Creo que hace mucho que ha quedado claro que el cine español
es mucho más variado de lo que algunos creen y hay espacio para todo
tipo de propuestas, incluyendo aquellas a las que ciertos espectadores
quieren dar una importancia mucho mayor de la que realmente tienen. Sin
embargo, lo que realmente debería importarnos es que en nuestro país se
hacen cintas de mucho nivel, aunque también hay otras cuya existencia
casi sería mejor olvidar.
En el caso de ‘Secuestro’, primer largometraje dirigido por Mar Targarona desde su debut en 1995 con ‘Muere, mi vida’ (‘Mor, vida meva’) -entre medias participó en un par de proyectos televisivos además de centrarse en su carrera como productora-, tenía confianza en encontrar algo intermedio, un thriller entretenido y con cierto nivel gracias a su reparto. Tampoco esperaba una gran película, pero es que lo que me encontré fue una lamentable pérdida de tiempo.
Ha llegado un punto en el que hemos visto tantas veces las mismas
historias que resulta difícil evitar que nuestro cerebro intente
adelantarse a cualquier sorpresa que una película intente darnos. Lo más
habitual es que como mucho haya algún pequeño giro aquí y allá sin gran
trascendencia que ayuda a crear una ilusión de diferencia, pero en
‘Secuestro’ no hay nada de eso en el guion de Oriol Paulo, poblado además de unos diálogos que te hacen desear dejar de verla.
Conocido hasta la fecha por haber escrito la estimable ‘Los ojos de Julia’ y la absurda ‘El cuerpo’ -que también dirigió-, Paulo cae aquí en varios errores que van destruyendo cualquier credibilidad que pudiera tener la historia, desde querer abarcar demasiado para ofrecer un cierto mensaje más allá de la trama de suspense hasta la introducción de giros rocambolescos que ponen en duda la inteligencia del resto de personajes y dejan con cara de tonto al espectador.
Al final, lo de menos es que todo sea vea venir, pues Paulo incluso logra empeorarlo mediante una exposición de los hechos pobre y desganada, casi más propia de un telefilm de baja categoría -aquí pienso sobre todo en la “crítica” al sistema legal- que de una película con aspiraciones comerciales como la que nos ocupa. Sin embargo, sería un error achacar todos los males de ‘Secuestro’ a su libreto por mucho que sea el origen de la mayoría de ellos.
No tengo muy claro hasta qué punto un director podría llegar a salvar un material como el de Paulo, pero es Targarona también fracasa en su intento de articular el relato,
cayendo en todas las trampas del guion e incluso resaltando algunos de
los momentos más absurdos -la protagonista rodeada de la policía con una
pista que la incrimina de forma irremediable-. Tampoco ayudan las
trampas del guion, que encima se ven venir incluso cuando pecan de
gratuitas.
Eso sí, lo peor de todo es su incapacidad para insuflar fuerza al relato más allá de su efectivo arranque –echado a perder más adelante-, donde también se nota con mayor intensidad un trabajo visual un tanto descuidado en el resto de metraje. En ese aspecto no es que sea chapucera, pero sí es un poco inspirado sucedáneo de la atmósfera que debería tener para poder mantener al espectador en tensión cuando en realidad es todo muy de andar por casa, evidenciando así aún más sus lagunas narrativas.
La gran damnificada por todo el desaguisado es una Blanca Portillo
que hacer todo lo que puede para sostener a un personaje que quizá
pueda parecer rico sobre el papel en cuestión de motivaciones y
contradicciones en su actitud. Por desgracia, según avanzan los minutos
va siendo la que más se contagia de las deficiencias del guion,
perdiendo cualquier tipo de credibilidad y cuya historia concluye en su
punto más bajo, de una forma que parece más pensada y ejecutada por un
cineasta amateur que por alguien profesional.
