Star Wars es probablemente la franquicia más popular de todos los tiempos en el mundo del cine. Es cierto que contaba con un rico universo expandido, pero lo que realmente la había hecho tan querida por el público fue la trilogía original. Luego llegarían unas precuelas a las que se le podía poner infinidad de pegas, pero George Lucas acertó al mantener su condición de evento, esperando tres años para estrenar cada una de ellas.
Todo cambió cuando Disney compró Lucasfilm. Era de esperar que se anunciase una nueva trilogía, pero la idea siempre fue más ambiciosa y actualmente tienen planes para estrenar películas hasta más allá de 2030. Es lógico querer rentabilizar la inversión, pero eso le ha ido quitando ese halo que la hacía especial y con ‘Han Solo: Una historia de Star Wars’ ('Solo: A Star Wars Story') ha llegado la confirmación definitiva de que ha dejado de serlo.
No dudo del más que probable éxito comercial de ‘Han Solo: Una historia de Star Wars’ pese al grave problema que derivó en el despido de sus directores originales y también me extrañaría que alguien diga que es un bodrio o una absoluta pérdida de tiempo porque no lo es. El gran problema es que el desgaste llegó a partir de ‘El despertar de la fuerza’ (‘The Force Awakens’) y ha alcanzado un punto irreversible con la cinta protagonizada por Alden Ehrenheich.
Intrascendente
Por mi parte, creo que ‘Han Solo: Una historia de Star Wars’ es una película totalmente intrascendente. Ya ‘Rogue One: Una historia de Star Wars’ sufría de eso, pero la novedad de ser el primer spin-off y otros detalles hicieron que entonces no fuese una sensación tan molesta. Aquí se intensifica con una propuesta que busca recuperar esa ingenuidad inicial con una aventura a la vieja usanza en la que se dejan de lado muchos elementos que acabaron tomando el control en la franquicia.
La cuestión es que aquí resulta complicado implicarse emocionalmente con los personajes porque todos sabemos quiénes van a sobrevivir -aunque la discutible idea de convertir las aventuras de Han Solo en una franquicia complican un poco ese punto- y también que ese interés romántico entre Han y Qi’Ra -discreta Emilia Clarke- está condenado a acabar mal de una forma u otra. A fin de cuentas, Leia y él están destinados a acabar juntos.
Además, lo que nosotros realmente queremos es ver a Han Solo y no una especie de embrión del mismo en el que cuesta reconocerle hasta el punto de que muchas ocasiones solo recordamos que se supone que es él porque otro personaje le llama por su nombre. Queda la excusa de que todavía no es del todo él, pero falta que a cambio nos ofrezca algo estimulante y lo que nos da Ehrenheich no está mal pero tampoco es suficiente. Lo mismo le pasa a la película.
‘Han Solo: Una historia de Star Wars’ no es un mal entretenimiento. Le falta querer ir más allá de su propuesta inicial en algo -Ron Howard cumple pero arriesga lo mínimo o menos para salvar el reto al que se enfrentaba- y al final el único que llega a brillar, aunque no tanto como se ha comentado, es Donald Glover como Lando. Se nota que realmente quiso jugar con el personaje y que disfrutó interpretándolo.
Además, hay ciertos detalles que delatan la necesidad de la película de pisar sobre seguro: ¿de verdad que no había una idea mejor que Han se apellida así porque a la hora de alistarse va solo? Suena un poco a chiste malo, la verdad. Y cuando se salen un poco del plan establecido es para incluir una aparición de Darth Maul que llama la atención, pero también queda como un pegote un tanto gratuito.
Veremos en esas secuelas cuya existencia dependerá del interés del público en la cinta que ahora nos ocupa. Y es que esa es otra, todo acaba basándose al final del dinero que consiga Disney con estos spin-offs. En el caso de Han Solo estaba claro que era un personaje muy popular y con Obi-Wan sucedería lo mismo -otra cosa es que haya una historia que merezca ser contada-, pero pasar ya a Boba Fett empieza a ser un poco demasiado.
¿Cuál es el límite?
Entre 1977 y 1983 se estrenaron tres películas de la saga. Lo mismo sucedió entre 1999 y 2005. Ya van cuatro entre 2015 y 2018 y todo apunta a que la idea es seguir a ritmo de una al año como mínimo. Ni siquiera James Bond en sus mejores tiempos logró mantener ese ritmo durante mucho tiempo y entre cada entrega de ‘Fast & Furious’ siempre pasaron al menos dos. El caso más reciente que me viene a la memoria es el de ‘Saw’, e incluso allí hubo que hacer una larga pausa después de siete entregas.
