Un simple vistazo a las imágenes promocionales y trailers de las respectivas películas de Angelina Jolie ('Tomb Raider' y 'Tomb Raider: La cuna de la vida') y Alicia Vikander ('Tomb Raider') interpretando a Lara Croft, deja bien claras las diferencias entre ambas formas de enfocar un mismo personaje, y no solo porque hayan pasado quince años entre una y otra. Sucede que, en cierto sentido, Vikander y Jolie están interpretando a Laras distintas.
Lara Croft nació en 1996 a partir de 'Tomb Raider', un videojuego desarrollado por Core Design que se convirtió en un éxito por su inteligente y entonces muy original combinación de elementos. Exploración de entornos asilvestrados, puzles infernales, secciones de saltos, plataformas, equilibrismo y habilidad, y finalmente, algo de acción. Lara Croft encandiló a los jugadores y se convirtió en un icono pop completamente transmedia requerido por U2 para aparecer en sus conciertos y siendo portada de revistas de moda.
En 2013 Crystal Dynamics planteó un giro total en la franquicia, uno que sin embargo permitía a la saga permanecer fiel a sus raíces. Lara Croft perdería su condición de femme fatale de la arqueología y se convertiría en una jovencísima exploradora, valiente y capaz, pero frágil como cualquier humano en entornos hostiles. El resultado fue un (otro) bombazo, que perdía la estratosférica dificultad de los primeros juegos, narraba sus primeras aventuras y convertía a Lara en un personaje completamente accesibl.
La adaptación de Alicia Vikander posiblemente bebe más de esta nueva Lara (que en 2015 vio llegar su primera secuela) que de la clásica. Muy joven, llena de recursos, pero indudablemente más cercana que la Lara de Angelina Jolie. Hemos revisado las dos primeras entregas de la franquicia y hemos tomado buena nota de lo que fallaba en ellas. Estos son los detalles a los que tiene que atender Roar Uthaug si quiere que su 'Tomb Raider' sea más memorable que los de principios de siglo.
Cuidado con las modas pasajeras
La nueva 'Tomb Raider' debería estar atenta a las últimas tendencias en el cine de acción... para no imitarlas. La estética y temática de Lara Croft, arqueóloga y aventurera clásica, es bastante atemporal, y nada haría más daño a la pervivencia de la franquicia que guiños estéticos de rápida caducidad a 'Fast & Furious' o 'Los juegos del hambre'.
Ojo con abusar de los efectos especiales
'Tomb Raider', no nos cansamos de repetirlo, debe ser sucia, debe estar pegada a los pedruscos y las areniscas para dar esa auténtica sensación de exploración que los juegos transmitían tan bien, y que con tanto acierto han renovado la serie en las dos últimas entregas. Por ello, los efectos digitales (y ya de paso, los decorados de corchopán, como todas las cuevas horribles del clímax de 'La cuna de la vida') deben reducirse al mínimo. Por muy consistentes que nos parezcan ahora.
Viaja por todo el mundo... pero evita las ciudades
La primera película de 'Tomb Raider' cometía el error de no empezar a viajar hasta bien pasada la mitad de la película (y la primera media hora es en casa de Lara Croft... ¡parece una eremita!). La segunda corrije con acierto esta cuestión mandando a Lara a varios continentes -a veces algo arbitrariamente, es cierto-, pero en las ciudades se pasa la mitad del tiempo en edificios, cuevas... y callejones nocturnos que cantan a plató. ¡A tomar el fresco, Lara!
Moderación con el misticismo
Nadie dice que hacer Indiana Jones sea tarea fácil: su equilibrio entre una aventura muy clásica y una filosofía del fantástico muy del cine mainstream de los años ochenta es único. Si Lara Croft quiere convertirse, ahora sí, en lo que siempre ha querido ser desde los noventa, tendrá que encontrar la forma de combinar la aventura en barrizales y selvas exóticas con cierto toque místico / orientaloide tan de los juegos de la serie -incluyendo los últimos-.
El Dr. Jones es tu patrón
Bicho grande, ande o no ande
Alicia Vikander tiene ante sí una indudable disyuntiva. Un bicharraco terrible puede obligar al espectador a una suspensión de credulidad muy grande, pero no deja de ser un sello de identidad de la franquicia. Desde aquí rezamos para que aparezca un godzillita peque cuanto menos... o no será un Tomb Raider completo.
Aviso: es un videojuego
Pero hay otro aspecto de los videojuegos más complejo de traducir a una acción no-interactiva. Los videojuegos son movimiento, dinamismo. Cuentan las cosas (los buenos) no con palabras o con textos en pantalla, sino a base de acción y de interactividad. Esto lo hace muy bien el cine de artes marciales clásico, por ejemplo, pero... ¿podemos confiar en que Alicia Vikander va a desenvolverse en una forma narrativa tan sutil y compleja?
Recuerda cuál era la mejor de las dos de Angelina Jolie
El motivo es que Jan De Bont ('Speed', 'Twister') tiene algo más de brío y personalidad que Simon West (por mucho que nos guste 'Con Air'), y sobre todo, mucha menos vergüenza. Esas coreografías de artes marciales, esas chaladuras de 'La cuna de la vida' habrían sido inconcebiblies en la mucho más seria y pétrea primera parte. Conclusión: hay que dejar que el encargado de dirigir las aventuras de Lara inyecte su personalidad en la película. Desde ese punto de vista, Roar Uthaug, director de la estupenda 'La ola', tiene todas las de ganar, siendo sin duda el realizador con una personalidad más marcada de los tres.
Una baza más a favor de una tercera entrega (o reboot, según se mire) que, si sabe dónde mirarse, tiene mucho que ofrecer al espectador ávido de aventuras.
Via:espinof
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