El inminente estreno del impresionante regreso
de Star Wars a la gran pantalla va a acaparar la gran mayoría de
charlas relacionadas con el séptimo arte durante los próximos días, pero
‘Star Wars: El Despertar de las Fuerza’ (Star Wars: The Force Awakens) no es la única película que llega este viernes 18 de diciembre a los cines españoles. De hecho, también lo hace ‘Sufragistas’
(Suffragette), un drama basado en hechos reales que en su momento sonó
mucho de cara a los próximos Oscar, pero que hace ya tiempo que perdió
bastante fuelle en ese frente.
Os vais a cansar de oír que ‘Sufragistas’ es una película importante, algo que sólo puedo compartir en lo referente al tema que aborda. La obtención del voto por parte de las mujeres es sin duda un hito histórico que nadie debería poner en duda. El problema es que la película protagonizada por Carey Mulligan es tan consciente de ello que cree que con eso ya es más que suficiente para dar pie a una gran película, lo cual acaba provocando que sus altas aspiraciones acaben en saco roto por no esforzarse en desarrollar el material que tiene a su disposición.
Suele destacarse mucho más la superficialidad de un guión cuando se
habla de un blockbuster, pero se tiende a minimizar este detalle en los
relatos menos centrados en el apartado visual y en los que, por regla
general, los actores suelen adueñarse de la función, ya sea porque le
dan cancha libre para hacerlo o porque su talento sobresale casi a la
fuerza por encima del resto del material. En este caso sucede una mezcla
de ambas cosas, ya que tanto el guión de Abi Morgan como el trabajo de dirección de Sarah Gavron parecen tener más interés en que sus actrices se luzcan que en ser más incisivas en la historia que cuentan, y además Mulligan aprovecha de forma notable que su personaje es, de lejos, el que más relieve tiene.
La cuestión es que es cierto que Mulligan sabe sufrir muy bien –aunque eso no debería pillarnos de sorpresa conociendo su carrera hasta la fecha- y que refleja de forma bastante certera la evolución emocional de su personaje, consiguiendo que fluya de bastante natural, pero es que ‘Sufragistas’ sacrifica demasiado para conseguirlo, ya que prácticamente todo y todos los que rodean a su personaje están supeditados a ella. El perfecto ejemplo de eso lo tendríamos en su marido y su hijo, ya que ahí es donde resulta más pronunciado –aunque la compañera de trabajo que es básicamente ella de joven también tiene lo suyo-, pero está siempre presente ahí y acaba resultando un tanto molesto.
Con esto no quiero hacer de menos el trabajo del resto de miembros del reparto, ya que todos ellos hacen lo que buenamente pueden. Por ejemplo, Meryl Streep se luce en su única secuencia –eso sí, otra nominación al Oscar no se merece-, mientras que Ben Whishaw al menos logra transmitir más sobre el conflicto de su personaje de lo que hay de por sí en el libreto y Helena Bonham Carter dota de esa incuestionable determinación hacia la causa al suyo. Lo menos estimulante es que todos saben a poco, a una especie de aperitivo sin que nunca llegue el plato principal porque está reservado en exclusiva para Mulligan.
Tampoco ayuda demasiado que la forma de abordar la historia sea tan correcta y previsible,
mostrando lo más evidente para entender las motivaciones de las
sufragistas para hacer todo lo que esté en su mano para conseguir el
derecho a voto. Ahí no creo que nadie pueda poner pegas, pero es que van
pasando por diferentes etapas sin ahondar realmente en ninguna, básicamente contando poco más de lo que uno descubriría leyendo un artículo no especialmente elaborado sobre el tema.
Lo único que se me ocurre es que sus responsables confiaban tanto en la importancia del tema tratado que se confiaron y creyeron que con eso era suficiente. De esta forma parece más una lección de historia que un relato audiovisual, ya que su directora tampoco muestra especial preocupación en resaltar nada más allá de dejar espacio a Mulligan para lucirse y de no entorpecer un acabado técnico bastante solvente. Una puesta en escena meramente funcional que deja aún más al descubierto las debilidades de ‘Sufragistas’.