En el caso de Star Wars se parten de unas cotas mucho más altas, pero recordemos que ‘El despertar de la fuerza’ superó los 2.000 millones de dólares recaudación mundial -es la tercera película más taquillera de todos los tiempos-, mientras que ‘Los últimos jedi’ (‘The Last Jedi’) se quedó en 1.322 millones. La cuestión es que cualquier franquicia estaría celebrando esta última cifra, pero con Star Wars es una prueba clara de que algo ha pasado.
Yo ya quedé algo desencantado con ‘Los últimos jedi’, una película en la que Rian Johnson realmente intentaba hacer algo diferente en lugar de darnos más de lo mismo, pero una cosa era intentarlo y otra que el resultado fuera bueno. Doy por sentado que el Episodio IX por el mero hecho de ser una especie de final mejorará esas cifras -también lo hizo ‘Saw 3D’, que llegó a duplicar los ingresos de la sexta entrega-, pero creo que ese va a ser la última oportunidad para muchos fans.
¿Dónde encaja ‘Han Solo: Una historia de Star Wars’ en todo eso? Pues como una apuesta de perfil más bajo que probablemente se convierta en la primera película producida por Disney que no llegue a los 1.000 millones de recaudación mundial. ‘Rogue One’ ya superó esa mítica cifra por poco -se quedóen 1.056 millones- y las proyecciones de taquilla para la cinta de Ron Howard la sitúan por debajo.
Pese a ello, ‘Han Solo: Una historia de Star Wars’ acabará dando beneficios a Disney ya solamente con los ingresos en cine -recordemos las leoninas condiciones que la compañía exigió en el caso de ‘Los últimos jedi’ y que aquí no se andará muy lejos de repetirlas-, y a eso hay que sumar todo lo que genere en merchandising, el verdadero motor económico de la saga.
Pero se estrenan más películas de Marvel que de Star Wars
No había querido entrar hasta ahora en qué si hay otra franquicia más prolífica que Star Wars en la actualidad y además también pertenece a Disney. La gran diferencia es que no pocos pueden pensar que las diferentes aventuras individuales de Marvel siguen el mismo patrón, pero luego todas ellas tienen un universo propio mejor o peor presentado. Y luego están los crossovers como punto de culminación.
Además, el universo de Marvel ha ido construyéndose así y ha basado su fortaleza en las conexiones entre sus películas desde ‘Iron Man’, logrando con el paso del tiempo que el interés del público hacia sus superhéroes fuera creciendo. Mucho podía salir mal y no descarto que la saturación llegue cuando toque prescindir de varios de los más populares por una cuestión de contrato, pero las reglas del juego estaban claras desde el principio.
Con Star Wars realmente da la sensación de que Disney está más preocupada en exprimir al máximo su inversión -y eso que en el fondo sucede lo mismo en ambos casos-, añadiendo películas y nuevos personajes a la saga sin preocuparse lo más mínimo en que eso pueda hacer que deje de ser un caso único. Esa reformulación de la franquicia -hasta las precuelas tenían una razón de ser muy clara con todo atado desde el principio en lugar de dejar demasiadas cosas al azar- está hiriendo su imagen de marca.
Volviendo de nuevo a ‘Han Solo: Una historia de Star Wars’… ¿perderíamos algo de verdadera importancia si nunca hubiese llegado a existir? Algunos quizá estén intrigados por la reaparición de Darth Maul, pero es que en ‘Star Wars Rebels’ ya se había tratado ese tema, dando una respuesta definitiva al porvenir del personaje. Más allá de eso no hay mucho que la diferencie de cualquier pasatiempo de usar y tirar del que nos hemos olvidado al de poco tiempo.
La diferencia es que esto es Star Wars y realmente nos vamos a acordar de que ‘Han Solo: Una historia de Star Wars’ nos provocó esa reacción, y más de uno seguro que ya venía con dudas por alguna de las cintas anteriores producidas por Disney. La compañía va a seguir haciendo dinero con ellas durante mucho tiempo -haría falta alguna metedura de pata histórica para que eso cambie a corto plazo-, pero seguro que no soy el único que está dejando de ver las nuevas entregas de la saga como un evento, algo único e irrepetible para ser otra más.
Via:espinof
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