Lara, una chica transexual de 16 años que sueña con ser bailarina, es el personaje cinematográfico más inolvidable del año.
El debate está abierto. Si Victor levanta el Oscar, ¿no será un triunfo igual que cuando lo sujetó Daniela?
Antes de entregar el Oscar a mejor película de habla no inglesa a Una mujer fantástica, la actriz Rita Moreno citaba a
Frank Capra. “Hay tres lenguajes universales. Música, matemáticas, y
aquél al que honramos hoy: el lenguaje cinematográfico”. “Sin importar
el país de origen o el idioma de sus palabras”, continuaba la actriz, “una gran película habla de algo que todos compartimos, nuestra condición de seres humanos”.
Momentos después, Sebastián Lelio subía a recoger el galardón por su película, acompañado por su actriz protagonista Daniela Vega,
una mujer transexual que interpreta a una mujer cisgénero. Pues bien,
Bélgica puede estar a unos meses de repetir la historia, pero al revés.
Porque Girl, película proyectada hoy en San
Sebastián, es la elegida para representar al país europeo en los Oscar.
Avalada por su éxito en la sección Un certain regard de Cannes, en la
que obtuvo su máximo galardón, la cinta cuenta la historia de Lara, una chica transexual que sueña con ser bailarina profesional. Y en esta ocasión está protagonizada por Victor Polster, un joven cisgénero de 16 años.
A la hora de contar historias del
colectivo transexual, el mundo está llegando a la conclusión de que ha
de revisar su sensibilidad y sus privilegios. La reivindicación de este
grupo, cada vez más visible, entiende que implicar a auténticos
protagonistas de cualquier historia en la narración de esta hace que el
resultado final se identifique más con la realidad. Y por supuesto, las
ofertas laborales aumentarán, equilibrando las oportunidades de
demostrar su talento.
Pero tras ver Girl, uno recuerda
las palabras de Frank Capra y se pregunta si ese lenguaje universal que
es el cine no será el común denominador de calidad que debamos buscar.
Si no habrá hueco para obras pequeñas e íntimas como esta, alejadas del
ruido de Hollywood, en las que el talento y compromiso de
intérpretes y técnicos a la hora de contar historias predomine por
encima de cualquier identidad y nos haga reflexionar sobre una situación
ajena a la mayoría de nosotros.
El debate está abierto. Si Victor levanta el Oscar, ¿no será un triunfo igual que cuando lo sujetó Daniela?
Via:cinemania
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