'Creedme': la miniserie de Netflix es un magistral relato sobre el juicio social a las víctimas de agresión sexual
'Creedme' ('Unbelievable'), la nueva miniserie de Netflix que tanto está dando que hablar desde su estreno el pasado viernes, es un true crime que destierra la habitual masculinización asociada a este tipo de series y retrata, desde la perspectiva de género, el menosprecio social que tienen que aguantar las mujeres agredidas sexualmente.
Una historia "increíble"
"No era su trabajo intentar convencerme". Son las palabras del Sargento Mason, detective de policía en Lynnwood (Washington, Estados Unidos). Uno de los investigadores que puso en duda el testimonio de Marie Adler, una joven de 18 años que había denunciado el 11 de agosto de 2008 la intrusión de un hombre en su apartamento que la había violado.La historia de este error policial y la posterior investigación de dos policías de Colorado, la detective Stacy Galbraith y la Sargento Edna Hendershot, la contaron en 2015 los periodistas Ken Armstrong y T. Christian Miller en un reportaje titulado 'An Unbelievable Story'.
Después de llevarse el premio Pulitzer y editarse en formato libro (bajo la editorial Libros del KO en España), el relato de Marie Adler y el de otras cinco supervivientes agredidas sexualmente por el exmilitar Marc O’Leary, que se declaró culpable de 28 cargos de violación, es adaptada a la televisión en formato de miniserie de 8 capítulos.
Creada por Susannah Grant, Ayelet Waldman y Michael Chabon, 'Creedme' ya ha sido calificada como un "true crime" diferente a los demás, en clave feminista. Pone el foco de atención en el juicio social y la victimización secundaria de Adler, un término que hace referencia a la atención precaria que recibe una víctima de violencia machista al no ser tomada en serio o ser prejuzgada.
Con Kaitlyn Dever, Toni Colette y Merritt Wever como grandes protagonistas, la ficción muestra, de forma magistral, las buenas y malas prácticas ante un caso de violación por parte de las autoridades. Primero, hubo una investigación policial encabezada por dos agentes sin experiencia ni formación en materia de delitos de violencia sexual; frente a la búsqueda que llevaron a cabo después dos policías que habían trabajado anteriormente en más de 100 casos de violación.
El propio entorno de la joven dudó de ella desde un principio. "No había emoción. Era como si me estuviese contando que se había hecho un sándwich", o "Sentía que estaba contándome el guión de un capítulo de Ley & Orden", fueron algunas de las suposiciones que se hicieron sobre su agresión, llegando incluso a poner en alerta a la policía de su "inestabilidad emocional" para que no derrochasen recursos sin motivo.
Lo que el jefe de la División de investigaciones criminales de Lynnwood en 2015, Steve Rider, calificó como un "gran fracaso" del departamento, sirve para demostrar que la cultura de la violación ya se evidenciaba de forma alarmante antes del nacimiento del #MeToo como movimiento social, aunque la actualidad haya puesto aún más de manifiesto la victimización secundaria que sufren las víctimas de violación por parte de los agentes sociales.
Otro de los apuntes que 'Creedme' deja para la reflexión del público atañe a la responsabilidad que parece atribuírsele a la víctima después de la violación, y que se transforma en "culpabilidad" para las agredidas de O'Leary en la serie, lo que les lleva a pedir perdón constantemente. Incluso una de ellas, al rememorar que el asaltante le dijo que ya no dejaría las ventanas abiertas en el futuro, llega a decir: "Tenía razón". Como si algo en el comportamiento de ellas pudiese justificar, en una mínima parte, la propia violación.
Una interpretación "perfecta", según la protagonista real
A pesar de que Colette y Wever sobresalen en escena personificando a las dos policías que, concienzudamente, supieron encajar las piezas y escuchar como se merecían a las supervivientes, la dinámica entre estos dos personajes se ve perjudicada por una cierta rivalidad, que parece sustentarse en el cliché del género.Se nota, además, que se ha sabido respetar la historia real, teniendo en cuenta desde el principio la responsabilidad social que suponía el contar las vivencias de Marie Adler y el propio tema de la violación, con una mayoría de mujeres directoras y guionistas trabajando en la construcción de la serie.
Al ver la interpretación de Dever como Adler, cuenta el periodista Ken Armstrong que la protagonista real vio muy bien reflejada su lucha interna para traducir en palabras las emociones y pensamientos que se le cruzaban por la mente durante los interrogatorios de la policía: "Era perfecto".
Via:espinof
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