Isaki Lacuesta ('Entre dos aguas'), Bárbara Lennie y el reparto de
'Tiempo después', entre los premiados en la gala más alternativa del
cine español.
Qué mejor manera de cerrar la temporada de premios del cine español que con destape, confeti y piñatas. La quinta edición de los Premios Yago, los galardones más irreverentes del cine español con la misión de subsanar los olvidos de la Academia, celebró anoche en la Sala Sol de Madrid la diversidad de logros del último año de nuestro cine que todavía quedaban por resaltar tras el paso de los Goya, los Feroz, los Forqué, etc.
Durante una gala dinámica e imprevisible presentada un año más por Luis Fabra se hizo entrega de sus galardones a los premiados de esta edición, dejando espacio aún a sorpresas. Fabra inició la gala con un número de revista, versionando junto a un coro de baile la canción Mac navajas.
Isaki Lacuesta, director de Entre dos aguas, fue el primero en subir al escenario acompañado por el cantante Paco Niño de Elche y parte del equipo de la película para recoger el premio impepinable por ser el nominado al Goya que no ganó. Lacuesta volvió a subir al escenario para recibir, en nombre de Bárbara Lennie, el galardón al no nominado. La actriz no ha sido reconocida ni por Petra, ni por La enfermedad del domingo, ni por El reino.
La idea detrás del Yago al éxito menos comercial es que la película más taquillera del año reconozca a otro título de gran calidad que no ha tenido tanta repercusión en taquilla. Así, Luis Manso, como productor del taquillazo Campeones, entregó la estatuilla a Elena Trapé y al equipo de Las distancias.
Los Yago también subsanas otro tipo de olvidos, el de las labores profesionales que no cuentan con categoría en los Goya. Este año, Óscar Dorta, doble de acción de Dani Rovira en Superlópez, subió al escenario para recoger el galardón que reconoce su labor como especialista y defendió la visibilidad de su profesión.
Este año, el Yago de honor, que en años anteriores ganaron Ángela Molina o Mariano Ozores, se lo llevó Bárbara Rey (su amigo y actor Juan Carlos Naya fue el encargado de dárselo) y quiso compartirlo con su hija, Sofía Cristo. La quinta edición de los premios se recordará además por la creación de una nueva categoría que reconoce la figura de un reparto de actores al completo. El Yago al mejor grupo de irreductibles recaía, como no podía ser de otra manera, en el reparto de la película Tiempo después, obra del maestro Jose Luis Cuerda.
El resto de la noche puede resumirse en una piñata con la imagen de un Goya, la marioneta de un pollo, El Coleta y gintonics de Hendrick’s.
Via:cinemania
Qué mejor manera de cerrar la temporada de premios del cine español que con destape, confeti y piñatas. La quinta edición de los Premios Yago, los galardones más irreverentes del cine español con la misión de subsanar los olvidos de la Academia, celebró anoche en la Sala Sol de Madrid la diversidad de logros del último año de nuestro cine que todavía quedaban por resaltar tras el paso de los Goya, los Feroz, los Forqué, etc.
Durante una gala dinámica e imprevisible presentada un año más por Luis Fabra se hizo entrega de sus galardones a los premiados de esta edición, dejando espacio aún a sorpresas. Fabra inició la gala con un número de revista, versionando junto a un coro de baile la canción Mac navajas.
Isaki Lacuesta, director de Entre dos aguas, fue el primero en subir al escenario acompañado por el cantante Paco Niño de Elche y parte del equipo de la película para recoger el premio impepinable por ser el nominado al Goya que no ganó. Lacuesta volvió a subir al escenario para recibir, en nombre de Bárbara Lennie, el galardón al no nominado. La actriz no ha sido reconocida ni por Petra, ni por La enfermedad del domingo, ni por El reino.
La idea detrás del Yago al éxito menos comercial es que la película más taquillera del año reconozca a otro título de gran calidad que no ha tenido tanta repercusión en taquilla. Así, Luis Manso, como productor del taquillazo Campeones, entregó la estatuilla a Elena Trapé y al equipo de Las distancias.
Los Yago también subsanas otro tipo de olvidos, el de las labores profesionales que no cuentan con categoría en los Goya. Este año, Óscar Dorta, doble de acción de Dani Rovira en Superlópez, subió al escenario para recoger el galardón que reconoce su labor como especialista y defendió la visibilidad de su profesión.
Este año, el Yago de honor, que en años anteriores ganaron Ángela Molina o Mariano Ozores, se lo llevó Bárbara Rey (su amigo y actor Juan Carlos Naya fue el encargado de dárselo) y quiso compartirlo con su hija, Sofía Cristo. La quinta edición de los premios se recordará además por la creación de una nueva categoría que reconoce la figura de un reparto de actores al completo. El Yago al mejor grupo de irreductibles recaía, como no podía ser de otra manera, en el reparto de la película Tiempo después, obra del maestro Jose Luis Cuerda.
El resto de la noche puede resumirse en una piñata con la imagen de un Goya, la marioneta de un pollo, El Coleta y gintonics de Hendrick’s.
Via:cinemania
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