En Netflix tienen muy claro que para llegar a la mayor cantidad posible de público hay que ofrecer tanto cantidad como variedad. Poco importa si das mucho material si todo va enfocado al mismo tipo de espectador, por lo que hay que ir tocando muchos palos y potenciar aquellos que mejor funcionan. La ciencia-ficción parece ser uno de ellos, por lo que cada poco tiempo lanzan alguna película o serie enclavada en dicho género, ya sea original suya o consiguiendo los derechos en exclusiva para múltiples países
El último ejemplo lo tenemos con ‘I Am Mother’, largometraje que la compañía puso a disposición de sus clientes de Estados Unidos, España y varios países más. En él viajamos a un futuro en el que la humanidad está al borde de la extinción y solamente una joven subsiste junto al robot que la ha criado desde su nacimiento. Lo que viene después es un intenso thriller con una clara naturaleza alegórica que se alarga un poco más de lo necesario.
Sencilla pero efectiva
Es ahí donde ‘I Am Mother’ se empieza a diferenciar de ‘Tau’,
otra película de Netflix -ésta sí que original suya- que utilizaba
ingredientes similares para luego desaprovechar su premisa hasta límites
desesperantes. En el caso que nos ocupa no puedo decir que llegue a ser
nunca memorable, pero sí que el director Grant Stupore sabe crear el clima de intriga adecuado combinando echando mano de todo lo que tiene a su disposición.
Por un lado, la ambientación futurista es sencilla pero efectiva, huyendo de golpes de efecto innecesarios para potenciar primero la naturalidad de los espacios para la protagonista para luego ir matizando todo lo que puede tener de amenaza. Ahí la aparición del personaje interpretado por Hilary Swank -solvente pero sigue costando creer que tenga dos Óscar- resulta esencial para ir alimentando ese sentimiento de duda que el espectador podía tener de entrada pero que no llega a la protagonista hasta ya avanzado su metraje.
‘I am Mother’, bastantes aciertos y un único fallo
Eso sí, todo se podría haber venido abajo de no contar con una
protagonista verosímil, siendo ahí donde la aportación de la poco
conocida Clara Rugaard resulta determinante. Su
personaje es el único rico en matices, teniendo que lidiar con dos
visiones del mundo contrapuestas. Por un lado, Madre, el robot que la ha
criado y le ha enseñado a tener una visión justa del mundo, y por otro
una misteriosa mujer que le hace cuestionarse su sistema de creencias.
La principal pega de la película es que ese tira y afloja se alarga más de lo necesario para conseguir el efecto buscado en el espectador, quedando entonces al descubierto el hecho de que las reflexiones que plantea el libreto de Green tienen un alcance limitado. Nunca llega a resultar desesperante, pero sí que provoca una sensación de pausa relativa que podría haberse impedido fácilmente y que aligera el toque claustrofóbico que la cinta va adquiriendo. Por suerte, el tramo final lo compensa con creces, elevando el componente emocional sin dejar de lado esa intensidad que mencionaba antes.
En definitiva, ‘I Am Mother’ es una interesante adición al catálogo de Netflix, muy por encima de la media habitual de películas originales o exclusivas suyas. Tiene sus fallos y nunca da del todo en la diana, pero sí que se acerca muy a menudo y además cierra la historia de forma coherente y satisfactoria.
Via:espinof
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