'La suerte de los Logan', un gran entretenimiento que no se limita a ser 'Ocean's Eleven' con palurdos

'La suerte de los Logan', un gran entretenimiento que no se limita a ser 'Ocean's Eleven' con palurdos
Prácticamente cinco años pasaron desde el anuncio de que Steven Soderbergh dejaba el cine hasta la confirmación de su regreso a la gran pantalla con ‘La suerte de los Logan’ (‘Lucky Logan’). Durante esos años dirigió todos los episodios de las dos temporadas que tuvo ‘The Knick’, confirmándose además que su vuelta no iba a ser algo puntual, ya que también se concretó que va a realizar un largometraje centrado en el escándalo de los papeles de Panamá.
Por ahora toca conformarnos con ‘La suerte de los Logan’, cinta que llegó el pasado viernes a los cines de toda España y que cuenta una historia con la que resulta inevitable acordarnos de ‘Ocean’s Eleven’ por la coincidencia temática. Sin embargo, la conexión no va más allá de eso y de contar con Soderbergh tras las cámaras, ya que aquí nos zambullimos en el mundo de las clases bajas americanas para ofrecernos lo que tampoco quiere ser más que un entretenimiento impecable, algo que no tiene nada de malo y que tampoco se queda lejos de conseguir.

De lo mundano a lo extraordinario

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A priori resulta sencillo pensar en ‘La suerte de los Logan’ como una especie de versión en clave redneck de ‘Ocean´s Eleven’, ya que sus protagonistas vienen a representar ciertos estereotipos de la América profunda que son conveniente utilizados para cimentar las bases dramáticas y cómicas de la función. No obstante, hay tal inteligencia detrás de la construcción de los personajes que verlos como unos simples palurdos resulta un error a mi juicio.
No tengo hasta qué punto esa elocuencia, por mucho que puntualmente se base en detalles menos elegantes -pienso por ejemplo en los sorprendentes métodos del personaje interpretado por un muy divertido Daniel Craig- y que se pierda ese brillo visual de la saga liderada por George Clooney, pero nunca la precisión en el trabajo de puesta en escena de Soderbergh. Aquí se trata de un atraco más mundano con un peculiar grupo de ladrones, lo cual se traduce en una apuesta decidida por la comedia.
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La cuestión es que los personajes sí encajan como concepto en lo que uno podría entender como la poor white trash americana, pero el guion de la debutante Rebecca Blunt -lo más probable es que un seudónimo para Jules Asner, la esposa de Soderbergh- se aprovecha de la apariencia, sobre todo en el caso de los personajes de Craig y sus hermanos, pero hay algo que convierte a los Logan en excepcionales más allá de una legendaria mala suerte que les ha condenado a una vida muy por debajo de lo que debería.
Eso les permite destacar y también que Jimmy, un Channing Tatum que hasta cierto punto utiliza la misma fórmula que Clooney para conquistarnos a través de su carisma, pueda idear un plan de robo muy por encima de lo que uno esperaría en un caso. Además Soderbergh lo hace manteniendo siempre un tono ligero y midiendo al detalle la información que va dando al espectador tanto sobre la historia en general como dentro de cada plano, enterándonos de cada cosa solamente cuando él lo cree necesario.

Todo está medido en ‘La suerte de los Logan’, quizá demasiado

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Eso sí, esa capacidad para que todo encaje no es inconveniente para que vayan surgiendo diferentes contratiempos que primero hagan cambiar el plan y después den pie a situaciones rozando el absurdo, pero sin romper nunca el tono, pues Soderbergh sabe muy bien hasta dónde y cómo puede estirar las situaciones planteadas por Blunt. La pega es que la frescura de lo planteado va perdiendo fuerza poco a poco y una vez todo se aclara, no se toca techo, sino que simplemente se llega al punto de llegada.
Por un lado tenemos que esa clarividencia inicial de los personajes, donde hasta Riley Keough posee una inteligencia muy por encima de los personajes ajenos al plan, siendo un inspirado Adam Driver el que mejor mide eso para que no parezca demasiado que tiene demasiadas luces para estar en la situación en la que está –ese toque de amargura de su personaje le sienta fenomenal-, y es que se incide más en eso que en la situación desesperada del protagonista.
Es cierto que no faltan los contratiempos para que no todo resulte demasiado previsible para el espectador o fácil para los protagonistas, pero ahí es donde lo medido que están los acontecimientos y la progresión narrativa se vuelve ligeramente en su contra. No obstante, el objetivo de ‘La suerte de los Logan’ nunca va más allá de ser un entretenimiento con buenos personajes resuelto de la mejor forma posible, algo que impide que ese detalle acaba siendo demasiado importante, porque de lo contrario se habría cargado por completo toda la parte del suspense que a fin de cuentas no deja de ser un mero accesorio en lugar de algo esencial.
En definitiva, ‘La suerte de los Logan’ es un gran pasatiempo que recurre a la aparente idiotez para construir un relato mucho más inteligente de lo que parece a simple vista y cuyo único defecto molesto es que la frescura de la propuesta acabe perdiendo gas durante su tramo final cuando eso debería haber sido el punto culminante del relato. Pese a todo, demos las gracias de volver a tener a Steven Soderbergh haciendo películas y esperemos que nunca vuelva a irse.

Otra crítica en Espinof: ‘La suerte de los Logan’ es un cuento de hadas moderno dentro de una brillante comedia de atracos

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