La inminente llegada de la nueva secuela de 'Predator', dirigida por Shane Black y que se ha topado con reacciones contrapuestas, nos anima a revisar la mitología Predator: un puñado de películas protagonizadas por el cazador del espacio, más sus dos enfrentamientos con los letales xenomorfos de 'Alien'. Películas que no reflejan la complejidad ni la miriada de bifurcaciones que ha vivido el icónico alienígena en otros medios, pero que aún así merece la pena refrescar por su variedad de estilos.
Curiosamente, y por una vez respiramos aliviados, no hay malas películas en esta lista. Todas tienen algo que aportar al devoto de los Yautja: nuevas variantes genéticas, escenarios inesperados, guiños a la continuidad... si estás esperando a que la nueva 'Predator' llegue como agua de mayo, aquí tienes un buen aperitivo en forma de caza mayor directamente planificada desde el espacio exterior.
Aliens vs. Predator 2 (2007)
La película deja escapar demasiadas oportunidades (el Predalien está desaprovechado, la acción es confusa y oscura) pero a cambio, regala un body count irresistible y del que no se salva ni el apuntador (dejémoslo así para no lanzar spoilers) gracias a unas buenas sartenadas de gore creativo y violencia sorprendente. Es diversión descerebrada hasta el punto de que a veces parece una explotación de serie Z de la película original, pero la montaña rusa de salvajadas que propone (lo de la embarazada es inaudito) resulta irresistible.
Predators (2010)
El resultado no es perfecto, pero sí muy jugoso: la idea de que todos los humanos sean asesinos (¿o no?) es interesante, lo aparentemente poco apropiado de Adrian Brody como héroe de acción (el actor quizás sea el anti-Schwarzenegger) acaba funcionando en su favor y la acción en un planeta alienígena respira buenas ideas. Y, sobre todo, intención de alimentar la mitología Predator, con varios clanes y especies no-humanas enfrentadas a los cazadores. El resultado se olvida con rapidez, pero la frenética hora y media de diversión acelerada y con giros de guión cada diez minutos es digna de aplauso.
Alien vs. Predator' (2004)
El resultado es agradable y modesto (no necesita inventar nuevas especies de monstruos, porque con las que hay y una buena Reina Alien es suficiente), estéticamente muy potente (el uso del CGI es discreto y funcional, y hay abundancia de efectos prácticos y sabrosos muñecos gigantes de goma) y de camino logra incrementar la mitología de los Predator. Por desgracia, todas sus propuestas quedaron fuera de canon para no contradecir a la franquicia 'Alien': como divertimento apócrifo, eso sí, es excelente.
Predator (2018)
Ideas como la del nuevo Predator quedan un poco desvaídas con este remontaje que, paradójicamente, intenta quitar espacio a los humanos y dárselos al monstruo. Pero la personalidad de Black es arrolladora, y en todo momento está claro que aquí los protagonistas son los miembros de ese hilarante comando de marginados del ejército con toda una panoplia de variantes del estrés postraumático. 'Predator' no está todo lo equilibrada que sería de desear, pero el resultado, con su acción analógica ochentera, orgullosa y (merecidamente) clasificada R, sumada a sus espléndidos personajes y diálogos, la salvan de sobra.
Depredador 2' (1987)
El fracaso de taquilla y cierta incomprensión de los fans relegó a la película durante años a no ser más que "la película en la que sale el craneo de Alien" y se consideró una propuesta fallida. El tiempo la ha puesto en su justo lugar como una originalísima derivación del original, con una ambientación única y una violencia que rivaliza con el clásico. A reivindicar con urgencia.
Depredador (Predator, 1987)
Pero el combo Arnold Schwarzenegger-John McTiernan obra la magia. El primero está en su mejor momento, capaz de hacer que sus líneas y su presencia quedaran imponentes, pero ya transpirando ese humor autoconsciente que le haría famoso. Y el segundo, qué vamos a decir: el director de cine de acción de los ochenta de pulso más clásico, lo que convirtió un “Alien en la jungla” en una historia de supervivencia al límite, gracias al dosificadísimo uso de la criatura, al sabio empleo de la jungla como en una película bélica y al magistral clima de tensión. El resultado es una película abstracta e incomparable, moderna pero de aires clásicos, aún hoy rarísima y que conforma un subgénero casi en solitario.
Via:espinof
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