Del mismísimo Jim Henson a 'Team America', pasando por Peter Jackson y
sus Feebles: a la que te descuidas, los títeres se ponen ultraviolentos y
escatológicos.
¿Quién está matando a los moñecos? tiene una premisa muy potente: es como si los teleñecos, en vez de vivir en Barrio Sesamo o actuar en el show de los Muppets, vivieran en el Hollywood más vicioso y más chungo. Pero esta no es la primera vez que marionetas se ven en situaciones no aptas para menores. Por eso aquí hemos recogido algunos de nuestros ejemplos favoritos de cuando los moñecos se han puesto realmente cazurros.
Los Teleñecos, más conocidos como “los Muppets” fuera de nuestras fronteras, no necesitan presentación. Creados por Jim Henson en 1955 y llegando a tener su propio show entre 1976 y 1981, su popularidad les ha hecho protagonizar más películas y series de televisión que ninguna otra criatura de felpa. Eso implica que, aunque sus andanzas siempre hayan sido vistas como aptas para toda la familia, sus personajes han tenido oportunidades de pisar terrenos escabrosos antes. Valga de ejemplo el principio de la película Los Teleñecos en la Isla del Tesoro donde, para darnos la bienvenida, nos cantan una canción sobre las bondades del asesinato cuando eres un pirata.
Dada la popularidad de los Teleñecos es lógico que le salieran competidores y parodias. Algunas de ellas muy poco apropiadas. Ese fue el caso de El delirante mundo de los Feebles, una encantadoramente perversa película de Peter Jackson antes de que se convirtiera en un director ‘respetable’ tras llevar al cine El Señor de los anillos. Con drogas, sexo, asesinatos violentos y actos de dudoso heroísmo, nuestra escena favorita de los Feebles sigue siendo, pese a todo, su apología a la sodomía que, muy difícilmente, podrá ser superada por ninguna otra película de moñecos.
A veces los moñecos rezuman mala baba de un modo completamente diferente: por el lado político. Ese es el caso de Team America, creada por Trey Parker y Matt Stone, las mentes pensantes detrás de South Park. En esta cruel sátira de la política exterior de EEUU que dirigía su enorme cañón de mierda no sólo a la administración Bush, sino a toda la mojigatería de derechas en general, acabó levantando no pocas ampollas por cómo trato el asunto del terrorismo. Algo que no evitó que se volviera tremendamente popular. Pero si hemos de quedarnos con un momento en particular, y siguiendo con los números musicales, elegimos su muy recordada canción sobre el sida.
Todos hemos tenido de niños un oso de peluche suave y adorable al cual abrazar por las noches. O al menos lo hemos visto en tantas series y películas americanas que es como si lo hubiéramos tenido. En Ted, esa imagen de la infancia y la ternura se convierte en un ejemplo de los desmanes de la adolescencia en una comedia gamberra donde sus mejores gags caen en que en un oso de peluche beba alcohol, fume porros y no deje de pensar en sexo. Por eso no debería extrañarnos que, entre sus mejores gags, esté buscar una cachimba y acabar con un dildo entre las manos.
Infelices para siempre fue una sitcom de los 90 que, lejos del buen rollo de otras de su género como Friends, centraba toda su atención en un humor zafio, bajonero, de personajes completamente derrotados y felices de estar sumidos en la mierda. A eso contribuía la presencia de Mr. Floppy, un peluche parlante que le daba la réplica contestataria y siempre de mala uva a Jack Malloy (Geoff Pierson), uno de esos padres de familia que han encontrado la plenitud existencial en el sofá del salón. Y es que Mr. Floppy tenía muchas cosas que decir como, por ejemplo, un insultante discurso pro-América que bien parece precognizar el ascenso al poder de Donald Trump.
Jim Henson, teleñecos aparte, siempre necesitó muy poco para ponerse a hacer humor negro. Algo que se puede ver en su serie de anuncios para Wilkins Coffee, una marca de café instantáneo. Allí un par de marionetas se veían en toda clase de situaciones que acababan, invariablemente, con uno de ellos siendo asesinado por el otro de muy variadas formas ante la negativa de beber una taza de café Wilkins. Desde morir electrocutado en la silla eléctrica hasta ser pisado por una persona real, aún hoy resultan extraños, desconcertantes y, ¿por qué no?, bastante graciosos.
