'Aquaman': un espectáculo con corazón y sin miedo al ridículo, a medio camino entre 'G.I. Joe' y 'Power Rangers'
Ya está. Ya ha pasado. 'Aquaman', a pesar de ser un nadador de primera, aterriza en las salas del mundo dispuesto a recuperar el prestigio dilapidado después de que 'Liga de la justicia' fuera el hazmerreír de la temporada pasada.
Diciembre aún es verano en DC
Cuando nos enteramos de que James Wan sería el encargado de llevar las riendas de ese caballito de mar desbocado que prometían ser las aventuras de Arthur Curry, mitad humano, mitad atlante, saltaron todas las alertas de la esperanza. Wan, especialista en otras lindes que poco a poco (bueno, más bien de golpe) ha ido pasando al blockbuster sin artificios, era la última esperanza para recuperar el terreno perdido merecidamente por sus compañeros de estudios.
Jason Momoa, al
fin, consigue ese papel protagonista que tanto tiempo llevaba
acariciando con la punta de los dedos. Tras muchos vaivenes y productos
condenados al olvido, se desmelena y disfruta de cada segundo
de su Arthur Curry en pantalla, un granuja encantador con una serie de
poderes y conocimientos que irá utilizando a medida que la trama avanza.
El resto del reparto está francamente bien, destacando el carisma de Nicole Kidman por encima de resto.
Aquaman: Ragnarok on the rocks
A Warner le va la marcha. No contenta con haber dejado herido de muerte a su universo superheróico, con 'Aquaman' da un paso adelante hacia el abismo de la insensatez que fue 'El destino de Júpiter' para terminar realizando una entrada elegante y llena de técnica. Es de agradecer que en tiempos de 'Black Panther' la gravedad del asunto sea siempre la antesala de la fiesta.
Precisamente ese es su punto fuerte... pero también su punto débil. 'Aquaman' es fea y es hermosa. Es ridícula y es magistral.
Pero también es muy larga y esa bipolaridad no siempre funciona, como
en el caso de uno de los villanos, que parece estar protagonizando su
propia película de superhéroes de la Cannon. Mientras la película es
capaz de colarnos las mejores secuencias de acción del año y alguna
brillante idea que deja en ridículo recientes aproximaciones aventureras
más clásicas, Wan no sabe poner el freno en los momentos menos
afortunados. Como vamos sin spoilers, solo os diré que hay un par de
ellos que serán memes de tu whatsapp en menos que canta un gallo.
Un soplo de agua dulce
Hay mucho que destacar y mucho bochorno en este remolino de diversión. La banda sonora de Rupert Gregson-Williams puede ser su mejor trabajo y la mejor banda sonora en su género de los últimos años, con esos aires a las sinfonías marcianas underground de Wojciech Golczewski.Parafraseando al ilustre Roy Orbison que suena en la parte siciliana de la película, epicentro de la misma y que se convierte en la secuencia de acción del año si no fuera porque estamos ante el año de 'Misión: Imposible - Fallout', "Aquaman is a mistery to me". Viva el rey.
Via:espinof
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