La lectura del palmarés de la SEMINCI 2019
a cargo de Josefina Molina, presidenta del Jurado Oficial, ha sido
recibida con aplausos y gestos de aprobación por parte de los presentes
en la rueda de prensa, señal de que los miembros del jurado han atinado
con los galardones. Eso a pesar de algunas ausencias considerables que
serán señaladas a continuación...
Con el anuncio de los premios se da por concluida la 64ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, marcada por el escaso contraste de estilos entre las películas a competición y la idea subyacente de la enorme complacencia del equipo de programación con sus espectadores. Deja al descubierto una programación más preocupada por satisfacer los gustos y las expectativas del público que de mostrarle otras opciones del lenguaje cinematográfico e intentar asombrarlo, desubicarlo ante lo que se reproduce en la pantalla.
La Espiga de Oro ha sido concedida a la notable 'El huevo del dinosaurio' ('Öndög'), producción mongola dirigida por Wang Quan'an
en la que un joven e ingenuo policía debe custodiar el cuerpo fallecido
de una mujer en mitad de la estepa mongola a lo largo de una noche. Le
acompañará una audaz pastora para protegerlo de los lobos y las
condiciones climatológicas.
Un alegato a favor de una comunidad y sus tradiciones narrado con
eficacia destacándose su originalidad en la presentación de personajes,
sus particulares movimientos de cámara y el cariño con el que se trata a
esta cultura.
Solo por observar al protagonista bailar canciones de Elvis Presley en las frías y solitarias estepas de Mongolia ya merece la pena su visionado. El mayor galardón que otorga el jurado ha sido acompañado por el de mejor fotografía para Aymerick Pilarski, quien con sus imágenes compone una extraña atmósfera que ayuda a retratar ese entorno tan inhóspito y singular.
La brasileña 'La vida invisible de Eurídice Gusmão' se ha alzado con la Espiga de Plata y el premio a la mejor interpretación femenina para sus dos actrices principales, Julia Stockler y Carol Duarte.
Su director, Karim Aïnouz, adapta una parte de la novela de Martha
Batalha para desarrollar un drama sobre dos hermanas que luchan por
cumplir sus sueños y aspiraciones dentro de una familia conservadora en
el Brasil de los años 50. El filme, que también ganó el galardón a la
mejor película en Cannes en la sección Un certain regard, se lleva además de la ciudad vallisoletana el reconocimiento de la crítica con el premio FIPRESCI.
El premio a la mejor dirección ha ido a parar con gran acierto al islandés Rúnar Rúnarsson por 'Echo', espléndido y emotivo collage sobre nuestras vidas occidentales. La realidad de un territorio concreto (Islandia) en un tiempo determinado (una Navidad en la actualidad) a través de 58 planos estáticos con diferentes personajes y situaciones. Humor y drama, muerte y vida, lluvia y fuego se conjugan para radiografiar con exactitud incisiva y caleidoscópica nuestro presente, señalando sus luces y sombras.
El neófito Levan Gelbakhiani también ha tenido su merecido reconocimiento con el premio a la mejor interpretación masculina por su poderoso trabajo en la extraordinaria 'And Then We Danced'.
En ella encarna a un joven bailarín de la Compañía Nacional de Danza de
Georgia cuya vida se desestabiliza cuando ingresa un nuevo bailarín en
la escuela. A partir de aquí deberá lidiar contra una sociedad todavía
retrógrada mientras intenta alumbrar un futuro para él y su familia.
La danza georgiana es utilizada por el realizador sueco Levan Akin
para articular una estampa de la Georgia actual, donde nuevas
libertades que se introducen desde Occidente (feminismo, homosexualidad)
colisionan con una comunidad arcaica a la que le cuesta avanzar y
mantiene con firmeza sus tradiciones. Se destaca una vigorosa puesta
escena que hace hincapié en la vibrante y sudorosa etapa de la juventud.
