La excelente y aún hoy rarísima y sorprendente 'Superfumados' fue una de las primeras películas en mezclar comedia desfasada y acción violentísima y no necesariamente paródica, lo que le valió una clasificación R. El equilibrio estaba cuidado hasta el punto que se la sigue recordando tanto por sus gags de cine de porreros como por la brutal escaramuza cuerpo a cuerpo que acaba haciendo trizas buena parte de un cuarto de baño. Aunque generó cierta corriente de imitadores, pocas le hicieron sombra en su curiosísima macedonia de géneros.
Quizás solo algunas comedias como 'Agente contrainteligente' -curiosamente, otra parodia del cine de espías- han conseguido alcanzar ese equilibrio, y 'El espía que me plantó', si bien con una comedia de tipo mucho más ligero, sigue en esa estela. De hecho, el primer impacto que recibirá el espectador es el de presenciar unas cuantas escenas de acción de altísimo voltaje, con stunts disparatados, coreografías de combate de cierta complejidad y algunas persecuciones que no desentonarían en una película de espías al uso.
'El espía que me plantó': Cambios de ritmo perjudiciales
La directora y coguionista Susanna Fogel parece encontrarse mucho más cómoda en la zona de comedia, que es donde realmente brillan sus dos actrices protagonistas. Especialmente y para sorpresa de absolutamente nadie, Kate McKinnon, que a menudo se deja llevar (y reconduce el ritmo de la película) con su monstruoso talento para la improvisación y la comedia gestual, y roba sin esfuerzo cada una de las escenas en las que aparece.McKinnon tiene a su cargo los mejores gags de la película: de la conversación con Snowden a todos los chistes derivados de su desnortada relación con sus padres -o, en general, con cualquier ser humano-. Pero además es capaz de dotar de forma sutil de una personalidad muy especial y tierna a su Morgan, consagrada caiga quien caiga a animar a una amiga que está pasando por un mal momento.
Una oportunidad parcialmente desaprovechada, pero que no emborrona los logros de la película: cuando es graciosa (o emocionante), 'El espía que me plantó' lo es muchísimo. Solo nos queda esperar que McKinnon intensifique sus papeles en cine ('Cazafantasmas' era estupenda, pero su papel estaba demasiado esquinado) y acabe encontrando un vehículo a la altura de su descomunal talento.
Via:espinof
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