Algo menos perjudicados quedan el resto de actores, pues su presencia en pantalla es más limitada y, por tanto, sus personajes sufren menos destrozos. Con todo, es una pena ver a José Coronado en algo así, desde su huida de la policía -que difícilmente podría ser más incompetente aquí, malgastando así el talento de Vicente Romero y Antonio Dechent- hasta su floja y forzada evolución. El resto de intérpretes deambulan por ahí y en algunos casos -pienso sobre todo en Macarena Gómez- se perciben sus esfuerzos, pero no tienen recompensa.
En definitiva, ‘Secuestro’ es una seria candidata a formar parte de las peores películas estrenadas en 2016 -no tiene mucho mérito, pero mejor que la abominable ‘Sinister Squad’ ya es-, pues sus defectos no dejan de ir creciendo hasta la llegada de un delirante final que hunde ya de forma definitiva lo que hasta entonces había sido una torpe muestra de suspense sin ningún verdadero aliciente, ya que hasta sus actores están mal utilizados. Horrible.
Via:blog de cine
En el caso de ‘Secuestro’, primer largometraje dirigido por Mar Targarona desde su debut en 1995 con ‘Muere, mi vida’ (‘Mor, vida meva’) -entre medias participó en un par de proyectos televisivos además de centrarse en su carrera como productora-, tenía confianza en encontrar algo intermedio, un thriller entretenido y con cierto nivel gracias a su reparto. Tampoco esperaba una gran película, pero es que lo que me encontré fue una lamentable pérdida de tiempo.
Sobredosis de tópicos muy mal llevados
Conocido hasta la fecha por haber escrito la estimable ‘Los ojos de Julia’ y la absurda ‘El cuerpo’ -que también dirigió-, Paulo cae aquí en varios errores que van destruyendo cualquier credibilidad que pudiera tener la historia, desde querer abarcar demasiado para ofrecer un cierto mensaje más allá de la trama de suspense hasta la introducción de giros rocambolescos que ponen en duda la inteligencia del resto de personajes y dejan con cara de tonto al espectador.
Al final, lo de menos es que todo sea vea venir, pues Paulo incluso logra empeorarlo mediante una exposición de los hechos pobre y desganada, casi más propia de un telefilm de baja categoría -aquí pienso sobre todo en la “crítica” al sistema legal- que de una película con aspiraciones comerciales como la que nos ocupa. Sin embargo, sería un error achacar todos los males de ‘Secuestro’ a su libreto por mucho que sea el origen de la mayoría de ellos.
Eso sí, lo peor de todo es su incapacidad para insuflar fuerza al relato más allá de su efectivo arranque –echado a perder más adelante-, donde también se nota con mayor intensidad un trabajo visual un tanto descuidado en el resto de metraje. En ese aspecto no es que sea chapucera, pero sí es un poco inspirado sucedáneo de la atmósfera que debería tener para poder mantener al espectador en tensión cuando en realidad es todo muy de andar por casa, evidenciando así aún más sus lagunas narrativas.
No hay salvación posible para ‘Secuestro’
Algo menos perjudicados quedan el resto de actores, pues su presencia en pantalla es más limitada y, por tanto, sus personajes sufren menos destrozos. Con todo, es una pena ver a José Coronado en algo así, desde su huida de la policía -que difícilmente podría ser más incompetente aquí, malgastando así el talento de Vicente Romero y Antonio Dechent- hasta su floja y forzada evolución. El resto de intérpretes deambulan por ahí y en algunos casos -pienso sobre todo en Macarena Gómez- se perciben sus esfuerzos, pero no tienen recompensa.
En definitiva, ‘Secuestro’ es una seria candidata a formar parte de las peores películas estrenadas en 2016 -no tiene mucho mérito, pero mejor que la abominable ‘Sinister Squad’ ya es-, pues sus defectos no dejan de ir creciendo hasta la llegada de un delirante final que hunde ya de forma definitiva lo que hasta entonces había sido una torpe muestra de suspense sin ningún verdadero aliciente, ya que hasta sus actores están mal utilizados. Horrible.
Via:blog de cine
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