'Cómo vivir contigo mismo': Netflix nos hace reflexionar con una agridulce dramedia de ciencia ficción
Ahora que la vara de medir el género fantástico actual es 'Black Mirror', sobre todo en el terreno catódico, la serie creada por Timothy Greenberg para Netflix, 'Cómo vivir contigo mismo', consigue salirse de la costumbre para presentar algo más cercano a la ciencia ficción de bolsillo en formato de comedia dramática situacional. Y la jugada sale bien.
Mi doble, mi mujer y yo
Si bien es cierto que el primero de los ocho episodios de media hora
(gracias a dios) apunta a la ciencia ficción pura y dura, la serie no
tardará en desmarcarse del género (aunque nunca lo haga del todo) para
centrarse en las penurias de un matrimonio en crisis. Para ello, Rudd
cuenta con la inestimable ayuda de Aisling Bea y con las puertas abiertas a las miserias habituales
de las parejas de hoy día. Por supuesto, la mayoría de esas puertas nos
llevan a los rincones de una mente contigua a la locura.
El súper yo
Creada y escrita por el ganador del Emmy Timothy Greenberg, veterano de 'The Daily Show with Jon Stewart', la serie encuentra su lugar ideal en la dirección de Jonathan Dayton y Valerie Faris, responsables de 'Pequeña Miss Sunshine', que juegan a favor de obra con sus habituales maneras indies y más cercanas al corazón que al cerebro. Aunque todo parta de ciencia ficción pura y dura.Y la serie, por momentos, se vuelve un reflejo físico de las muchas inquietudes internas de cada uno. Una pelea constante entre nosotros y nuestras dudas y decisiones, materializadas aquí en un ser superior que, al contrario de lo esperado, podría arruinar nuestra existencia.
Si bien es cierto que la serie puede no resultar especialmente original si uno está puesto en el género fantástico más humano e independiente, como en la recordada 'Seguridad no garantizada' del ahora todopoderoso Colin Trevorrow, sí es una buena mezcla de las actuales inquietudes cómico-dramáticas y la sempiterna ansiedad tecnológica de la ficción actual, ese tonillo new age que puede cargarse un conjunto multimillonario como 'Géminis' o elevar por encima de la media una pequeña serie costumbrista que pretende disparar a lo divino y lo humano, al hombre y a la gran corporación, durante su breve existencia. A pesar de un cierre un tanto conservador.
Via:espinof
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