Pocos directores como Paul Verhoeven ha habido en
Hollywood. Sus blockbusters podrán gustar más o menos, pero estaban
impregnados por las obsesiones y el estilo de su realizador, lo cual los
convertía en poco menos que únicos. Los remakes posteriores de algunas
de sus obras más destacadas lo han vuelto a demostrar y, por desgracia, a día de hoy no queda nadie que pueda sacar adelantes superproducciones que se asemejen a lo que él hacía.
De hecho, el propio Verhoeven hace años que dejó la meca del cine y ahora el simple hecho de que estrene una película es poco menos que un acontecimiento para los amantes del séptimo arte. Cuenta además con una libertad envidiable, pero el precio a pagar es que rueda mucho menos a menudo que antes. Por suerte, este próximo viernes 30 de septiembre llega a los cines ‘Elle’, una cinta retorcida y fascinante que en otras manos podría haber sido un auténtico desastre.
Hay multitud de formas de enfrentarse a una historia como la de
‘Elle’, pero la mayor parte de artistas seguro que hubiesen apostado por
un enfoque totalmente dramático que explorase a fondo las consecuencias psicológicas de la violación
que sufre la protagonista nada más empezar la historia o que optase por
una vía algo más comercial en la que todo girase alrededor de la
búsqueda de la venganza por parte de la víctima
No es que eso tenga nada de malo, pues hasta podría ser la base para un relato apasionante, pero no es lo que le interesa a Verhoeven, quien salta al vacío con un cóctel de lo más singular. Por lo pronto, ‘Elle’ cuenta con grandes dosis de humor -e incluso ironía-, algunas de forma directa y otras soterradas de tal forma que algunos espectadores puedan sentirse incómodos ante lo que sucede, para los cuales seguramente sería más recomendable ver cierto estupendo pasatiempo estrenado hace poco.
No obstante, Verhoeven controla en todo momento los límites del mismo
para que no surja la posibilidad de ver ‘Elle’ como una película que
broma sobre la violación y sus consecuencias. Simplemente aborda muchos
temas y eso requiere unos cambios de tono muy marcados. En la mayoría de
los casos, esas alteraciones habrían destrozado la película por la
enorme dificultad para encontrar el equilibrio en todo lo que propone el guion de David Birke, pero es precisamente ahí donde está la grandeza de ‘Elle’.
El propio Verhoeven ha reconocido que reorientó el guion original, que toma como base una novela de Philippe Djian, para acercarlo a sus intereses y eso es algo que se nota por lo cómodo que siente en la puesta en escena. Es cierto que los temas que tratan se prestan a ello, pero una cosa es que encaje con tus obsesiones personales y otra muy distinta es saber sacarle todo el jugo al material que tienes entre manos.
No es ya que subraye o matice de forma impecable todo lo que busca en cada escena, es que además demuestra un control absoluto sobre todo lo que sucede, sabiendo qué ha de potenciar en cada momento y también cuándo la ocasión requiere un mayor esfuerzo con la cámara o cuándo ha de confiar en sus actores, en especial en una impresionante Isabelle Huppert, una cómplice de primera para la retorcida misión que Verhoeven tiene para su Michèle.
A poco que uno investigue no tardará en descubrir que Verhoeven
pensaba hacer la película en Estados Unidos, pero todas y cada una de
las estrellas a las que ofreció el papel respondieron con un no tajante.
Ya el propio contenido espantaría a muchas, pero es que todo gira
alrededor de un personaje omnipotente y con unas motivaciones tan
particulares que requerían una entrega total y el menor miedo a
caer en el ridículo, un peligro muy presente en todo momento y que
Huppert esquiva con maestría.
A decir verdad, su Michèle es un personaje muy dado a caer antipático, pero lo es porque se ofrece un retrato sincero de todos sus problemas y actitudes, comenzando por el trauma infantil con su padre, pasando por su particular vida personal y profesional y alcanzando su punto álgido con la forma que tiene de lidiar con la violación. Todo tiene que hacerse a su manera y no está dispuesta a dar su mano a torcer, sea cual sea el precio a pagar.
Eso requiere tal nivel de dedicación que cualquier mínima duda por
parte de la actriz habría provocado que todo se viniera abajo. Es cierto
que Verhoeven demuestra un control total de lo que busca, pero de nada
serviría sin Huppert, quien ya desde el primer momento deseó el papel y demuestra entenderlo a la perfección y va dando desde su interpretación lo que requiere en todo momento.