Cuando comenzó, Saturday Night Live tenían claro que querían reunir en su seno a todos los talentos jóvenes que no pudieran llegar a explotar ahí fuera. Y si bien Jim Henson ya tenía los Teleñecos, no iba a decir que no a la oportunidad de hacer un humor abiertamente más cafre. De ese modo le crearon una sección a su medida, Land of Gorch, donde un par de teleñecos, Ploobis y Scred, podían permitirse sobrepasar todos los límites de lo que se considera razonable en televisión. ¿Cómo por ejemplo? Decirle a una joven Raquel Welch que, una vez te has follado a un teleñeco, ya no quieres otra cosa.
Fuera de EEUU también se hacen series de marionetas. De hecho, en en Taiwan la serie Pili lleva emitiéndose desde 1985, narrando historias de wuxia con muñecos de una manufactura envidiable. Algo que al encuentro con el guionista japonés Gen Urobuchi (‘Urobutcher’ para los amigos) dio forma a Thunderbolt Fantasy, una historia donde la base de todo son unas peleas violentísimas, llenas de explosiones y sangre, muertes trágicas, y elaborados engaños por parte de marionetas con más expresividad que la mayoría de actores de Hollywood. Porque a veces, lo adulto y lo cafre viene también en formas más sutiles.
Aunque el cine de terror tiene muchos representantes en el campo de las marionetas, la saga que más hizo por asustarnos con estas fue Puppet Master. Producida por Full Moon Features y con trece entregas hasta el momento, esta serie de películas de serie B tiene no pocas escenas de auténtica brutalidad inaceptable entre las cuales esquilmar nuestra favorita. Pero quedémonos finalmente con una constante muy común, la crueldad entre marionetas, porque parece que, a pesar de todo, si la violencia se viste de felpa, violencia se queda.
Via:cinemania
¿Quién está matando a los moñecos? tiene una premisa muy potente: es como si los teleñecos, en vez de vivir en Barrio Sesamo o actuar en el show de los Muppets, vivieran en el Hollywood más vicioso y más chungo. Pero esta no es la primera vez que marionetas se ven en situaciones no aptas para menores. Por eso aquí hemos recogido algunos de nuestros ejemplos favoritos de cuando los moñecos se han puesto realmente cazurros.
Los Teleñecos en la Isla del Tesoro (1996)
Los Teleñecos, más conocidos como “los Muppets” fuera de nuestras fronteras, no necesitan presentación. Creados por Jim Henson en 1955 y llegando a tener su propio show entre 1976 y 1981, su popularidad les ha hecho protagonizar más películas y series de televisión que ninguna otra criatura de felpa. Eso implica que, aunque sus andanzas siempre hayan sido vistas como aptas para toda la familia, sus personajes han tenido oportunidades de pisar terrenos escabrosos antes. Valga de ejemplo el principio de la película Los Teleñecos en la Isla del Tesoro donde, para darnos la bienvenida, nos cantan una canción sobre las bondades del asesinato cuando eres un pirata.
El delirante mundo de los Feebles (1989)
Dada la popularidad de los Teleñecos es lógico que le salieran competidores y parodias. Algunas de ellas muy poco apropiadas. Ese fue el caso de El delirante mundo de los Feebles, una encantadoramente perversa película de Peter Jackson antes de que se convirtiera en un director ‘respetable’ tras llevar al cine El Señor de los anillos. Con drogas, sexo, asesinatos violentos y actos de dudoso heroísmo, nuestra escena favorita de los Feebles sigue siendo, pese a todo, su apología a la sodomía que, muy difícilmente, podrá ser superada por ninguna otra película de moñecos.
Team America: La policía del mundo (2004)
A veces los moñecos rezuman mala baba de un modo completamente diferente: por el lado político. Ese es el caso de Team America, creada por Trey Parker y Matt Stone, las mentes pensantes detrás de South Park. En esta cruel sátira de la política exterior de EEUU que dirigía su enorme cañón de mierda no sólo a la administración Bush, sino a toda la mojigatería de derechas en general, acabó levantando no pocas ampollas por cómo trato el asunto del terrorismo. Algo que no evitó que se volviera tremendamente popular. Pero si hemos de quedarnos con un momento en particular, y siguiendo con los números musicales, elegimos su muy recordada canción sobre el sida.
