Sería imposible comprender el cine de terror nacional contemporáneo sin remontarse a los inicios de la ya lejana década de los noventa. Por aquél entonces, el cortometraje gozaba un peso y trascendencia infinitamente superiores a los que ostenta hoy día, y sirvió de inmejorable carta de presentación a cineastas como Jaume Balagueró: uno de los principales estandartes del cine de género patrio.
Atendiendo a su impoluta trayectoria, iniciada en 1994 con su triunfo en el Festival de Sitges gracias a su corto 'Alicia' y en la que ha habido cabida hasta a reinvenciones lingüísticas como la vista en '[Rec]', espina ver la deriva, falta de su inspiración inherente, que está tomando su filmografía desde su cierre de la saga de los infectados en '[REC] 4: Apocalipsis', y que se ha extendido a 'Musa'; su último largometraje hasta la fecha.
La cinta se presenta invadida por unos claroscuros que mimetizan a los que pueblan su sugestivo tratamiento de la imagen. De este modo, 'Musa' nos va dando una de cal y una de arena, gestionando la intriga con eficiencia pero tropezando en su incapacidad para sorprender al resolver sus tramas; desplegando un imaginario visual con pasajes realmaente inspirados intercalados entre una tónica general casi telefilmesca; y haciendo progresar el relato con unos altibajos de ritmo que parecen obedecer a la búsqueda de una fidelidad excesiva al texto de Somoza.
Por desgracia, estos últimos fragmentos conforman una mínima parte del total de un filme que, lejos de ser fallido, sabrá satisfacer a todos aquellos que busquen un thriller genérico con despuntes de una agudeza que parece reprimida. Para los más experimentados del patio de butacas y, especialmente, los conocedores y seguidores de la obra de su director, 'Musa' se convertirá en una experiencia frustrante que nos hará encomendarnos a cualquier deidad que se tercie para recuperar de una vez y en plena forma al Balagueró que todos conocemos.
Via:espinof
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