El nombre es Craig, Daniel Craig: la saga de James Bond no necesita cambiar de protagonista (todavía)
Han pasado prácticamente dos años desde que Sam Mendes diese carpetazo, y colocase un hermoso broche de oro titulado 'Spectre', al arco argumental bondiano iniciado en 2006 por la refrescante 'Casino Royale' de Martin Campbell. Un periodo de tiempo en el que los fans del espía británico habíamos perdido la esperanza de que Daniel Craig, su última encarnación en la gran pantalla, volviese a abrazar su estatus doble cero tras afirmar que "prefería cortarse las venas" antes de repetir en el papel.
Para regocijo de muchos, y pesar de los muchos detractores que Craig continúa arrastrando después de cuatro largometrajes como 007, las últimas informaciones apuntan a que el actor de Chester volverá a ponerse el traje de faena y salvar al mundo por quinta vez en 'Bond 25'. Una noticia digna de celebración que invita a reflexionar sobre por qué Daniel Craig es el James Bond del Siglo XXI que la franquicia merece y necesita.
Rubio, bajito y con cara de mala leche
Acostumbrados al aspecto estilizado y distinguido de Brosnan, y a un Bond que era más creíble sosteniendo una copa de Dry Martini que un fusil de asalto, la reacción general del público al descubrir que Craig sería su sustituto fue tan unánime como negativa. La opinión pública ardió aludiendo a su baja estatura, al color de su pelo, a sus facciones toscas, e incluso a elementos tan absurdos como el tamaño de sus orejas y sus pectorales.
Sin embargo, gran parte de los ya críticos con la decisión de casting atacaron más fervientemente la apuesta de Martin Campbell, apuntando al enfoque de la acción de corte más realista y físico, y al punto macarra y demasiado duro del personaje, realizando una injusta comparativa que tildaba el estilo del filme de una burda copia surgida tras la estela de las aventuras de Jason Bourne.
Lejos de la odiosa comparación, 'Casino Royale' sentó las bases de un 007 que —y que me perdonen los puristas—, nos ha regalado la mejor etapa a nivel cinematográfico de toda la franquicia y, junto a ella, a un James Bond complejo, profundo, violento y absolutamente irrepetible. Tal vez, el mejor de todos los tiempos.
Un Bond violento, complejo y atormentado
Lejos de ser algo casual, la violencia y maneras tan lejanas al refinamiento socarrón y estiloso de Connery, Moore y compañía, están justificadas con el punto de partida de 'Casino Royale'. James Bond acaba de recibir su estatus doble cero y su licencia para matar; es un novato fuera de control que necesita a sus superiores atándole en corto, y esto se refleja tanto en sus procedimientos como en su chulería de extrarradio.
Esto último se eleva como una de las subtramas clave para comprender a 007 y su peculiar trato con el sexo opuesto, de usar y tirar, y tildado por muchos de misógino. Un conflicto interno edificado sobre la falta de confianza y la traición de Vesper Lynd, plasmado en la letra de "Witings On The Wall" —If I risk it all, could you break my fall?—, tema principal de 'Spectre', filme que cierra el brillante arco del personaje.
"Nadie lo hace mejor" que Daniel Craig
Porque Craig tiene el físico perfecto para hacer creíble a un James Bond más héroe de acción que galán y, a su vez, posee unas aptitudes interpretativas más que demostradas —y superiores a las de sus precursores— que han aportado la verosimilitud necesaria a su carácter atormentado, y a la evolución del mismo a través de su periplo.
Es por todo esto, y por el hecho de haber contribuido a la realización de 'Skyfall', el mejor largometraje de la historia de 007 dirigido con un genio indiscutible por Sam Mendes y fotografiado con la maestría que sólo un grande como Roger Deakins puede atesorar, que debemos celebrar la permanencia de Craig en la franquicia, al menos, durante una entrega más. Porque él es Bond, James Bond.
Via:espinof
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