"Es una película sobre la esperanza y las emociones humanas. La hice para todo el mundo. El cine es, desde luego, el mejor lugar para verla." (Naoko Yamada, directora de 'A Silent Voice')2016 fue un gran año para la animación japonesa. Se estrenaron 'Your Name' ('Kimi no na wa'), 'En este rincón del mundo' ('Kono sekai no katasumi ni') y 'A Silent Voice' ('Koe no Katachi'), que por fin llegó a la cartelera española recientemente. Tres películas hermosas y emocionantes que, como el cine asiático en general, nos llegan tarde y mal, con escasas copias.
Ninguna de las tres fue nominada al Óscar, en su lugar se destacaron grandes entretenimientos familiares puramente comerciales: 'Vaiana' ('Moana'), 'Zootrópolis' ('Zootopia'), 'Ferdinand' y 'El bebé jefazo' ('The Boss Baby'). Por supuesto, Hollywood tiene derecho a premiar sus producciones; lo triste, y grave, es que haya tan poco espacio en la cartelera para propuestas tan especiales como 'A Silent Voice', pensadas para disfrutar en el cine pero prácticamente destinadas al mercado doméstico.
El acoso escolar y sus consecuencias
La mirada de esta autora, muy preocupada por el mundo interior de sus personajes y la captura de sus emociones, es para mí una de las grandes razones por las que no hay que perderse 'A Silent Voice'. Yamada ha declarado que 'A Silent Voice' va más allá del bullying y la discapacidad de una de sus protagonistas, y tiene razón, si bien gran parte de su historia gira en torno a estos temas. Concretamente, a las consecuencias de dos actos de acoso escolar.
El film arranca presentando a Shoya Ishida, que como adolescente muy intenso que es, está pensando en el suicidio. Vemos que ha trazado un plan perfecto, pero no llega a dar el paso. A partir de ahí se alternan flashbacks sobre la etapa escolar, donde vemos el origen de las razones que le han llevado a querer quitarse la vida, con escenas del presente donde Shoya acude al instituto; durante esta transición, el chico pasa de acosador a acosado.
Shoya es acusado de maltratador y queda aislado; con los años desarrolla un fuerte sentimiento de culpa y es incapaz de relacionarse con los otros estudiantes. Mientras las dificultades que tiene Shoya para comunicarse son transmitidas a través del sonido, la incapacidad que adquiere Shoya se ilustra tachando los rostros de sus compañeros de instituto. La realizadora acentúa esta limitación plasmando cómo el chico desvía la mirada constantemente a los zapatos.
Los esfuerzos de Shoya por sobrellevar su situación le llevan a aprender el lenguaje de signos (un aspecto muy cuidado por la directora) para intentar acercarse a la víctima de sus acciones en el pasado; emprende así el camino para la redención. A través de su viaje contemplamos la evolución de los demás personajes, sus conflictos y sus anhelos, plasmados con elegancia y sensibilidad por una autora interesada en los detalles que delatan emociones e intenciones.
'A Silent Voice' es hermosa y emocionante, aunque a veces peca de intensa
Con este propósito, Naoko Yamada desvía la narración de la trama para que observemos aspectos de la vida diaria de sus protagonistas, de su rutina, sus comportamientos y relaciones, llegando a crear personajes y entornos tan cercanos y auténticos que parecen reales. Es asimismo muy llamativo el esfuerzo de la directora por hacernos partícipes de lo que sienten sus personajes a través de todos los recursos a su alcance, desde la animación a la música de Kensuke Ushio.
'A Silent Voice' es un melodrama puro y peca de intenso en ocasiones, quizá demasiado. Mi mayor problema es la evolución del personaje de Shoko, no termino de creer sus reacciones; no guarda rencor a nadie, es como una mártir, dispuesta a seguir sufriendo con una sonrisa. Y cuando se derrumba lo hace por un motivo que no encuentro justificado, explicado por lo que sabemos de ella. Por otro lado, la película se me hizo un poco larga, quizá porque Yamada intenta abarca todo lo posible, o por tantos saltos temporales, que desvían la atención.
En cualquier caso, aplaudo la película por dos grandes motivos, su belleza estética y el original enfoque de la autora. Los mensajes que se insertan a través del material original hacen que sea también un título muy recomendable para todos los públicos. Oh, y suena 'My Generation' al inicio (para capturar una actitud, un espíritu que podemos entender todos). Eso siempre es un plus.
Via:espinof
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