Ese punto es algo que va resultando cada vez más dañino a la película, ya que la falta de profundidad y de riesgos se lleva muy mal con el hecho de asumir esa trascendencia de la historia que nos está contando. Aquí es verdad que habrá a quienes ya le valgan con la fuerza que tiene de por sí el tema, pero a mí me acabó transmitiendo cierta sensación de soberbia, de que la película se creía mucho mejor de lo que es.
En definitiva, ‘Sufragistas’ es una película fallida porque confía demasiado en la fuerza de la historia que cuenta sin darle el apoyo necesario y además sacrifica demasiadas cosas en beneficio del lucimiento de su protagonista. Tampoco llega a ser mala, pero palidece en comparación al estupendo regreso de Star Wars y además se entiende perfectamente que, salvo sorpresa de última hora, se haya quedado fuera de la carrera por el Oscar.
Via:blog de cine
Os vais a cansar de oír que ‘Sufragistas’ es una película importante, algo que sólo puedo compartir en lo referente al tema que aborda. La obtención del voto por parte de las mujeres es sin duda un hito histórico que nadie debería poner en duda. El problema es que la película protagonizada por Carey Mulligan es tan consciente de ello que cree que con eso ya es más que suficiente para dar pie a una gran película, lo cual acaba provocando que sus altas aspiraciones acaben en saco roto por no esforzarse en desarrollar el material que tiene a su disposición.
’Sufragistas’, al servicio de Carey Mulligan
La cuestión es que es cierto que Mulligan sabe sufrir muy bien –aunque eso no debería pillarnos de sorpresa conociendo su carrera hasta la fecha- y que refleja de forma bastante certera la evolución emocional de su personaje, consiguiendo que fluya de bastante natural, pero es que ‘Sufragistas’ sacrifica demasiado para conseguirlo, ya que prácticamente todo y todos los que rodean a su personaje están supeditados a ella. El perfecto ejemplo de eso lo tendríamos en su marido y su hijo, ya que ahí es donde resulta más pronunciado –aunque la compañera de trabajo que es básicamente ella de joven también tiene lo suyo-, pero está siempre presente ahí y acaba resultando un tanto molesto.
Con esto no quiero hacer de menos el trabajo del resto de miembros del reparto, ya que todos ellos hacen lo que buenamente pueden. Por ejemplo, Meryl Streep se luce en su única secuencia –eso sí, otra nominación al Oscar no se merece-, mientras que Ben Whishaw al menos logra transmitir más sobre el conflicto de su personaje de lo que hay de por sí en el libreto y Helena Bonham Carter dota de esa incuestionable determinación hacia la causa al suyo. Lo menos estimulante es que todos saben a poco, a una especie de aperitivo sin que nunca llegue el plato principal porque está reservado en exclusiva para Mulligan.
Se cree mejor de lo que es
Lo único que se me ocurre es que sus responsables confiaban tanto en la importancia del tema tratado que se confiaron y creyeron que con eso era suficiente. De esta forma parece más una lección de historia que un relato audiovisual, ya que su directora tampoco muestra especial preocupación en resaltar nada más allá de dejar espacio a Mulligan para lucirse y de no entorpecer un acabado técnico bastante solvente. Una puesta en escena meramente funcional que deja aún más al descubierto las debilidades de ‘Sufragistas’.
Ese punto es algo que va resultando cada vez más dañino a la película, ya que la falta de profundidad y de riesgos se lleva muy mal con el hecho de asumir esa trascendencia de la historia que nos está contando. Aquí es verdad que habrá a quienes ya le valgan con la fuerza que tiene de por sí el tema, pero a mí me acabó transmitiendo cierta sensación de soberbia, de que la película se creía mucho mejor de lo que es.
En definitiva, ‘Sufragistas’ es una película fallida porque confía demasiado en la fuerza de la historia que cuenta sin darle el apoyo necesario y además sacrifica demasiadas cosas en beneficio del lucimiento de su protagonista. Tampoco llega a ser mala, pero palidece en comparación al estupendo regreso de Star Wars y además se entiende perfectamente que, salvo sorpresa de última hora, se haya quedado fuera de la carrera por el Oscar.
Via:blog de cine
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