A estas alturas, cantar las alabanzas de Steven Spielberg, quizás el director de cine más influyente y significativo de la historia del Hollywood moderno, es una tarea condenada a, como mínimo, no contar nada nuevo. Su obra ha sido analizada al detalle: los grandes éxitos y las decepciones de taquilla, sus logros artísticos y sus pequeños fiascos. Su labor como productor es tan influyente o más que la de director, especialmente en los años ochenta. Y su estilo como narrador audiovisual ha sido diseccionado hasta el más mínimo detalle.
La llegada de 'Ready Player One', que algunos califican de un encargo resuelto con solvencia y otros de su mejor film desde 'Munich', vuelve a poner en primera fila a un director que aún rueda sin descanso y con una libertad creativa prácticamente total, con un pie en la integridad artística y otra en la casi infabilidad comercial. Para celebrar que Steven Spielberg sigue vivo y bien, ya lejos de revolucionar el cine mundial con cada estreno pero aún muy capaz de facturar periódicamente entretenimiento de primera categoría, hemos seleccionado sus 13 mejores películas.
El diablo sobre ruedas (1971)
Asombrosamente precisa para ser un cuasi-debut, el secreto de esta modesta producción televisiva está en la pericia y fidelidad con la que Spielberg visualiza el guión del gran Richard Matheson, basado en una historia propia. Ahí ya estaba la sintética idea de base (un hombre común -Dennis Weaver- es perseguido por un despiadado camión) e ideas brillantes en la puesta en escena, como que nunca se vea al conductor del camión, lo que convierte en villano al propio vehículo.
Tiburón (1975)
El resultado, por suerte, acabó alcanzando un estatus merecidamente mítico, gracias a la casi abstracta banda sonora de John Williams, un montón de frases históricas, unas interpretaciones memorables, una dosificación del suspense perfecta y una campaña de promoción revolucionaria y que cambiaría los veranos de Hollywood para siempre: películas con un high-concept resultón, brasa publicitaria hasta el agotamiento y un esquema de producción del que el propio Spielberg sacaría buen partido en el futuro.
Encuentros en la Tercera Fase (1975)
Toda una obra fundacional gracias a la creatividad de una buena cantidad de nombres propios: en el guión participaron en distintos grados gente como Paul Schrader, John Hill o David Giler, en los efectos especiales se contó con creadores de la talla de Douglas Trumbull, Carlo Rambaldi o Ralph McQuarrie, pasando por el creador del legendario logotipo de la película, Dan Perri. Y es el primer paso de Spielberg en un género al que volvería muy a menudo, y que aquí trató con una sensibilidad única, en una película con una construcción férrea y expuesta con varios frentes narrativos simultáneos.
En busca del Arca Perdida (1981)
También hubo secuelas muy interesantes en cómic (la colección de Marvel, entre 1983 y 1986, con su propia continuidad, es una delicia) y en la televisión (con 'Las aventuras del joven Indiana Jones', quizás la secuela más respetuosa con el tono del Arca Perdida original). Entre todas fijaron las bases de un estilo que era una versión hipercinética de los seriales de aventuras que inspiraron a Spielberg y George Lucas en la creación de Indiana, y que fue mutando de diversas formas: por ejemplo, de modo extremadamente siniestro en 'Indiana Jones y el Templo Maldito'. La trilogía original es, sin ninguna duda, una de las bases fundacionales del moderno cine de aventuras, irónico, nostálgico y espectacular.
E.T. el extraterrestre (1981)
'ET' es un buen resumen de todo lo bueno del cine del director (puesta en escena detallista y clásica, innovación técnica, renovación de géneros), y también de todo lo menos bueno (puntualmente sensiblera, un sambenito del que Spielberg no se desembarazaría nunca, aunque se le echó en cara especialmente en los ochenta... paradójicamente, antes de que empezara a centrarse en los dramas). Es una curiosa continuación, en modo familiar y accesible, de las propuestas de 'Encuentros en la tercera fase', y una curiosa (y, cómo no, extremadamente influyente) vuelta de tuerca a las historias de invasiones espaciales, cuyo aspecto más terrorífico explotaba el guión original del film.
Parque Jurásico (1993)
Hoy, sin embargo, es fácil encontrarle atractivo como una monster movie de aires clásicos, sobre todo si se la compara con la transformación de los blockbusters veraniegos en monstruos de hierro y fuego sin demasiada personalidad. Secuencias como la persecución del T-Rex o el acoso de los velocirraptores, o aquellas donde brilla el Spielberg más familiar -como la aparición del primer diplodocus-, de un contagioso sentido de la maravilla, hacen que se perdonen con facilidad algunos problemas como el desarrollo de los personajes o el ocasional exceso de azúcar.
