'Agente Contrainteligente': Sacha Baron Cohen sin filtros

Ya sabemos como es Sacha Baron Cohen y el peculiar sentido del humor con el que impregna todas sus películas. 'Ali G anda suelto' ('Ali G Indahouse', 2002), 'Borat' (2006), 'Brüno' (2009) o 'El dictador' ('The Dictator', 2012) se caracterizan por burlar toda clase de normas sociales y satirizar absolutamente todo lo que se le pone por delante.
En esta ocasión, Cohen vuelve a la carga como guionista y protagonista de 'Agente Contrainteligente' ('The Brothers Grimbsy'), una brutal comedia sin censuras dirigida por Louis Leterrier —'El increíble Hulk' ('The Incredible Hulk', 2008)— que se ríe sin piedad del cine de espionaje y de agentes secretos, pero no penséis que la cosa se limita a eso…
Ya que está, Sacha Baron Cohen aprovecha para reírse, con unos chistes nada sutiles ni refinados, de los gordos, los parados, los judíos, los vegetarianos, las enfermedades como el cáncer o el sida (pobres Daniel Radcliffe y Donald Trump…), la zoofilia o las figuras de la cultura popular americana, entre otras cosas. Vamos, que de su humor no se salva ni Dios.

Dos hermanos bien distintos

Agente Contrainteligente nos presenta la historia de dos hermanos muy diferentes: Sebastian (Mark Strong, un espía serio y profesional, y Nobby (Baron Cohen), un holgazán amante del fútbol. Cuando eran niños vivían juntos en un orfanato, pero una pareja decidió adoptar solo a Sebastian, de manera que acabaron separándolos.
Nobby ha estado buscando a su hermano durante toda la vida y tras 28 años, recibe una pista acerca de su paradero, por lo que no dudará en ir a su encuentro. Sebastian se ha metido en un lío muy gordo y Nobby se mostrará encantado de poder luchar a su lado.
Juntos destaparán una oscura trama, que amenaza con poner el mundo entero en peligro. En la cuenta atrás para salvar la vida de los habitantes del planeta, Sebastián se dará cuenta de no le queda otra opción que aceptar la ayuda del mayor idiota de todos ellos: su hermano mayor Nobby.

La autoparodia de Mark Strong

Es curioso ver a Mark Strong en este tipo de película, que se ríe de algunas como Kingsman: servicio secreto, (2014) en la que él mismo participa. En Agente Contrainteligente, Strong acepta llevar a cabo una parodia de sí mismo al no cambiar de rol y seguir interpretando al tipo duro que hemos visto en casi todos sus filmes, lo que, en contraposición con el personaje de Baron Cohen y las situaciones límite en las que éste le coloca, acaba resultando en uno de los personajes más hilarantes y funcionales de la cinta.
Completan el reparto otros actores como Penélope Cruz (Zoolander 2, 2016) en el papel de la pasivo-agresiva Rhonda George, Isla Fisher, (Ahora me ves, 2013) Scott Adkins (La noche más oscura, 2012), Ian McShane (El Niño, 2014) y unas escuetas Rebel Wilson (Dando la Nota, 2012) y Gabourey Sidibe (Precious, 2009).

Cuidado con no vomitar las palomitas...

Siempre me han gustado mucho los elefantes. Pero tras haber visto este filme, admito que jamás podré volver a mirarlos de la misma manera y todo es culpa de la nueva y escatológica salvajada de Baron Cohen. La película consigue remover las entrañas incluso del espectador más acostumbrado al tipo de cine en el que solemos ver a este hombre.
Una cosa está clara y es que parece estar obsesionado con los genitales masculinos, los culos y todo aquello que tenga que ver con guarradas del tipo sexual. Ninguna otra persona es capaz de llegar tan lejos como él en este sentido.
Ya de por sí, escenas como las del veneno en partes nobles o las del elefante (que causarán algún trauma a más de uno, no solo a mí) no son fáciles de llevar, pero Baron Cohen no solo se atreve a sacarlas adelante, si no que además las alarga de una manera impresionante y nunca antes vista, consiguiendo darles una vuelta de tuerca en el momento más oportuno para convertirlas en algo todavía más desagradable, sucio y asqueroso.

Lo mejor: La película mantiene muy buen ritmo y consigue ser eficaz en su propósito de entretenernos y hacernos reír a carcajada limpia, pese a lo soez de su propuesta. Lo peor: No apta para sibaritas y escrupulosos…
Via:blog de cine