujo que estrella propiamente dicha, Tucci es uno de esos actores que exudan clase y elegancia por todos sus poros, incluyendo los de la cabeza. Cualquiera lo hubiera dicho viendo esos dientecillos prominentes y, sobre todo, esa pelambrera de los 70…

Terry O’Quinn

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Si tuvieras que elegir, ¿cómo querrías que te llamasen? ¿”El calvo de Perdidos” “ese señor con pinta de interpretar a un pizzero salido en una peli porno”? La respuesta, creemos, es obvia.

Antonio Resines

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Al igual que la trama de Los Serrano, el exceso de pelaje es un sueño del que conviene despertar a tiempo: el Resines que hoy todos conocemos y amamos sólo surgió del todo cuando el actor se desprendió, no sólo de su cabellera, sino también de ese bigote que lució durante los ochenta.

Santiago Segura

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Contraviniendo el refrán, un calvo con melena puede ser mucho más digno que un chaval regordete luciendo ese peinado de difícil descripción (¿un mullet de Carabanchel”?) en un concurso de la TVE protohistórica.

Yul Brynner

yul
Ejemplo añejo, pero inevitable: el calvo entre los calvos del cine clásico se convirtió en una presencia regia, o más bien faraónica (véanse Los diez mandamientos) cuando sus raíces comenzaron a flaquear.

Woody Harrelson

woody

Sobran las palabras. Y la laca, también. Incluso él parece abochornado…

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