Ser madre es duro, esto está claro. Ni los niños
vienen con un manual de instrucciones debajo del brazo ni los adultos
tenemos siempre las respuestas correctas sobre qué hacer en todas las
ocasiones, por lo que a veces el estrés y el peso de las
responsabilidades diarias con las que cargamos pueden acabar afectando
incluso a nuestra salud. Afortunadamente, no es el caso de los
personajes femeninos de ‘Malas madres' (‘Bad Moms’).
Escrita y dirigida por Jon Lucas y Scott Moore, guionistas de ‘Resacón en Las Vegas’ (‘The Hangover’, 2009), se trata de una comedia provocativa y sin pretensiones que, sin miedo a resultar desagradable, pretende alejarse del extendido preciosismo asociado con la maternidad. El resultado es una película que, a pesar de que seguramente pase rápido al olvido, resulta tremendamente entretenida y es una opción perfecta para pasar un buen rato de risas.
(Alerta, spoilers): ‘Malas madres’ cuenta la historia de Amy (Mila Kunis),
una treintañera que en apariencia tiene la vida con la que muchas
personas sueñan: tiene una buena casa, un buen trabajo, dos niños de que
se comportan fenomenal, y un matrimonio que parece ser sólido como una
roca. Sin embargo, las cosas no siempre son lo que parecen… La realidad es que Amy no puede con su vida:
las horas del día no le alcanzan para atender a sus hijos, hacerse
cargo de la casa y trabajar como una negra en una empresa de cafés.
Pero además de eso, su marido es un inútil mantenido que no le facilita nada las cosas, muy al contrario supone para ella otra carga más. Para colmo, su jefe se aprovecha de que es una trabajadora incansable para explotarla todo lo que puede... Harta de la situación, Amy tratará de encontrar las respuestas a cómo salir de su asfixiante rutina y en ese proceso se topará con otras dos madres (Kathryn Hahn y Kristen Bell) que se sienten de la misma manera.
Las tres deciden rebelarse y dejar de lado las responsabilidades diarias para retomar las viejas diversiones, iniciando una lucha por la libertad y la autocomplacencia. Accidentalmente, su camino se cruza con la líder de la asociación de padres del colegio (Christina Applegate), una devota del ideal de "madre perfecta", lo que provocará que haya un conflicto entre las 'madres perfectas' y las 'malas madres'.
Si una cosa está clara es que esta es una comedia hecha para mujeres.
Hay una palabra que no se usa en ningún momento durante la película y
esa es “papá”. Tanto las alegrías como las penas, los problemas y las
responsabilidades pertenecen única y exclusivamente a las madres. Sin
ánimo de ofender a nadie, los hombres sirven para poco aquí, todos menos
uno que casualmente es un padre viudo macizo (al que interpreta Jay Hernández), el prototipo ideal de hombre que toda esposa querría tener. Su papel tiene un claro cometido, no faltaba más.
Lo cierto es que el film resulta hilarante en los momentos más inusitados, más allá de la escena del supermercado o las tremendas fiestas que se montan, me quedo con el largo gag visual en el que explican de manera explícita cómo manejar un pene que no ha sido circuncidado. Pero aparte de las risas y aunque pueda parecer que no, ‘Malas madres’ también nos ofrece algo sobre lo que pensar: en primer lugar es un recordatorio de que en esta era de las redes sociales, donde nuestras vidas están más expuestas que nunca, la presión de ser la madre perfecta es real, existe.
Porque todo lo que haces está siendo juzgado continuamente y cualquier decisión que tomes que no esté dentro de lo socialmente aceptado te va someter a una dura mirada crítica. Además hay otra lectura y es que no hay una manera ideal de educar a los niños, sino que es necesario que cada persona lo haga de la manera que mejor se adapte a su familia. Lo que puede valer para ti, puede no funcionar para mí.
Por último y sí más importante es que no debemos juzgar
ya que nunca se sabe por lo que una persona puede estar pasando,
independientemente de cómo se muestre en público. En cuanto al casting,
me parece que no podían haber hecho una elección mejor. A Kunis no solo
se le da bien el drama, también tiene una fuerte vis cómica
de la que sabe sacar provecho, al igual que sus dos compañeras de
reparto, Kristen Bell y Kathryn Hahn, con dos personajes tan distintos
entre sí.
