De vez en cuando surgen proyectos que generan tal antipatía en los espectadores antes de su estreno que parece que sólo pueden ser unos bodrios. Hay casos en los que esas sensaciones demuestran ser acertadas, pero en otras ocasiones esos prejuicios crean un odio inmerecido hacia cintas bastante mejores de lo que parecía que iban a ser. ‘Cuatro Fantásticos’ (Fantastic Four) es, hasta cierto punto, una de ellas.
Todo el que se haya querido informar un poco ya sabe a estas alturas que Fox hizo ‘Cuatro Fantásticos’ para no perder los derechos sobre los personajes, que a última hora redujo el presupuesto en 30 millones de dólares y que Josh Trank, director de la misma, culpó a la productora del desastre en el que se ha convertido. Todo apuntaba a un truño gigantesco, pero lo cierto es que estamos ante una propuesta estimable que sólo hace honor a su fama durante sus horribles minutos finales.
’Cuatro Fantásticos’, un reinicio interesante
Muchos han criticado que ‘Cuatro Fantásticos’ vuelvan a contarnos el origen de dicho grupo de superhéroes, pero también han mostrado un desprecio considerable hacia todos los cambios introducidos en un reboot que bebe más de su universo ultimate. Por mi parte, no tuve demasiados problemas con ninguno de los dos, ya que la versión anterior era puro entretenimiento de usar y tirar –no entraré ahora en su calidad como tal- y aquí se nota un intento de querer ir más allá de eso y dar una importancia notable a los personajes y la dinámica que va formándose entre ellos.
Todo ello ya se percibe desde un acertado prólogo en el que se establecen las bases de la relación entre Reed y Ben. No faltan ciertos lugares comunes –a estas alturas casi todo lo es en un relato de estas características-, pero resulta interesante dentro de su ligereza, algo que definirá a la película en todo momento. La clave aquí es que ‘Cuatro Fantásticos’ pronto empieza a dar la sensación de ser un piloto extendido para una serie de televisión más que una película en sí mismo, y ahí encontramos el origen tanto de sus fortalezas como de sus debilidades.
No tengo claro si esto es algo que Trank buscase o consecuencia de los cambios introducidos por Fox –es obvio que hay detalles del desarrollo de personajes que se han quedado en la sala de montaje-, pero lo cierto es que funciona con inesperada eficacia durante los dos primeros tercios de metraje, ya que ‘Cuatro Fantásticos’ consigue un agradable tono ligero sin restar en ningún momento importancia a lo que está contando, gozando además de un ritmo bastante dinámico mientras nos va contando cosas sobre los protagonistas y avanzando en la peculiar misión que han de completar.
De hecho, hasta consigue dar una explicación bastante digna a un acto que normalmente consideraría una temeraria estupidez, y además lo hace sin complicarse demasiado. Esto es lo que define a ‘Cuatro Fantásticos’ hasta que se acuerda de que tiene que contentar a ciertas exigencias de los fans del cine de superhéroes –una épica pelea contra el villano de turno es la más importante-, y es ahí donde todo se viene debajo de forma estrepitosa. Una pena, porque hasta entonces tenía sus debilidades –hay un pelín de carga expositiva de más y ciertas líneas de diálogo mejorables-, pero yo estaría encantado de ver más, en parte por, pese a no ser nada especialmente memorable –además, se notan mucho los cortes y los añadidos están introducidos de forma un poco cutre-, el buen trabajo y la química que hay entre sus protagonistas.
Una película de superhéroes deficiente
Ya os comentado que ‘Cuatro Fantásticos’ me ha transmitido la sensación de ser un episodio extendido –o doble- de inicio de una serie de televisión. El hacer tanto hincapié en los personajes y las bases de la historia o el plantear semillas de cara a un posible triángulo amoroso entre tres de los protagonistas pero entrando en ello de una forma superficial –ojo, este punto es aplicable a todo lo referente a la presentación de personajes, que funciona teniendo en mente que en próximas aventuras recibiremos más información- son sólo detalles que palidecen ante el hecho de que incluso hay un flashforward que remarca el momento en el que acabaría el primer episodio y empezaría el segundo.
La cuestión es que ‘Cuatro Fantásticos’ es una película de superhéroes y como tal no me sorprendería que su extenso arranque pueda resultar frustrante al ir avanzando cosas sin terminar de llegar a nada concreto. Yo no soy de esa opinión, pues una de mis grandes quejas ante las películas iniciales de una saga de superhéroes es que existe tal obsesión por utilizar de buenas a primeras un villano emblemático que acaba siendo infrautilizado.
De hecho, me hubiese encantado que ‘Cuatro Fantásticos’ fuese únicamente la historia de cómo los protagonistas obtienen superpoderes y cómo acaban convirtiéndose en un grupo de superhéroes. Si me pones algún villano menor para demostrar que ya están sincronizados y me metes una escena post-créditos adelantando al megaenemigo de la secuela –que igual es el que envió al malvado secundario a intentar acabar con ellos-, pues ningún problema.
Por desgracia, ‘Cuatro Fantásticos’ se convierte en otra cosa muy diferente durante su último acto y lo hace de la peor de las maneras posibles. ¿Qué es lo que pasa? Pues que el tono cambia drásticamente para intentar volverse más épico, se introduce a un villano que sabemos que es importante, pero que la película nunca llega a demostrarlo y además se opta por una sobredosis de escenas de acción mal rodadas, mal interpretadas -¿será casualidad que sea aquí cuando los actores menos transmiten?- y con unos efectos visuales –hasta entones no habían sido nada del otro mundo más allá de lo bien que luce La Cosa, pero sí eran al menos cumplidores- de juzgado de guardia.
Lo peor de todo es el mal sabor de boca que deja lo que no es más que un pegote introducido a la desesperada para intentar dar al público lo que se supone que debe darte una película de superhéroes. El resultado de eso es un desastre absoluto que incluso hace que las virtudes de la película hasta entones a uno dejen de importarle, y eso si no había desconectado ya por no estar interesado en estar forma de salirse del molde. Por mantener el símil con una serie de televisión, es como si concluyesen el piloto doble saltándose todo el desarrollo posterior para ir directos a un final de temporada de esos que te hacen dejar de ver algo y maldecir el tiempo empleado para ver todo lo anterior.
En definitiva, ‘Cuatro Fantásticos’ es una película con más virtudes que defectos durante la mayor parte de su metraje, pero eso solamente si aceptas su particular visión de la historia en lugar de esperar lo habitual en las cintas de presentación de superhéroes. Lamentablemente, su horrendo final acaba siendo decisivo y me impide recomendarla. Si acaso, volved a los héroes de la vieja escuela y dejaos seducir por la quinta misión imposible de Tom Cruise o por la otra divertida cinta de espías que hay en cartelera.
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