‘Star Trek’ está de celebración este 2016, pues se cumplen 50 años de su creación por parte de Gene Roddenberry. Desde entonces su universo ha dado pie seis series de televisión -la séptima
llegará en 2017 a Netflix- y trece películas, la última de las cuales
se han lanzado este mismo año para así también conmemorar su
aniversario. Se trata de ‘Star Trek: Más allá’, tercera entrega del relanzamiento de la saga iniciado por J.J. Abrams en 2009.
Sin embargo, Abrams no se ocupa en esta ocasión de la puesta en escena, ya que estaba muy ocupado realizando la estupenda ‘Star Wars: El despertar de la fuerza’ (‘Star Wars: The Force Awakens’), siendo Justin Lin el encargado de ocupar su lugar. Algunos tenían ciertas dudas sobre el director que hizo resurgir la franquicia ‘Fast & Furious’, pero ‘Star Trek: Más allá’ ha acabado siendo un muy buen entretenimiento pese a ir un poco más acelerada de lo deseable.
La sensación dominante viendo ‘Star Trek: Más allá’ es que sus
responsables lo habían apostado todo a crear una aventura ligera y
dinámica con la que fuera imposible aburrirse. El único peaje importante
a pagar es que no se preocupa lo más mínimo por intentar integrar a
nuevos espectadores, por lo que uno depende de estar metido ya en dinámica con los personajes -hay algunos apuntes iniciales sobre las motivaciones de Kirk y Spock, pero no mucho más- o de su capacidad para dejarse llevar para que todo funcione.
La primera consecuencia de ello es que Lin opta por un ritmo muy vivo en el que apenas hay espacio para la pausa una vez se precipitan los acontecimientos. Esto resulta clave para que uno pueda pasárselo bien en líneas generales y por encima de la efectividad puntual de cualquier escena -en términos de espectáculo seguramente sea el momento Kirk en motocicleta el que mejor luzca-. Ahí es cierto que su enfoque de la acción no me resulta modélico -yo prefiero una mayor claridad con planos más sostenidos-, pero sí que encaja con todo lo propuesto hasta entonces.
Además, el guion firmado por Simon Pegg y Doug Jung
apuesta un poco por la vuelta a las raíces de la saga, lo cual tiene
varios puntos positivos, ya que mezcla de forma solvente aventura,
ciencia-ficción y humor -genial el dúo Karl Urban y Zachary Quinto-
para crear un cóctel de lo más apetecible, pero tiene una gran pega en
su villano. ¿El motivo? Carece de entidad y profundidad, desaprovechando
así el talento de Idris Elba en un personaje más propio de ser poco más que el enemigo de la semana -y uno no especialmente memorable- en una serie de televisión que un malo de envergadura cinematográfica.
Al final ese es el gran sacrificio que realiza ‘Star Trek: Más allá’ como consecuencia de llevar hasta las últimas consecuencias su apuesta por la diversión por encima de todo, algo que acaba desluciendo un poco su tramo final, pues Krall nunca impone lo suficiente y la revelación de sus motivaciones, que se ven venir de lejos -pero eso es algo que tampoco molesta demasiado-, acaba siendo recibida con cierta indiferencia.
El resultado de ello es que el hecho de intentar llevarlo todo más
allá en términos visuales y de emoción no logra dar ese pasito
necesario, confiándolo todo a que lo mostrado sobre Kirk y Spock en sus
primeros minutos ayuden a maquillarlo. En parte lo consiguen, ya que eso
ayuda a que uno no desconecte de lo que, en términos generales, es un
enfrentamiento estándar, pero no es suficiente para lograr llegar al nivel de las dos entregas realizadas por Abrams.
Con todo, la buena química entre los integrantes del reparto -lástima que ya no vayamos a poder ver de nuevo al simpático Chekov de Anton Yelchin-, a los que habría que añadir a una más que correcta Sofia Boutella -eso sí, no esperéis que llegue al nivel exhibido en la magnífica ‘Kingsman: Servicio Secreto’ (‘Kingsman: The Secret Service’)-, y cómo el libreto de Pegg y Jung saca partido a ello resulta esencial para que sea algo más que una simple aventura de usar y tirar. No es que esto sea necesariamente negativo, pero siempre será preferible que se aspire a algo más.