La lista de Schindler (1993)
Brillantísima y melodramática, con unas interpretaciones extraordinarias de Liam Neeson y Ben Kingsley, pero también de Ralph Fiennes como oficial nazi, extraía toda su fuerza de estar basada en hechos reales: un nazi arrepentido hace uso de sus influencias para salvar a judíos de los campos de concentración. Pese a su fama, no es el mejor drama de Spielberg, sin embargo: el tiempo ha relativizado sus logros, y aunque técnicamente es un prodigio, la exposición de parte de los hechos y su algo maniquea visualización del Holocausto hace que no haya envejecido demasiado bien.
Salvar al soldado Ryan (1998)
Especialmente, la secuencia inicial -una sucísima experiencia que pone al espectador al nivel de los soldados aliados protagonistas del Desembarco de Normandía en la Segunda Guerra Mundial- ha sido diseccionada al detalle como una de las escenas de guerra más realistas de todos los tiempos, y por ello mismo, también ha sido muy imitada. En el núcleo del film, un drama castrense no tan destacable como las secciones de muerte y destrucción, pero beneficiado por un extraordinario Tom Hanks en una de las mejores interpretaciones de su carrera. Y como complemento perfecto para la película, una producción de Spielberg, la coetánea miniserie televisiva 'Hermanos de sangre'.
AI - Inteligencia Artificial (2001)
El resultado es, aún hoy, una de las películas más incomprendidas de Spielberg, debido sobre todo al extraño viraje estético y temático que la película hace en su segunda mitad, entrando en cuestiones de auténtica metafísica-ficción. Convirtiendo la irregularidad de tonos y estéticas en una virtud, estamos ante la película más inclasificable y difícil de Spielberg, pero también en un auténtico hito entre sus aproximaciones al género, acompañamiento perfecto de sus clásicos más intocables, 'Encuentros en la Tercera Fase' y 'ET el extraterrestre'.
Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio (2011)
Pero la película es genuínamente divertida, recupera la devoción de Spielberg por la aventura gritona y saltarina y tiene un par de persecuciones que son más bellas que la Victoria de Samotracia. Quizás no muy indicada para fans fatales del personaje o de las adaptaciones al pie de la letra, pero sí desde luego para quienes echan de menos al Indiana de los viejos tiempos.
Atrápame si puedes (2002)
Además de, cómo no, sus soberbias interpretaciones principales, este sofisticado juego de gato y ratón encuentra su mayor virtud en la macedonia de géneros y cómo Spielberg juega con todos ellos: del thriller al drama, pasando por la comedia de confusión de identidades y las intrigas suaves de robos imposibles. Un festival de referencias no explícitas con el que el director rinde cuentas con un cine clásico en el que él, claramente, se ve más reflejado que en los ruidosos espectáculos de acción actuales (y que, ironías de la vida, ayudó a apuntalar).
Munich (2005)
Todo el cine posterior de Spielberg parece más ligero e intrascendente (empezando por una película de espías en un tono serio pero mucho más comedida, 'El puente de los espías') en comparación con esta película técnicamente deslumbrante, que imita los modos del thriller urbano de los setenta, queriendo contemplar cara a a cara a sus maestros. Destacan unas increíbles interpretaciones (un Eric Bana que no teme resultar antipático en cabeza) y una meticulosa recreación de una época cuyo eco de los disparos aún seguimos recibiendo hoy día.
Los archivos del Pentágono (2017)
Quizás lo más estimulante de 'Los archivos del Pentágono' es que 'Ready Player One' se ha estrenado casi sucesivamente, y eso hace que no podamos predecir el futuro de un Spielberg aún completamente activo y dispuesto a dar sorpresas. El director de 'Tiburón' quizás ya no esté como para andar poniendo patas arriba la industria, pero la culpa no es solo suya: es que la industria se ha diversificado de una forma asfixiante. Pero mientras Spielberg siga teniendo ese ojo clínico para la puesta en escena y la dirección de actores, y sobre todo, esa voluntad de reformular con espíritu lúdico los géneros clásicos, nosotros seguiremos muy atentos a su cine.
Esto es lo que considero imprescindible del director. Ahora es vuestro turno: ¿cuáles opináis que son las mejores películas de Steven Spielberg?
Via:espinof
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