Primero, el aviso: no venimos aquí a quitar ningún mérito a la primigenia 'La matanza de Texas', una película que quizás solo puede codearse con 'La noche de los muertos vivientes' en lo que respecta a su papel fundacional del terror moderno. El género de terror, sencillamente sería muy distinto de cómo lo conocemos hoy sin esa pesadilla paroxística, demencial y abstracta, y que además deja en su perfección una cosa muy clara: Tobe Hooper sabía muy bien lo que hacía.
Es decir, pese a su bajísimo presupuesto, elementos de la película como el tratamiento del sonido, las situaciones estiradas hasta la asfixia y el ambiente enrarecido demuestran que aquel descenso a los infiernos no salió de casualidad. Hooper tenía un talento brutal, y solo hay que darse un paseo por el resto de su filmografía para comprobarlo.
Por supuesto que ninguna de sus otras películas puede competir con el impacto y las cualidades de 'La matanza de Texas'. Entre otras cosas, porque 'La matanza de Texas solo puede pasar una vez, de igual modo que solo puede haber una 'Halloween', una 'Pesadilla en Elm Street' o una 'Posesión infernal'. Pero es injusto recordar a Tobe Hooper únicamente por haber gestado a Leatherface y los suyos.
Trampa mortal
Esta vez tenemos a un redneck de Texas que tras matar a los desafortunados visitantes no los hace salchichas, como la familia Sawyer, sino que se los echa a un cocodrilo. ¿Lo mejor? Las interpretaciones salidas de madre (Neville Brand está glorioso) y el ambiente opresivo derivado de estar todo rodado en un plató y sin recurrir a exteriores, lo que le otorga cierta atmósfera pesadillesca muy espontánea.
El misterio de Salem's Lot
La casa de los horrores
Tobe Hooper concibió aquí un sofisticadísimo tren de la bruja que aprovecha todos los trucos del repertorio de un cineasta muy interesado en la manipulación extrema de la imagen y el sonido para para proponer un viaje aterrador y demente a partir de un argumento manido (jovencitos atrapados con un psicópata en un entorno hostil). Una obra maestra que merece mucha más atención.
Lifeforce: Fuerza vital
De hecho, el clímax de la película homenajea a la última entrega del doctor Quatermass, la mayúscula '¿Qué sucedió entonces?', pero antes de eso, Hooper ha tenido tiempo de aglutinar sin freno romances inter-especies y ataúdes extraterrestres en la cola de un cometa. El guión es de otro grande, Dan O'Bannon, y aún hoy, 'Lifeforce' sigue siendo una peli desequilibradísima, chiflada a más no poder, y absolutamente única.
Masacre en Texas 2
'Masacre en Texas 2' arranca con una persecución larguísima y una exhibición de gore extremo y acaba con media hora sin diálogos de sangre, sudor y motosierras, en un clímax comparable solo al de la película original. Entre ambos, la increíble secuencia en el estudio de radio, una familia Sawyer mítica, el legendario papel de Dennis Hopper como Texas Ranger en busca de venganza, Leatherface enamorado y una frase para la historia: "La sierra es la familia".
La masacre de Toolbox
Su última película decente llega mucho después, con 'La masacre de Toolbox', bobo y oportunista título en español de 'The Toolbox Massacre', que en teoría iba a ser un remake de un psycho-thriller de serie Z de los setenta. En realidad es una interesante y atmosférica -y menor- disquisición de Hooper sobre el espacio y los límites del terror, en una película en la que un viejo edificio de apartamentos es la nueva residencia del miedo.
De resultados discretos pero defendibles, 'La masacre de Toolbox' es la mejor de las últimas películas de Hooper, que cerró su filmografía con, posiblemente, el peor de todos sus films, 'Djinn' en 2013. Nada de eso empaña una carrera rebosante de joyas por descubrir en un director para el que la puesta en escena y el mensaje inconformista y nada complaciente lo era todo.
Via:espinof
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