Recordando a su amigo en el programa de Jimmy Fallon, el rey del humor
destrozón reveló el origen de un clásico de la risa monstruosa
Pobre Mel Brooks: el rey del humor destrozón tenía planeada una visita al programa de Jimmy Fallon para presentar su libro sobre el rodaje de El jovencito Frankenstein, pero,
en lugar de eso, tuvo que dedicar su intervención a recordar a su actor
principal en dicho filme, a su coguionista y, también, a un buen amigo.
Hablamos, claro, de Gene Wilder, que
falleció el martes. Afortunadamente, Mel Brooks sigue siendo Mel Brooks
a sus 90 venerables años, y su relación con Wilder estuvo llena de
anécdotas graciosas. Así pues, como recoge The Hollywood Reporter, la
intervención del cineasta dio ocasión a muchos momentos de humor, entre
ellas la auténtica historia de por qué aquel clásico de las parodias de
terror llegó a rodarse.
Durante la charla, Brooks contó su primer encuentro con Wilder, que actuaba en la obra Madre coraje y sus hijos junto a su esposa Anne Bancroft: “Gene se preguntaba por qué todo el mundo se reía de su personaje. Yo le dije: ‘Mírate al espejo, y échale la culpa a Dios”. La amistad entre ambos dio como resultado Los productores, comedia que ganó el Oscar al Mejor Guión Original, y por la que Wilder fue nominado como actor de reparto. Tras dicho filme llegó Sillas de montar calientes, parodia del western repleta de gags memorables… y durante cuyo rodaje Wilder no paró de mostrarle a Brooks una libreta en la que estaba escrita una sola frase. La frase era: “El jovencito Frankenstein”.
Harto de que Wilder le diese la lata con aquello, Brooks accedió a dejar que su amigo le contara sus planes para la película. El maestro no refirió si en ellos figuraban ya hitos de la risa como “¡Mi nombre es Frónkonstin!”, “¡Malditos sean sus ojos!” u “¡Oh, dulce misterio de la vida, por fin te he encontrado!”, pero indicó que al oír las ideas de Gene Wilder, supo de inmediato que el proyecto tenía que salir adelante. La cosa salió tan bien que El jovencito Frankenstein acabó pasando a la historia como uno de los rodajes más largos de Hollywood… pero no porque estuviese lleno de incidentes, sino porque Wilder, Brooks, Marty Feldman y el resto del reparto se lo estaban pasando tan bien que no querían parar de añadir gags y chistes al potaje. A nosotros se nos ocurren pocas anécdotas mejores para recordar a un comediante.
Via:cinemania
Durante la charla, Brooks contó su primer encuentro con Wilder, que actuaba en la obra Madre coraje y sus hijos junto a su esposa Anne Bancroft: “Gene se preguntaba por qué todo el mundo se reía de su personaje. Yo le dije: ‘Mírate al espejo, y échale la culpa a Dios”. La amistad entre ambos dio como resultado Los productores, comedia que ganó el Oscar al Mejor Guión Original, y por la que Wilder fue nominado como actor de reparto. Tras dicho filme llegó Sillas de montar calientes, parodia del western repleta de gags memorables… y durante cuyo rodaje Wilder no paró de mostrarle a Brooks una libreta en la que estaba escrita una sola frase. La frase era: “El jovencito Frankenstein”.
Harto de que Wilder le diese la lata con aquello, Brooks accedió a dejar que su amigo le contara sus planes para la película. El maestro no refirió si en ellos figuraban ya hitos de la risa como “¡Mi nombre es Frónkonstin!”, “¡Malditos sean sus ojos!” u “¡Oh, dulce misterio de la vida, por fin te he encontrado!”, pero indicó que al oír las ideas de Gene Wilder, supo de inmediato que el proyecto tenía que salir adelante. La cosa salió tan bien que El jovencito Frankenstein acabó pasando a la historia como uno de los rodajes más largos de Hollywood… pero no porque estuviese lleno de incidentes, sino porque Wilder, Brooks, Marty Feldman y el resto del reparto se lo estaban pasando tan bien que no querían parar de añadir gags y chistes al potaje. A nosotros se nos ocurren pocas anécdotas mejores para recordar a un comediante.
Via:cinemania
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