'El regreso de Mary Poppins' no tiene casi nada que envidiar a la mítica primera entrega

No hay exoplaneta que supere jugar
Nunca he sido uno de los mayores amantes de ‘Mary Poppins’. La película protagonizada por Julie Andrews me gusta, pero siempre que la he visto, y han sido varias veces, había algo en ella -o probablemente en mí mismo- que me impedía ver esa magia única que ha ido conquistando a tantos espectadores desde su estreno allá por 1964. Por ello, la idea de una secuela tardía tampoco me motivaba especialmente.

Llegó el día de verla y en ‘El regreso de Mary Poppins’ encontré una prolongación natural de la cinta dirigida por Robert Stevenson: el mismo colorido, canciones en la misma línea y una Emily Blunt que rápidamente nos hace olvidar la ausencia de Andrews y convierte al personaje en suyo. Vamos, que se trata de una secuela con no tiene casi nada que envidiar a su predecesora y también una de las mejores comedias de 2018.

Recuperando el espíritu de la cinta original

Blunt Poppins
Mi compañero Víctor ya apuntó en su crítica que el inicio de ‘El regreso de Mary Poppins’ con el número musical liderado por Lin-Manuel Miranda, el autor del imprescindible musical teatral ‘Hamilton’, es toda una declaración de intenciones, algo que secundo completamente. Ya ahí se plantea ese tono entusiasta pero inocente -y alejado de la estupidez- que servirá en todo momento a la película como eje sobre el que construir el relato que va a contarnos.

Esa sorprendente fluidez con la que da comienzo la película es algo que se prolonga a la narración de la misma en todo momento, funcionando los números musicales a modo de prolongación de lo que estamos viendo en lugar de ser islotes más o menos inspirados. No obstante, sería injusto no apuntar que es en esos momentos cuando ‘El regreso de Mary Poppins’ brilla con mayor intensidad gracias sobre todo a una espléndida Emily Blunt.

Lo cierto es que Blunt tarda varios minutos en hacer acto de presencia, algo que la película aprovecha para sentar las bases de la historia y permitir al espectador conocer mejor al resto de personajes que va a haber alrededor de Mary Poppins. Ahí sí es verdad que uno puede llegar a echar un poco en falta que llegue ese elemento mágico a la película que lo dispare todo, pero lo bien elegido que está el reparto evita que eso llegue a producirse.

‘El regreso de Mary Poppins’ sabe lo que hace

Escena Regreso Mary Poppins
A partir de ahí la película no es que pase a ser otra, pero sí que cuenta con todas las piezas del puzle para intentar alcanzar la magia de la cinta original. Aquí ya he comentado que nunca fui el mayor admirador de ‘Mary Poppins’, por lo que el nivel con el que pude disfrutar con su secuela se ve comprometido por ser una propuesta continuista en todos los sentidos cuyo mayor logro es actualizarse lo suficiente para que no resulte extraño para el público de hoy en día, mucho más cínico que el de antaño.

Una parte importante del mérito de conseguir eso recae en un solvente Rob Marshall que nunca se inmiscuye más de lo necesario y sabe plantear los números musicales con la grandeza necesaria y la precisión adecuada para que nunca se excedan o se queden cortos. Obviamente, la capacidad de las canciones para conectar con los espectadores a nivel individual va a marcar cuáles se quedan más en tu recuerdo, pero en los ingredientes adicionales a nivel audiovisual hay pocos peros que ponerle.
Además hay pequeñas sorpresas sabiamente dosificadas a lo largo de todo el metraje como la breve pero intensa aparición de Meryl Streep para así impulsar nuevamente lo que estamos viendo en el caso de que lo sencilla que es en el fondo la propuesta empiece a resultar demasiado evidente. Todo ello con un enfoque bastante tradicional, añejo –que no caduco- en lo narrativo pero muy moderno en lo visual.

En definitiva, ‘El regreso de Mary Poppins’ es más que una digna secuela, ya que se trata de una película prácticamente a la altura de su predecesora. Si te encantó la primera, lo más probable es que disfrutes de lo lindo con ésta. Solamente te queda acercarte al cine a comprobarlo.
Via:espinof

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