Ted (2012)
Todos hemos tenido de niños un oso de peluche suave y adorable al cual abrazar por las noches. O al menos lo hemos visto en tantas series y películas americanas que es como si lo hubiéramos tenido. En Ted, esa imagen de la infancia y la ternura se convierte en un ejemplo de los desmanes de la adolescencia en una comedia gamberra donde sus mejores gags caen en que en un oso de peluche beba alcohol, fume porros y no deje de pensar en sexo. Por eso no debería extrañarnos que, entre sus mejores gags, esté buscar una cachimba y acabar con un dildo entre las manos.
Infelices para siempre (1995-1999)
Infelices para siempre fue una sitcom de los 90 que, lejos del buen rollo de otras de su género como Friends, centraba toda su atención en un humor zafio, bajonero, de personajes completamente derrotados y felices de estar sumidos en la mierda. A eso contribuía la presencia de Mr. Floppy, un peluche parlante que le daba la réplica contestataria y siempre de mala uva a Jack Malloy (Geoff Pierson), uno de esos padres de familia que han encontrado la plenitud existencial en el sofá del salón. Y es que Mr. Floppy tenía muchas cosas que decir como, por ejemplo, un insultante discurso pro-América que bien parece precognizar el ascenso al poder de Donald Trump.
Wilkins Coffee (1957-1958)
Jim Henson, teleñecos aparte, siempre necesitó muy poco para ponerse a hacer humor negro. Algo que se puede ver en su serie de anuncios para Wilkins Coffee, una marca de café instantáneo. Allí un par de marionetas se veían en toda clase de situaciones que acababan, invariablemente, con uno de ellos siendo asesinado por el otro de muy variadas formas ante la negativa de beber una taza de café Wilkins. Desde morir electrocutado en la silla eléctrica hasta ser pisado por una persona real, aún hoy resultan extraños, desconcertantes y, ¿por qué no?, bastante graciosos.
Land of Gorch (1975-1976)
Cuando comenzó, Saturday Night Live tenían claro que querían reunir en su seno a todos los talentos jóvenes que no pudieran llegar a explotar ahí fuera. Y si bien Jim Henson ya tenía los Teleñecos, no iba a decir que no a la oportunidad de hacer un humor abiertamente más cafre. De ese modo le crearon una sección a su medida, Land of Gorch, donde un par de teleñecos, Ploobis y Scred, podían permitirse sobrepasar todos los límites de lo que se considera razonable en televisión. ¿Cómo por ejemplo? Decirle a una joven Raquel Welch que, una vez te has follado a un teleñeco, ya no quieres otra cosa.
Thunderbolt Fantasy (2016)
Fuera de EEUU también se hacen series de marionetas. De hecho, en en Taiwan la serie Pili lleva emitiéndose desde 1985, narrando historias de wuxia con muñecos de una manufactura envidiable. Algo que al encuentro con el guionista japonés Gen Urobuchi (‘Urobutcher’ para los amigos) dio forma a Thunderbolt Fantasy, una historia donde la base de todo son unas peleas violentísimas, llenas de explosiones y sangre, muertes trágicas, y elaborados engaños por parte de marionetas con más expresividad que la mayoría de actores de Hollywood. Porque a veces, lo adulto y lo cafre viene también en formas más sutiles.
Puppet Master (1989-2018)
Aunque el cine de terror tiene muchos representantes en el campo de las marionetas, la saga que más hizo por asustarnos con estas fue Puppet Master. Producida por Full Moon Features y con trece entregas hasta el momento, esta serie de películas de serie B tiene no pocas escenas de auténtica brutalidad inaceptable entre las cuales esquilmar nuestra favorita. Pero quedémonos finalmente con una constante muy común, la crueldad entre marionetas, porque parece que, a pesar de todo, si la violencia se viste de felpa, violencia se queda.
Via:cinemania
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