'Midnight Special' de Jeff Nichols es lo que parecía ser, un homenaje a 'Starman', 'Encuentros en la tercera fase' y 'E.T'.
¿De qué se habla en la Berlinale hoy? De que la Berlinale este año se ha puesto cojonera: ha decidido que los periodistas no podemos hablar de las películas cuando salgamos de su proyección para la prensa, como solíamos hacer. Tenemos que esperar a que haya empezado su proyección oficial nocturna -la de la gala y la alfombra roja, para entendernos-. Hoy, al acabar de ver Midnight Special a las 14h, hemos tenido que esperar unas seis horas antes de poder publicar nuestras valiosísimas opiniones. Está claro que el mundo seguirá funcionando igual tras la medida, pero esta tarde más de un tuitero histérico de los que circulan por aquí se ha quedado sin uñas.
¿Qué hemos visto? 1. Midnight Special de Jeff Nichols. Se nos había vendido como un homenaje a Starman, Encuentros en la tercera fase y E.T y ha resultado ser exactamente eso. Sobre el papel suena mejor que en pantalla. Es cine ochentero hecho sin un ápice de distancia posmoderna ni de ironía -menos mal- pero tampoco de sentido del humor ni de necesaria ingenuidad ni de ligereza. Hay un choque brutal entre lo en serio que la película se toma a sí misma y lo ridículo que es por definición un relato sobre un niño capaz de expulsar a chorro rayos de color azul por los ojos. 2. Hedi, de Mohamed Ben Attia. El remedio perfecto para todos aquellos despistados que no estén a la última sobre cine tunecino, si es que alguno hay ahí afuera. Un triángulo amoroso como metáfora de la encrucijada en la que se encuentra el país que vivió la primera Primavera Árabe. El resultado es algo tosco, pero en realidad a la película no le pasa nada malo y, además, dura menos de hora y media. 3. Boris sin Beatrice, de Denis Coté. Una basura canadiense.
¿Qué has comido? Unos noodles aderezados con reboces de pollo y regados con una Becks.
¿Con quién has hablado? Con los Coen. No han dicho absolutamente nada de interés, y además han vuelto a demostrar que, en persona, son unos cretinos arrogantes.
¿Qué esperas de la jornada de mañana? Poca cosa. De hecho, en esta edición de la Berlinale casi siempre habrá poca cosa. El mayor aliciente: L’avenir, o Mia Hansen-Love dirigiendo a Isabelle Huppert.
Berlinómetro: La presidenta del jurado Meryl Streep de tonta no tiene un pelo, por lo que la basura canadiense está descartada de cara al palmarés. También cuesta imaginársela salivando mientras contempla ciencia-ficción ochentera. Por su compromiso social y sus buenas intenciones, Hedi perfectamente se podría acabar llevando un premio menor, pero a día de hoy, y sin que nadie la haya visto, la favorita al Oso de Oro es la película filipina de ocho horas.
Via:Cinemania
¿De qué se habla en la Berlinale hoy? De que la Berlinale este año se ha puesto cojonera: ha decidido que los periodistas no podemos hablar de las películas cuando salgamos de su proyección para la prensa, como solíamos hacer. Tenemos que esperar a que haya empezado su proyección oficial nocturna -la de la gala y la alfombra roja, para entendernos-. Hoy, al acabar de ver Midnight Special a las 14h, hemos tenido que esperar unas seis horas antes de poder publicar nuestras valiosísimas opiniones. Está claro que el mundo seguirá funcionando igual tras la medida, pero esta tarde más de un tuitero histérico de los que circulan por aquí se ha quedado sin uñas.
¿Qué hemos visto? 1. Midnight Special de Jeff Nichols. Se nos había vendido como un homenaje a Starman, Encuentros en la tercera fase y E.T y ha resultado ser exactamente eso. Sobre el papel suena mejor que en pantalla. Es cine ochentero hecho sin un ápice de distancia posmoderna ni de ironía -menos mal- pero tampoco de sentido del humor ni de necesaria ingenuidad ni de ligereza. Hay un choque brutal entre lo en serio que la película se toma a sí misma y lo ridículo que es por definición un relato sobre un niño capaz de expulsar a chorro rayos de color azul por los ojos. 2. Hedi, de Mohamed Ben Attia. El remedio perfecto para todos aquellos despistados que no estén a la última sobre cine tunecino, si es que alguno hay ahí afuera. Un triángulo amoroso como metáfora de la encrucijada en la que se encuentra el país que vivió la primera Primavera Árabe. El resultado es algo tosco, pero en realidad a la película no le pasa nada malo y, además, dura menos de hora y media. 3. Boris sin Beatrice, de Denis Coté. Una basura canadiense.
¿Qué has comido? Unos noodles aderezados con reboces de pollo y regados con una Becks.
¿Con quién has hablado? Con los Coen. No han dicho absolutamente nada de interés, y además han vuelto a demostrar que, en persona, son unos cretinos arrogantes.
¿Qué esperas de la jornada de mañana? Poca cosa. De hecho, en esta edición de la Berlinale casi siempre habrá poca cosa. El mayor aliciente: L’avenir, o Mia Hansen-Love dirigiendo a Isabelle Huppert.
Berlinómetro: La presidenta del jurado Meryl Streep de tonta no tiene un pelo, por lo que la basura canadiense está descartada de cara al palmarés. También cuesta imaginársela salivando mientras contempla ciencia-ficción ochentera. Por su compromiso social y sus buenas intenciones, Hedi perfectamente se podría acabar llevando un premio menor, pero a día de hoy, y sin que nadie la haya visto, la favorita al Oso de Oro es la película filipina de ocho horas.
Via:Cinemania
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