Se estrena 'The Wall', el primer guion original comprado por Amazon y
nos encontramos con 'Brimstone', el debut en inglés del holandés Martin
Koolhoven
De precuelas adolescentes de las superestrellas del asesinato en serie al estilizado y caluroso giallo que tiene lugar bajo un sol de justicia. Cada día el festival de Sitges ofrece decenas de muertes distintas y en muy diversas circunstancias, pero quizás esta haya sido una de las jornadas más coloristas.
¿De qué se habla hoy en Sitges?
Las exposiciones del palacio Miramar son casi la única concesión a una edición tan especial como la número 50: se revisan carteles, vídeos y películas premiadas más significativas de este medio siglo, lo que es una excusa para repasar también, básicamente, la historia del fantástico moderno desde el prisma del festival. El aficionado más melancólico puede encontrar un indudable placer en las cartas (algunas manuscritas) que recibía la organización de parte de Dario Argento, Terence Fisher o Forrest Ackerman, por cuestiones tan mundanas como el horario de los trenes a Sitges.
¿Qué hemos visto?
Brimstone viene desde los Países Bajos (de hecho esta es la primera película rodada en inglés de su director, Martin Koolhoven), pero con reparto americano: unos espectaculares Guy Pierce, Dakota Fanning y Emilia Jones cuentan una historia que se despliega a lo largo de varios años y puntos muy distantes entre sí. Lo que no quita para que lo que esencialmente narra sea un drama de crecimiento personal a través del sufrimiento y de una idea muy desviada (y relacionada aquí con el fanatismo religioso) de la compensación y la retribución. La visión de Koolhoven está tan comprometida con su heroína que consigue combinar distintas variantes del western moderno (del crepuscular a los ribetes fantásticos, del costumbrismo pionero a la deconstrucción de los personajes tópicos -en este caso, ojo a las prostitutas del saloon-) sin perder la coherencia en dos horas y media que pasan en un suspiro.
My Friend Dahmer arranca con una secuencia muy similar a la inicial de Napoleon Dynamite: la presentación de una personalidad extravagante en un autobús escolar. Pero aunque Napoleón Dinamita tiene madera para convertirse en sociópata (uno muy gracioso, pero sociópata al fin y al cabo), el trasfondo de My Friend Dahmer es mucho más siniestro: cuenta los años de instituto, a veces ingenuos, a veces inquietantes, de uno de los asesinos en serie mas famosos de todos los tiempos, condenado en los noventa por asesinar a 17 hombres. La película juega con el conocimiento del espectador -como el lector del cómic de John Backderf en el que se basa el film- de que Dahmer va a tener un futuro macabro. Ese conocimiento le da a cada gesto y anécdota un matiz oscuro, y sin duda ese es el gran valor de una película que prescinde del delicioso feísmo de la novela gráfica y cae en alguna deriva narrativa perdonable. A cambio, aporta interesantes y perturbadoras reflexiones sobre cómo las dinámicas masculinas de poder modulan la personalidad de los marginados.
Creíamos que nos esperaba un giallo soleado en la linea de Amer, pero Laissez Bronzer les Cadavres es otra cosa: Hélène Cattet y Bruno Forzani continúan explorando los géneros populares europeos con una auténtica maravilla, quizás su mejor pelicula, y perfectamente coherente con el resto de su filmografia. Mas violentos y exaltado que nunca, Cattet y Forzani se sumergen en una mezcla de spaghetti western y grindhouse ultraviolento europeo de los setenta para desarrollar una historia / bomba de relojería sencilla y brutal. En Lesser Broncer… un grupo de atracadores se enfrentan a un codicidiado botín dorado en un entorno cálido y luminoso, pero también abstracto e irreal. El resultado es una explosión sensorial abrumadora, con un uso del montaje y el sonido sofisticadísimos y donde cada plano (se dice pronto: cada plano) desborda originalidad y sensualidad. Una propuesta distinta y no para todos los públicos, pero obligada para los gourmets del exceso audiovisual.
