‘Toy Story’ estaba considerada de forma unánime como una de las mejores trilogías de la historia del cine. Nadie se hubiera quejado si la historia de Woody, Buzz y el resto hubiese acabado en ‘Toy Story 3’, sobre todo tras ese final que te llegaba directo al corazón. No ha sido el caso y es lógico que el público sienta recelos hacia una cuarta entrega que nadie pedía y que amenaza con manchar el gran recuerdo que habían dejado las tres anteriores.
Por mi parte, tampoco tenía especial interés en 'Toy Story 4', pero justo es reconocer una vez vista que estamos ante una notable aventura con multitud de momentos la mar de divertidos y que logra dar sentido a su existencia recuperando un personaje del pasado para centrar la historia más que nunca en el personaje de Woody. A cambio nunca llega al nivel de sus predecesoras, pero es que cuatro milagros seguidos también era demasiado pedir.
Una aventura al estilo ‘Toy Story’
De hecho, él mismo no tarda en asumir el rol de protector del nuevo juguete de Bonnie, una peculiar creación de ella que cree que su lugar está en la basura, lo cual provoca multitud de instantes divertidos y también una canción de Randy Newman muy por debajo de la mítica ‘Hay un amigo en mí’ -funciona mejor tanto en lo musical como lo emocional el nuevo tema dedicado a Woody-. Todo ello está encaminado a la aparición de ese rescate que sirve para que la película trate los temas que realmente le interesan, en parte presentados por su estupendo prólogo.
Por ahí la película ofrece una reflexión no muy profunda pero sí lo suficientemente jugosa para dar más entidad a la aventura.
Todo eso se adereza con un estupendo plantel de nuevos personajes
secundarios que anima la función en diversos frentes. El principal es el
aporte cómico, aunque permiten situaciones en el que el extraordinario
despliegue visual de la película luce incluso más de maravilla de lo
habitual.
La pega con Buzz
Entiendo que es la solución que encontraron para no relegarle aún más, pero es que además sigue quedando algo desconectado del resto, de una forma similar a lo que sucedía con Marlin y Nemo en ‘Buscando a Dory’. Por suerte, nunca llega a resultar molesto, pero sí es uno de los detalles por los que ‘Toy Story 4’ se queda por debajo de sus predecesoras.
‘Toy Story 4’ brilla pero no tanto como las anteriores
Más allá de eso, ‘Toy Story 4’ cuenta con una depuradísima animación que mantiene las constantes vitales de la franquicia pero ajustándolas a la gran evolución que ha tenido la animación por ordenador desde la primera entrega. Quizá falte alguna escena tan impactante como la parte del vertedero de la tercera entrega, pero es asombroso cómo fluye todo, sabiendo incluso amoldarlo a las necesidades puntuales de los nuevos personajes.
Además, Pixar da con la forma idónea para cerrar la historia emocionando al espectador respetando al máximo el discurso que había ido dejando caer hasta entonces. Tiene sentido que así sea y por ello el impacto es tan grande. De nuevo, no se llega al nivel del espléndido desenlace de ‘Toy Story 3’, en parte por ser algo más individual que de grupo, pero te deja con muy buen sabor de boca y pensando que en realidad tampoco ha sido mala idea hacerla. Eso sí, una quinta entrega ya sí que no tendría sentido.
En definitiva, ‘Toy Story 4’ es una muy buena película que divierte y emociona, pero no es una joya al nivel de las anteriores entregas. Hay pequeños detalles menos conseguidos -el más destacado el tratamiento del personaje de Buzz- y nunca llega a trascender lo suficiente como para sentirse como una adición necesaria a la saga. A cambio, tarda bien poco en demostrar que tampoco es una mala y para nada mancha el buen recuerdo de sus predecesoras. Simplemente es un poco peor.
Via:espinof
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