Hahn interpreta a una fiera devora hombres (o lo que sea…) y Bell a esa madre socialmente torpe cuyo “despertar” resulta genial. Completan el reparto una correcta Applegate y unas breves Jada Pinkett Smith y Annie Mumolo. Además hay unos cuantos cameos graciosos, incluyendo el de Wendell Pierce dando vida al director Burr, Wanda Sykes como la Dra. Karl y JJ Watts como el entrenador Craig, que lo único quiere es ganar dinero suficiente como para vivir feliz con su gatito.
En definitiva, ‘Malas madres’ es una comedia que no pretende convertirse en una gran película pero que cumple muy bien con su cometido de entretenernos y ofrecernos unas cuantas risas. Ideal para madres saturadas, si eres una de ellas, deja al niño con el padre y vete con tus amigas a ver esta película.
Lo mejor: Tiene algunas secuencias realmente divertidas.
Lo peor: No deja de ser una típica comedia estadounidense.
Escrita y dirigida por Jon Lucas y Scott Moore, guionistas de ‘Resacón en Las Vegas’ (‘The Hangover’, 2009), se trata de una comedia provocativa y sin pretensiones que, sin miedo a resultar desagradable, pretende alejarse del extendido preciosismo asociado con la maternidad. El resultado es una película que, a pesar de que seguramente pase rápido al olvido, resulta tremendamente entretenida y es una opción perfecta para pasar un buen rato de risas.
'Madres perfectas' vs 'malas madres'
Pero además de eso, su marido es un inútil mantenido que no le facilita nada las cosas, muy al contrario supone para ella otra carga más. Para colmo, su jefe se aprovecha de que es una trabajadora incansable para explotarla todo lo que puede... Harta de la situación, Amy tratará de encontrar las respuestas a cómo salir de su asfixiante rutina y en ese proceso se topará con otras dos madres (Kathryn Hahn y Kristen Bell) que se sienten de la misma manera.
Las tres deciden rebelarse y dejar de lado las responsabilidades diarias para retomar las viejas diversiones, iniciando una lucha por la libertad y la autocomplacencia. Accidentalmente, su camino se cruza con la líder de la asociación de padres del colegio (Christina Applegate), una devota del ideal de "madre perfecta", lo que provocará que haya un conflicto entre las 'madres perfectas' y las 'malas madres'.
Más allá del humor
Lo cierto es que el film resulta hilarante en los momentos más inusitados, más allá de la escena del supermercado o las tremendas fiestas que se montan, me quedo con el largo gag visual en el que explican de manera explícita cómo manejar un pene que no ha sido circuncidado. Pero aparte de las risas y aunque pueda parecer que no, ‘Malas madres’ también nos ofrece algo sobre lo que pensar: en primer lugar es un recordatorio de que en esta era de las redes sociales, donde nuestras vidas están más expuestas que nunca, la presión de ser la madre perfecta es real, existe.
Porque todo lo que haces está siendo juzgado continuamente y cualquier decisión que tomes que no esté dentro de lo socialmente aceptado te va someter a una dura mirada crítica. Además hay otra lectura y es que no hay una manera ideal de educar a los niños, sino que es necesario que cada persona lo haga de la manera que mejor se adapte a su familia. Lo que puede valer para ti, puede no funcionar para mí.
Un reparto bien elegido
Hahn interpreta a una fiera devora hombres (o lo que sea…) y Bell a esa madre socialmente torpe cuyo “despertar” resulta genial. Completan el reparto una correcta Applegate y unas breves Jada Pinkett Smith y Annie Mumolo. Además hay unos cuantos cameos graciosos, incluyendo el de Wendell Pierce dando vida al director Burr, Wanda Sykes como la Dra. Karl y JJ Watts como el entrenador Craig, que lo único quiere es ganar dinero suficiente como para vivir feliz con su gatito.
En definitiva, ‘Malas madres’ es una comedia que no pretende convertirse en una gran película pero que cumple muy bien con su cometido de entretenernos y ofrecernos unas cuantas risas. Ideal para madres saturadas, si eres una de ellas, deja al niño con el padre y vete con tus amigas a ver esta película.
Lo mejor: Tiene algunas secuencias realmente divertidas.
Lo peor: No deja de ser una típica comedia estadounidense.
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