Puede que hasta hace poco pensaras que 'Star Trek' era una mala copia de 'Star Wars'. Un subproducto cutre dirigido exclusivamente a nerds que se pasan el día viajando de convención en convención disfrazados con pijamas de colores y un nulo sentido del ridículo. Jamás se te pasaría por la cabeza pensar que le pudiera toser ni un poquito a la franquicia cinematográfica más descomunal de la historia del cine.
Me temo, joven padawan, que los prejuicios nublan tu mente: 'Star Trek' fue creada 13 años antes que 'Star Wars' y gran parte de los méritos creativos de esta última fueron robados de otras fuentes, siendo 'Star Trek' una de ellas.
Un momento. No es mi intención provocar a una masa enfurecida de fanboys. Lo cierto es que existe al menos un argumento de peso para no comparar las dos sagas espaciales más influyentes de la historia del audiovisual: juegan en dos ligas distintas. 'Star Wars' es fantasía heroica y 'Star Trek' es ciencia ficción, tienen objetivos muy diferentes y es prácticamente imposible encontrar puntos en común realmente relevantes más allá del naves espaciales y rayos de colores.
Dicho esto, te suplico cierta complicidad. Olvídate de la lógica por un momento, abraza el Lado Oscuro de la razón y déjate llevar por las emociones. Es lo que yo voy a hacer a continuación para explicaros por qué 'Star Trek' es claramente superior a 'Star Wars'.
1. Su universo es más rico
Mientras la creación de Gene Roddenberry apostó desde un principio por un mundo coherente y una sofisticada cronología, Star Wars ha centrado su atención una y otra vez en el conflicto luz/ oscuridad, sin profundizar en los grises y rechazando de raíz cualquier aproximación mínimamente intelectual a la psicología de sus personajes. Por no hablar de todo lo relativo a cultura y tecnología, cuya intencionalidad creativa nunca va más allá de lo estético.
Al menos existe todo un submundo de productos derivados formado por cientos de novelas, videojuegos, cómics y juegos de rol donde Star Wars sí ha conseguido ampliar su universo mucho más allá de lo visto en el cine. Pero claro, Star Trek también tiene su propio universo extendido igual de denso e inabarcable...
2. Agradar al fan: el gran lastre de Star Wars
No vamos a decir que Star Trek sea un ejemplo vanguardia audiovisual, pero sí que existe una intención de inspirar a los espectadores a través de ideas estimulantes, aunque muchas veces estas puedan ser rechazadas por el núcleo duro de los fans. En cambio la forma en la que Star Wars ha sido y es gestionada por sus, ejem, administradores tiene algo de religión. Todo autor que fiche por la franquicia tiene que plegarse ante la exigencia de la productora, diluir su estilo al máximo y rendir tributo a los textos sagrados (las dos primeras películas).
¿El objetivo? Mantener y ampliar la base de fans dándoles exactamente lo que ellos quieren. En realidad estamos ante el clásico ejemplo de cultura empresarial rancia basada en anular y someter la creatividad de sus responsables y ponerles a exprimir una gallina a la que le quedan más bien pocos huevos por poner: un error de proporciones galácticas cuyas consecuencias veremos más pronto que tarde.
3. La música
Volvamos a Star Trek y analicemos su trayectoria musical: Alexander Courage, Jerry Goldsmith, James Horner, Leonard Rosenman, Cliff Eidelman, Ron Jones o Dennis McCarthy entre otros muchos. Todos ellos con una identidad autoral muy definida y unas partituras de calidad incuestionable, contribuyeron a un legado en constante expansión sin por ello renunciar a algunos elementos definitorios y fanfarrias simbólicas casi tan presentes en la cultura popular como los temas centrales de Star Wars.
Hay un caso muy representativo de este problema. Michael Giacchino, uno de los mejores compositores de la actualidad, fue autor de la memorable partitura de 'Star Trek' (2009). Un trabajo donde su reconocible estilo basado en temas minimalistas y un uso predominante del piano emergía para redondear una obra épica, contundente y refrescante, aunque respetuosa con la tradición sonora de la saga (incluyendo una reformulación del tema original de Courage).
4. Un mensaje para la posteridad
Como en la mejor ciencia ficción, Star Trek brilla cuando habla de nuestro presente, como en la estupenda 'Star Trek VI: Aquel país desconocido' (un reflejo de la caída del telón de acero), una película que además de su valioso contenido, también cuenta grandes batallas espaciales que no tienen nada que envidiar a las de cualquier película de Star Wars. Una demostración de que se puede hacer una película con un guión interesante y cerebral, sin renunciar en ningún momento a un gran espectáculo pirotécnico.
Lo más cerca que tenemos en Star Wars es el mensaje político que George Lucas intentó sembrar en la trilogía de las precuelas, sobre todo en la estimable 'La venganza de los Sith'. Pero debido a su desastrosa ejecución y al rechazo de los fans, es improbable que los senderos de Star Wars vayan a retomar ese camino visto lo visto... Al menos la llegada de Disney ha supuesto algunos avances en material de diversidad. Algo es algo.
5. Sus alienigenas son mejores
En Star Trek tenemos: vulcanos, klingons, romulanos, ferengis, andorianos, cardasianos... y todo esto sin entrar en mestizajes y otras formas de vida más difíciles de definir. Todas ellas razas alienígenas con su historia, culturas complejas, idiomas propios, tradiciones religiosas y sistemas político-económicos completamente diferenciados. Nada más que añadir a este respecto, señoría.
6. Los viajes en el tiempo
Es una pena, porque los viajes en el tiempo son un recurso dramático alucinante con casi infinitas posibilidades. Muchos de los mejores momentos de Star Trek han utilizado esta idea para contar grandes historias que curiosamente, no tienen nada que ver con el hecho del viaje temporal (y menos mal: el recurso nunca debería eclipsar al subtexto). No importa que no siempre sean teorías científicas de lo más plausible, solo es necesaria cierta coherencia y un mínimo de sensatez a nivel de guión para que la suspensión de la incredulidad haga su trabajo con los espectadores.
Realmente me gustaría ver un viaje en el tiempo que pudiera encajar en Star Wars, hay formas de hacerlo sin que chirríe demasiado, usando alguna explicación más mística que científica sería asumible. Pero de nuevo, me temo que los fans no pondrían buena cara y Disney no está por la labor de tocar demasiado su licencia más valiosa.
Y dejamos para el final un elemento CLAVE que inclina aún más definitivamente la balanza en favor de Star Trek…
7. William Shatner
THE SHAT es una institución y una marca en si mismo. No es la clásica superestrella internacional y de ahí que en España no sea un nombre especialmente reconocido, pero en EE.UU su estatus es superior al de una estrella: Es, una leyenda. Es reconocido tanto por su inquebrantable sentido del humor a la hora de reírse de sí mismo, como por su desnortada pedantería y delirios de grandeza.
¿Ahora estamos más de acuerdo? ¿Aún no? Veo que aún te queda mucho que aprender joven padawan, es cuestión de tiempo que abraces la lógica para rendirte a la evidencia: Star Trek es definitiva y categóricamente, mucho mejor que Star Wars.
Via:espinof
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