The Wall obtuvo cierto prestigio hace unos meses por convertirse en el primer guion original comprado para producir por Amazon Studios, después de aparecer en la Black List de guiones no producidos de 2014. La idea del guionista Dwain Worrell planteaba una situación limite durante los últimos estertores de la guerra de Irak: dos soldados norteamericanos son atrapados en una emboscada de un francotirador enemigo. John Cena y Aaron Taylor-Johnson son los dos protagonistas en situación limite, y tras un planteamiento inicial que despliega ese fetichismo por las armas y los procesos de la guerra moderna tan propios del cine bélico actual, The Wall se convierte en un thriller psicológico con todas las de la ley: villano enigmático, sádico y aparentemente todopoderoso, incremento asfixiante de las dificultades, cuenta atrás, continuos giros de guion… Doug Liman, con su desvergonzada y divertida Barry Seal: El traficante aún reciente, se pliega aquí a un proyecto mucho más modesto, pero que conecta sus inicios en el cine indie con su estupenda concepción del cine de acción y su ritmo.
¿Qué nos hemos perdido?
Con sus más y sus menos, la imaginería de Alejandro Jodorowsky siempre resulta atractiva y desafiante. Su Poesia sin fin, segunda entrega de sus películas autobiograficas, parece que no se queda atrás, y nos gustaría haber visto este año esta vision del mundo y del arte lisérgica y cautivadora (aunque ya anda por plataformas de streaming…)
¿Con quién hemos hablado?
S. Craig Zahler, director de Bone Tomahawk y Brawl in Cell Block 99, nos desvela una influencia en su cine que no pilla a nadie por sorpresa: el thriller de los setenta. Afirma echar de menos los tiempos en los que las películas se tomaban su tiempo para desarrollar personajes y atmósferas, y pone el ejemplo de Taxi Driver: “podrías quitar media hora de metraje y se entendería igual, pero no sería una obra maestra“.
¿Qué esperamos de la jornada de mañana?
¿Magia negra en la Estonia pagana en una coproducción de Estonia, Países Bajos y Polonia? November
puede tener título de comedia romántica, pero su planteamiento parece
encajar con el tipo de cosas por las que venimos a Sitges.
Via:cinemania
De precuelas adolescentes de las superestrellas del asesinato en serie al estilizado y caluroso giallo que tiene lugar bajo un sol de justicia. Cada día el festival de Sitges ofrece decenas de muertes distintas y en muy diversas circunstancias, pero quizás esta haya sido una de las jornadas más coloristas.
Las exposiciones del palacio Miramar son casi la única concesión a una edición tan especial como la número 50: se revisan carteles, vídeos y películas premiadas más significativas de este medio siglo, lo que es una excusa para repasar también, básicamente, la historia del fantástico moderno desde el prisma del festival. El aficionado más melancólico puede encontrar un indudable placer en las cartas (algunas manuscritas) que recibía la organización de parte de Dario Argento, Terence Fisher o Forrest Ackerman, por cuestiones tan mundanas como el horario de los trenes a Sitges.
¿Qué hemos visto?
Brimstone viene desde los Países Bajos (de hecho esta es la primera película rodada en inglés de su director, Martin Koolhoven), pero con reparto americano: unos espectaculares Guy Pierce, Dakota Fanning y Emilia Jones cuentan una historia que se despliega a lo largo de varios años y puntos muy distantes entre sí. Lo que no quita para que lo que esencialmente narra sea un drama de crecimiento personal a través del sufrimiento y de una idea muy desviada (y relacionada aquí con el fanatismo religioso) de la compensación y la retribución. La visión de Koolhoven está tan comprometida con su heroína que consigue combinar distintas variantes del western moderno (del crepuscular a los ribetes fantásticos, del costumbrismo pionero a la deconstrucción de los personajes tópicos -en este caso, ojo a las prostitutas del saloon-) sin perder la coherencia en dos horas y media que pasan en un suspiro.
