'Hache': la nueva serie española de Netflix presenta interesantes ingredientes pero le cuesta hacerlos funcionar
La ficción televisiva española le está funcionando muy bien a Netflix. Títulos como ‘La casa de papel’ o ‘Élite’ se han convertido en fenómenos globales, por lo que es lógico que la compañía aumente su apuesta por las series hechas en nuestro país. El 1 de noviembre llega la nueva propuesta resultante de esa política, ya que es entonces cuando se lanza la primera temporada de ‘Hache’, una serie creada por Verónica Fernández.
Inspirada en hechos reales, ‘Hache’ cuenta el progresivo ascenso al poder de una mujer dentro de una organización criminal dedicada al narcotráfico. El punto de partida es de lo más sugerente y durante los dos episodios que ya he tenido la ocasión de ver está todo muy cuidado, pero que no termina de hacer encajar todos los ingredientes que utiliza.
Unos primeros minutos impecables
Ni siquiera son necesarios 15 minutos de metraje para asentar las bases de forma impecable, ya que además de plantar las semillas sobre la problemática relación que se va a establecer entre ambos, también se nos dan pequeños detalles sobre las actividades de él al otro lado de la ley. Una presentación en la que todo encaja, siendo esto precisamente lo que la serie no termina de saber hacer en el resto del primer episodio y la totalidad del segundo.
Inicialmente uno puede pensar que se debe a la aparición de nuevos
personajes que alejan por momentos nuestra atención de los dos
protagonistas, pero una serie necesita algo más que eso y los guiones
prestan la atención necesaria para ir incidiendo tanto en el trabajo del
cuerpo policial como en los problemas que han surgido dentro del
negocio del tráfico de heroína, mientras que en paralelo conocemos más de la delicada situación personal de Hache.
Una cuestión de credibilidad
Probablemente haya nuevos detalles por desgranar en futuros episodios, pero el vínculo que se establece entre ellos tiene un problema de credibilidad. Que él se preste a correr tantos riesgos para mantenerla bajo su protección es algo que no se plantea de la mejor de las maneras. Sí que le vemos siempre a él como un personaje con una debilidad marcada y puedo entender que nos quieran vender que ella es su nueva droga, pero las bases de su relación tras ese primer encuentro que no debía haber pasado de ahí me sacan de lo que se nos está contando.
No es que eso lleve a una desconexión total hacia la serie, porque
tampoco se puede señalar exactamente que haya algo mal en concreto. El
problema es que no termina de conseguir la percepción deseada, ya que
simplemente no me lo termino de creer y eso hace que todas las virtudes
que exhibe la serie se vean parcialmente dañadas -creo que en parte los
recordatorios del personaje de Ingrid Rubio sobre ella
son los que más daño hacen a esa imprescindible credibilidad-. Además,
ya de entrada sabía que ‘Hache’ va a contarnos cómo crece ella dentro de
la organización, por lo que que su entrada en la misma no me cuadre no
es precisamente la opción deseada.
Un thriller relajado
En resumidas cuentas
Tras unos grandes primeros minutos, ‘Hache’ baja el nivel y no vuelve a alcanzarlo, pero no por ello penséis que el interés se hunde. Simplemente hay que normalizar las cosas y ahí uno empieza a ver que quizá no sea el tipo de serie que uno espera. Por mi parte, tengo mis problemas con la auténtica base de la relación entre los dos protagonistas y eso me echa para atrás, pero la nueva serie española de Netflix es muy solvente en todos los apartados. Puede que simplemente necesite algo más de tiempo para arrancar.
Via:espinof
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