Por lo demás, un buen aunque no memorable espectáculo visual -cada vez es más difícil sorprender al espectador en esta faceta- que no engulle la historia y el tono adecuado para lo que quiere ser ‘Star Trek: Más allá’, pero la mayor parte de cosas suceden demasiado rápido, no por caer en errores de montaje -ahí está todo bastante controlado-, sino por la velocidad a la que sucede todo. Ahí sí que tira más hacia lo de ser un pasatiempo de ver, disfrutar y olvidar rápidamente.
En definitiva, ‘Star Trek: Más allá’ es una película que tiene claro lo que busca y resulta muy efectiva en todas las virtudes que lleva asociada a ello, pero a cambio todo sucede quizá con una velocidad de más y su villano resulta mucho más anodino de lo deseable. El bagaje es claramente positivo, pero también algo inferior a las dos anteriores películas de la saga. Con todo, le da de sobra para ser uno de los mejores blockbusters -aunque creo que el mejor es el polémico pero muy divertido reboot de Cazafantasmas- de este verano.
Sin embargo, Abrams no se ocupa en esta ocasión de la puesta en escena, ya que estaba muy ocupado realizando la estupenda ‘Star Wars: El despertar de la fuerza’ (‘Star Wars: The Force Awakens’), siendo Justin Lin el encargado de ocupar su lugar. Algunos tenían ciertas dudas sobre el director que hizo resurgir la franquicia ‘Fast & Furious’, pero ‘Star Trek: Más allá’ ha acabado siendo un muy buen entretenimiento pese a ir un poco más acelerada de lo deseable.
Una aventura muy disfrutable pese a sus defectos
La primera consecuencia de ello es que Lin opta por un ritmo muy vivo en el que apenas hay espacio para la pausa una vez se precipitan los acontecimientos. Esto resulta clave para que uno pueda pasárselo bien en líneas generales y por encima de la efectividad puntual de cualquier escena -en términos de espectáculo seguramente sea el momento Kirk en motocicleta el que mejor luzca-. Ahí es cierto que su enfoque de la acción no me resulta modélico -yo prefiero una mayor claridad con planos más sostenidos-, pero sí que encaja con todo lo propuesto hasta entonces.
Al final ese es el gran sacrificio que realiza ‘Star Trek: Más allá’ como consecuencia de llevar hasta las últimas consecuencias su apuesta por la diversión por encima de todo, algo que acaba desluciendo un poco su tramo final, pues Krall nunca impone lo suficiente y la revelación de sus motivaciones, que se ven venir de lejos -pero eso es algo que tampoco molesta demasiado-, acaba siendo recibida con cierta indiferencia.
’Star Trek: Más allá’, ligeramente por debajo de las dos anteriores
Con todo, la buena química entre los integrantes del reparto -lástima que ya no vayamos a poder ver de nuevo al simpático Chekov de Anton Yelchin-, a los que habría que añadir a una más que correcta Sofia Boutella -eso sí, no esperéis que llegue al nivel exhibido en la magnífica ‘Kingsman: Servicio Secreto’ (‘Kingsman: The Secret Service’)-, y cómo el libreto de Pegg y Jung saca partido a ello resulta esencial para que sea algo más que una simple aventura de usar y tirar. No es que esto sea necesariamente negativo, pero siempre será preferible que se aspire a algo más.
Por lo demás, un buen aunque no memorable espectáculo visual -cada vez es más difícil sorprender al espectador en esta faceta- que no engulle la historia y el tono adecuado para lo que quiere ser ‘Star Trek: Más allá’, pero la mayor parte de cosas suceden demasiado rápido, no por caer en errores de montaje -ahí está todo bastante controlado-, sino por la velocidad a la que sucede todo. Ahí sí que tira más hacia lo de ser un pasatiempo de ver, disfrutar y olvidar rápidamente.
En definitiva, ‘Star Trek: Más allá’ es una película que tiene claro lo que busca y resulta muy efectiva en todas las virtudes que lleva asociada a ello, pero a cambio todo sucede quizá con una velocidad de más y su villano resulta mucho más anodino de lo deseable. El bagaje es claramente positivo, pero también algo inferior a las dos anteriores películas de la saga. Con todo, le da de sobra para ser uno de los mejores blockbusters -aunque creo que el mejor es el polémico pero muy divertido reboot de Cazafantasmas- de este verano.
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