Así se evita cualquier sensación de cambio de mentalidad azarosa y refuerza ese equilibrio necesario para ir saltando del drama intenso hasta la comedia casi absurda de forma tan natural que uno lo ve como algo completamente lógico. Sí es cierto que hacia el final hay alguna de las tramas -pienso sobre todo en lo relacionado con el amante de ella o la parte de la vida personal de su hijo- que baja un poco el nivel, dando cierta sensación de estar alargándose más de la cuenta, pero nunca lo suficiente como para manchar el resultado final.
En definitiva, ‘Elle’ es una gran película con la que Verhoeven demuestra que su talento sigue intacto y también su capacidad para llevar un material de primera a su terreno encontrando el toque justo para que todo brille por separado y luego encaje de forma fluida. Si además cuenta con una aliada tan implicada como Isabelle Huppert, lo único que nos falta por hacer es celebrar que hemos visto una de las mejores películas de 2016.
Via:blog de cine
De hecho, el propio Verhoeven hace años que dejó la meca del cine y ahora el simple hecho de que estrene una película es poco menos que un acontecimiento para los amantes del séptimo arte. Cuenta además con una libertad envidiable, pero el precio a pagar es que rueda mucho menos a menudo que antes. Por suerte, este próximo viernes 30 de septiembre llega a los cines ‘Elle’, una cinta retorcida y fascinante que en otras manos podría haber sido un auténtico desastre.
La importancia capital del tono
No es que eso tenga nada de malo, pues hasta podría ser la base para un relato apasionante, pero no es lo que le interesa a Verhoeven, quien salta al vacío con un cóctel de lo más singular. Por lo pronto, ‘Elle’ cuenta con grandes dosis de humor -e incluso ironía-, algunas de forma directa y otras soterradas de tal forma que algunos espectadores puedan sentirse incómodos ante lo que sucede, para los cuales seguramente sería más recomendable ver cierto estupendo pasatiempo estrenado hace poco.
El propio Verhoeven ha reconocido que reorientó el guion original, que toma como base una novela de Philippe Djian, para acercarlo a sus intereses y eso es algo que se nota por lo cómodo que siente en la puesta en escena. Es cierto que los temas que tratan se prestan a ello, pero una cosa es que encaje con tus obsesiones personales y otra muy distinta es saber sacarle todo el jugo al material que tienes entre manos.
No es ya que subraye o matice de forma impecable todo lo que busca en cada escena, es que además demuestra un control absoluto sobre todo lo que sucede, sabiendo qué ha de potenciar en cada momento y también cuándo la ocasión requiere un mayor esfuerzo con la cámara o cuándo ha de confiar en sus actores, en especial en una impresionante Isabelle Huppert, una cómplice de primera para la retorcida misión que Verhoeven tiene para su Michèle.
La vital aportación de Isabelle Huppert a ‘Elle’
A decir verdad, su Michèle es un personaje muy dado a caer antipático, pero lo es porque se ofrece un retrato sincero de todos sus problemas y actitudes, comenzando por el trauma infantil con su padre, pasando por su particular vida personal y profesional y alcanzando su punto álgido con la forma que tiene de lidiar con la violación. Todo tiene que hacerse a su manera y no está dispuesta a dar su mano a torcer, sea cual sea el precio a pagar.
Así se evita cualquier sensación de cambio de mentalidad azarosa y refuerza ese equilibrio necesario para ir saltando del drama intenso hasta la comedia casi absurda de forma tan natural que uno lo ve como algo completamente lógico. Sí es cierto que hacia el final hay alguna de las tramas -pienso sobre todo en lo relacionado con el amante de ella o la parte de la vida personal de su hijo- que baja un poco el nivel, dando cierta sensación de estar alargándose más de la cuenta, pero nunca lo suficiente como para manchar el resultado final.
En definitiva, ‘Elle’ es una gran película con la que Verhoeven demuestra que su talento sigue intacto y también su capacidad para llevar un material de primera a su terreno encontrando el toque justo para que todo brille por separado y luego encaje de forma fluida. Si además cuenta con una aliada tan implicada como Isabelle Huppert, lo único que nos falta por hacer es celebrar que hemos visto una de las mejores películas de 2016.
Via:blog de cine
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