My Friend Dahmer arranca con una secuencia muy similar a la inicial de Napoleon Dynamite: la presentación de una personalidad extravagante en un autobús escolar. Pero aunque Napoleón Dinamita tiene madera para convertirse en sociópata (uno muy gracioso, pero sociópata al fin y al cabo), el trasfondo de My Friend Dahmer es mucho más siniestro: cuenta los años de instituto, a veces ingenuos, a veces inquietantes, de uno de los asesinos en serie mas famosos de todos los tiempos, condenado en los noventa por asesinar a 17 hombres. La película juega con el conocimiento del espectador -como el lector del cómic de John Backderf en el que se basa el film- de que Dahmer va a tener un futuro macabro. Ese conocimiento le da a cada gesto y anécdota un matiz oscuro, y sin duda ese es el gran valor de una película que prescinde del delicioso feísmo de la novela gráfica y cae en alguna deriva narrativa perdonable. A cambio, aporta interesantes y perturbadoras reflexiones sobre cómo las dinámicas masculinas de poder modulan la personalidad de los marginados.
Creíamos que nos esperaba un giallo soleado en la linea de Amer, pero Laissez Bronzer les Cadavres es otra cosa: Hélène Cattet y Bruno Forzani continúan explorando los géneros populares europeos con una auténtica maravilla, quizás su mejor pelicula, y perfectamente coherente con el resto de su filmografia. Mas violentos y exaltado que nunca, Cattet y Forzani se sumergen en una mezcla de spaghetti western y grindhouse ultraviolento europeo de los setenta para desarrollar una historia / bomba de relojería sencilla y brutal. En Lesser Broncer… un grupo de atracadores se enfrentan a un codicidiado botín dorado en un entorno cálido y luminoso, pero también abstracto e irreal. El resultado es una explosión sensorial abrumadora, con un uso del montaje y el sonido sofisticadísimos y donde cada plano (se dice pronto: cada plano) desborda originalidad y sensualidad. Una propuesta distinta y no para todos los públicos, pero obligada para los gourmets del exceso audiovisual.
The Wall obtuvo cierto prestigio hace unos meses por convertirse en el primer guion original comprado para producir por Amazon Studios, después de aparecer en la Black List de guiones no producidos de 2014. La idea del guionista Dwain Worrell planteaba una situación limite durante los últimos estertores de la guerra de Irak: dos soldados norteamericanos son atrapados en una emboscada de un francotirador enemigo. John Cena y Aaron Taylor-Johnson son los dos protagonistas en situación limite, y tras un planteamiento inicial que despliega ese fetichismo por las armas y los procesos de la guerra moderna tan propios del cine bélico actual, The Wall se convierte en un thriller psicológico con todas las de la ley: villano enigmático, sádico y aparentemente todopoderoso, incremento asfixiante de las dificultades, cuenta atrás, continuos giros de guion… Doug Liman, con su desvergonzada y divertida Barry Seal: El traficante aún reciente, se pliega aquí a un proyecto mucho más modesto, pero que conecta sus inicios en el cine indie con su estupenda concepción del cine de acción y su ritmo.
¿Qué nos hemos perdido?
Con sus más y sus menos, la imaginería de Alejandro Jodorowsky siempre resulta atractiva y desafiante. Su Poesia sin fin, segunda entrega de sus películas autobiograficas, parece que no se queda atrás, y nos gustaría haber visto este año esta vision del mundo y del arte lisérgica y cautivadora (aunque ya anda por plataformas de streaming…)
¿Con quién hemos hablado?
S. Craig Zahler, director de Bone Tomahawk y Brawl in Cell Block 99, nos desvela una influencia en su cine que no pilla a nadie por sorpresa: el thriller de los setenta. Afirma echar de menos los tiempos en los que las películas se tomaban su tiempo para desarrollar personajes y atmósferas, y pone el ejemplo de Taxi Driver: “podrías quitar media hora de metraje y se entendería igual, pero no sería una obra maestra“.
¿Qué esperamos de la jornada de mañana?
Via:cinemania
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