Puede que muchos piensen que la nueva versión de 'Power Rangers’ se encarga de resucitar un material muerto para traerlo a la gran pantalla de nuevo, pero hay un detalle que quizá algunos desconocen y es que la serie de televisión infantil que debutó en 1993 sigue en el aire. Es decir, debe estar por la temporada 13045, pero ahí sigue con sus batallas coloridas, con un doblaje exagerado y escenas editadas directamente del popular programa japonés del que proviene la idea.
Hay residuo de la popularidad de las primeras temporadas en las actuales pero, de alguna manera, la idea original tiene una nueva audiencia. Quizá el universo interconectado de galaxias y mundos llenos de alienígenas, magos, robots, piratas y ninjas pueda tener algo del potencial que posee, por ejemplo, el universo cinematográfico de superhéroes de Marvel. Al fin y al cabo, Power Rangers lo llevaba haciendo una década antes que ellos, pero a medida que pasaban los años, la interrelación entre temporadas y mundos dejó de parecer cohesionada.
Superhéroes juveniles
Y es que el punto de partida sugiere una fusión de tendencias actuales que, comercialmente, explican el sentido de un reseteo de una serie de hace veinte años. Por una parte la coyuntura es la que es, y el cine fantástico llena taquillas. Un grupo de héroes adolescentes ofrece una alternativa a Marvel y DC con sensibilidad "millenial" que llena un nicho bastante obvio de público ansioso por nuevos universos cinematográficos de fantasía mecha.Además, tiene sentido reiniciar un universo que se ha ido sobrecomplicando tanto que incluso las series han muerto por la dificultad de llevar su propia continuidad. Cuando se anunció el remake, se dijo que hay planes para hacer de seis a ocho películas, por tanto no es una mala idea explorar las posibilidades del universo PR en pantalla grande; creando una saga con universos alternativos y posibilidad constante de mutación pero, eso sí, con efectos especiales más competentes y un más apropiado lenguaje visual.
Mundo Kaiju
Y es que hay que reconocer que los efectos visuales y el nivel de producción de esta era digital plantea unas posibilidades plásticas inexcusables. Llevar el mundo de maquetas, robots y trajes de goma a un escenario post ‘Transformers’ (2007), en pleno resurgir del kaiju, tiene sentido como espectáculo de escala colosal. En una era en la que se plantean universos comunes para Godzilla y King Kong, los héroes del Super Sentai tendrán algo que decir, ¿no?Aún está por ver la viabilidad del revival de monstruos gigantes, pero si tenemos en cuenta lo comentado sobre los superhéroes, y el resurgir de las peleas de colosos, un género que mezcla ambas tendencias, con acción a raudales y espíritu adolescente, no suena del todo mal como opción comercial.
Oscureciendo el tono y ampliando el público
Si a lo anterior sumamos que ‘Power Rangers’ ofrece algo más oscuro que la serie emitida en horario infantil de los 90. La posibilidades de llegar a rangos tanto de adultos como niños se abren con su calificación PG-13, un añadido de tono que realmente aporta sobre el material original. Sobre todo en lo referido a los villanos. Los monstruos molaban, pero eran tan grotescos e histriónicos que nunca daban miedo. Parece un cliché que en 2017 todo tenga que ser más reflexivo, serio o realista pero en el caso de un villano, puede ser un punto a favor que realmente se sientan amenazantes.Otros beneficios que han ayudado a hacer de nueva versión un producto más vendible es la corrección de algunos detalles de la original ‘Mighty Morphin Power Rangers’, en la que el Ranger Negro fue interpretado por un actor afroamericano y el Ranger Amarillo por una vietnamita. Quitar esa asociación de colores, la ruptura con ciertos estereotipos y la añadidura de una representación LGTB son detalles que para algunos no tendrá importancia, pero de nuevo, junto a la apertura de edades, amplía el espectro de público potencial.
Crítica de la película en Blogdecine: 'Power Rangers', difícil hacerlo mejor sin traicionar la franquicia (Mikel Zorrilla)
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