Tras 'Yo soy el amor' (2009), el realizador italiano Luca Guadagnino
regresa con un nuevo largometraje que sigue la estela de este último en
cuanto a formato se refiere: 'Cegados por el sol' ('A Bigger Splash')
se compone como un relato tranquilo, muy trabajado en todas sus
secuencias y con un elaborado guión de Alain Page y David Kajganicy.
Guadagnino toma como base la historia escrita por Jacques Deray y Jean-Claude Carrière en la película francesa 'La Piscina' ('La piscine', 1969) para componer un thriller de corte erótico, tremendamente asusto y bastante impredecible. El resultado final es bueno, a pesar de tener ciertas carencias.
Marianne (Tilda Swinton,
que ya trabajo con Guadagnino en 'Yo soy el amor') es una estrella de
rock internacional con una afonía bastante seria que no le permite
hablar y mucho menos cantar. Su marido Paul (Matthias Schoenaerts) es un director de cine que está tratando de recuperarse de su adicción al alcohol.
Por tanto, ambos necesitan tomarse un tiempo para descansar del mundo real, así que deciden coger un avión y marcharse de vacaciones a Panteralia, una tranquila y soleada isla del Mediterráneo ubicada entre Sicilia y Túnez: allí pueden nadar desnudos, tomar el sol, frotarse libremente en el barro volcánico y hacer el amor a sus anchas.
Todo parece ir de maravilla hasta que una mañana, Harry (Ralph Fiennes), el ex novio de Marianne, aparece en el aeropuerto acompañado de Penélope (Dakota Johnson). Con la manera en la que Luca Guadagnino decide presentarnos a estos dos últimos (entre abrazos efusivos y miradas sugerentes) cualquiera podría pensar que esta joven y atractiva mujer es su nuevo ligue, pero nada más lejos de la realidad ya que se trata de una hija recién descubierta fruto de una aventura anterior.
El propósito de la visita de Harry no está claro en un primer momento, pero su llegada despierta viejas y nuevas pasiones en lo que acaba por convertirse en un complejo y progresivamente siniestro juego de relaciones que conforman un thriller con tintes de cine negro, donde se combinan elementos como el erotismo, la pasión, la intriga y los celos. Todo ello condimentado con ciertos toques de humor.
El trabajo de casting es muy loable, lo que sin duda contribuye a
elevar la calidad del filme. Por un lado, la condición del personaje de
Tilda Swinton hace que esta no pueda valerse demasiado en cuanto a lo
verbal se refiere, pero este hecho supone una baza a su favor, ya que en
todo momento es capaz de transmitirnos lo que pasa por su cabeza
gracias a una lograda interpretación que se basa en expresiones
corporales, gestos faciales y significativas miradas. Todo ello está por encima de cualquier monólogo que se le hubiese impuesto decir.
Por otro lado, hay que destacar la brutal interpretación de Ralph Fiennes como uno de los mejores puntos de la película. El actor se mete en la piel de un personaje clave en la vida de los otros: no sólo logró impulsar la carrera musical de su exnovia Marianne, además fueron amantes durante seis años, y tras separarse, fue él mismo quien lanzó a Marianne a los brazos de Paul.
Fiennes muestra una faceta interpretativa bastante desconocida hasta el momento consiguiendo retratar con mucho atino la personalidad de Harry, un patético y descacharrante hombre que se mueve entre la comicidad y la locura. A pesar de su carácter fiestero y promiscuo, en su fuero interno están presentes el deseo, la impotencia, la rabia y la desesperación.
Paul, el personaje de Matthias Schoenaerts, se presenta en apariencia como un hombre fuerte, sólido y seguro de sí mismo, pero a medida que avanza la historia, su evolución nos irá demostrando que en realidad ésta es una persona mucho más complicada y que está plagado de inseguridades. Dakota Johnson, por su parte, consigue explotar una interesante faceta sexual, que nada tiene que ver con la Anastasia Steele de 'Cincuenta sombras de Grey' ('Fifty Shades of Grey', 2015).
A pesar de su densidad y su complejidad, Guadagnino consigue mantener
el equilibrio del filme la mayor parte del tiempo. Sin embargo, también
comete algunos errores: el ritmo narrativo puede resultar algo
lánguido y además la película se alarga de manera innecesaria con un
desenlace en el que entrarán en juego otras cuestiones que se quedan sin
desarrollo: hablo de la aparición en escena de las incompetentes autoridades locales y el desembarco de inmigrantes en las playas.
Este asunto podría haberse omitido, pero ya que se introduce deberían haber hecho una referencia más atenta y más eficaz sobre el tema.
Lo mejor: Sin duda alguna, Ralph Fiennes. Lo peor: Al final, la película pierde un poco de fuerza al introducir otros temas innecesariamente.
Via:blog de cine
Guadagnino toma como base la historia escrita por Jacques Deray y Jean-Claude Carrière en la película francesa 'La Piscina' ('La piscine', 1969) para componer un thriller de corte erótico, tremendamente asusto y bastante impredecible. El resultado final es bueno, a pesar de tener ciertas carencias.
Vacaciones interrumpidas por un ex
Por tanto, ambos necesitan tomarse un tiempo para descansar del mundo real, así que deciden coger un avión y marcharse de vacaciones a Panteralia, una tranquila y soleada isla del Mediterráneo ubicada entre Sicilia y Túnez: allí pueden nadar desnudos, tomar el sol, frotarse libremente en el barro volcánico y hacer el amor a sus anchas.
Todo parece ir de maravilla hasta que una mañana, Harry (Ralph Fiennes), el ex novio de Marianne, aparece en el aeropuerto acompañado de Penélope (Dakota Johnson). Con la manera en la que Luca Guadagnino decide presentarnos a estos dos últimos (entre abrazos efusivos y miradas sugerentes) cualquiera podría pensar que esta joven y atractiva mujer es su nuevo ligue, pero nada más lejos de la realidad ya que se trata de una hija recién descubierta fruto de una aventura anterior.
El propósito de la visita de Harry no está claro en un primer momento, pero su llegada despierta viejas y nuevas pasiones en lo que acaba por convertirse en un complejo y progresivamente siniestro juego de relaciones que conforman un thriller con tintes de cine negro, donde se combinan elementos como el erotismo, la pasión, la intriga y los celos. Todo ello condimentado con ciertos toques de humor.
Ralph Fiennes, brillando con luz propia
Por otro lado, hay que destacar la brutal interpretación de Ralph Fiennes como uno de los mejores puntos de la película. El actor se mete en la piel de un personaje clave en la vida de los otros: no sólo logró impulsar la carrera musical de su exnovia Marianne, además fueron amantes durante seis años, y tras separarse, fue él mismo quien lanzó a Marianne a los brazos de Paul.
Fiennes muestra una faceta interpretativa bastante desconocida hasta el momento consiguiendo retratar con mucho atino la personalidad de Harry, un patético y descacharrante hombre que se mueve entre la comicidad y la locura. A pesar de su carácter fiestero y promiscuo, en su fuero interno están presentes el deseo, la impotencia, la rabia y la desesperación.
Paul, el personaje de Matthias Schoenaerts, se presenta en apariencia como un hombre fuerte, sólido y seguro de sí mismo, pero a medida que avanza la historia, su evolución nos irá demostrando que en realidad ésta es una persona mucho más complicada y que está plagado de inseguridades. Dakota Johnson, por su parte, consigue explotar una interesante faceta sexual, que nada tiene que ver con la Anastasia Steele de 'Cincuenta sombras de Grey' ('Fifty Shades of Grey', 2015).
Los errores del filme son perdonables
Este asunto podría haberse omitido, pero ya que se introduce deberían haber hecho una referencia más atenta y más eficaz sobre el tema.
Lo mejor: Sin duda alguna, Ralph Fiennes. Lo peor: Al final, la película pierde un poco de fuerza al introducir otros temas innecesariamente.
Via:blog de cine
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