Fieles en su estilo de perseguir con cámara al hombro a su
protagonista, los realizadores belgas mantienen igualmente su mirada
hacia la inocencia de los más pequeños y la desprotección en la que en
muchas ocasiones estos se encuentran. Con un tercer acto bellísimo y
demoledor, donde se evidencia esa sensibilidad característica de los
directores, y una actuación tan redonda como la del debutante Idir Ben Addi hacen de 'El joven Ahmed' otra gran obra
que engranda aún más la filmografía de los Dardenne. Como siempre en su
cine, con más complejos interrogantes que sencillas respuestas.
El premio Pilar Miró a la mejor dirección novel fue para Mounia Meddour por la película argelina 'Papicha',
correcta denuncia del fanatismo religioso en los años 90 aunque
convencional en su desarrollo y escritura de los personajes. Resulta
interesante vislumbrar el empeño de unas adolescentes por lograr sus
sueños de convertirse en modistas en tiempos tan convulsos como el que
se representa en el filme. Meddour no muestra, sin embargo, el
crecimiento de ese extremismo contra el que ellas hacen frente.
Tampoco fue premiada la estupenda 'The Father' ('Bashtata'), producción búlgara dirigida por los cineastas Kristina Grozeva y Petar Valchanov.
Una tragicomedia sobre la superación del dolor ante la pérdida y las
siempre complejas relaciones paternofiliales. De fondo, la Bulgaria
postcomunista. Nunca la mermelada de membrillo había dado tanto juego en
una película.
También se fue de vacío la islandesa 'The County'
('Héraðið'), certero relato sobre el empoderamiento femenino y los
problemas del capitalismo en las zonas rurales de Islandia. La dirige Grímur Hákonarson, quien ya ganó la Espiga de Oro en 2005 con 'Rams (El valle de los carneros)', su anterior obra.
Además, no obtuvo reconocimiento la argentina 'Hombres de piel dura', del veterano director argentino José Celestino Campusano,
una de las propuestas más estimulantes del festival que ahonda en la
homosexualidad reprimida y los abusos sexuales con un tono de humor a
veces desconcertante. Eso fue todo, y como ha dicho el director de la
SEMINCI Javier Angulo al concluir la rueda de prensa: ¡hasta la edición
del año que viene!
Con el anuncio de los premios se da por concluida la 64ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, marcada por el escaso contraste de estilos entre las películas a competición y la idea subyacente de la enorme complacencia del equipo de programación con sus espectadores. Deja al descubierto una programación más preocupada por satisfacer los gustos y las expectativas del público que de mostrarle otras opciones del lenguaje cinematográfico e intentar asombrarlo, desubicarlo ante lo que se reproduce en la pantalla.
'El huevo del dinosaurio' se alza con la Espiga de Oro a la mejor película
Solo por observar al protagonista bailar canciones de Elvis Presley en las frías y solitarias estepas de Mongolia ya merece la pena su visionado. El mayor galardón que otorga el jurado ha sido acompañado por el de mejor fotografía para Aymerick Pilarski, quien con sus imágenes compone una extraña atmósfera que ayuda a retratar ese entorno tan inhóspito y singular.
La brasileña 'La vida invisible de Eurídice Gusmão' se ha alzado con la Espiga de Plata y el premio a la mejor interpretación femenina para sus dos actrices principales, Julia Stockler y Carol Duarte.
El premio a la mejor dirección ha ido a parar con gran acierto al islandés Rúnar Rúnarsson por 'Echo', espléndido y emotivo collage sobre nuestras vidas occidentales. La realidad de un territorio concreto (Islandia) en un tiempo determinado (una Navidad en la actualidad) a través de 58 planos estáticos con diferentes personajes y situaciones. Humor y drama, muerte y vida, lluvia y fuego se conjugan para radiografiar con exactitud incisiva y caleidoscópica nuestro presente, señalando sus luces y sombras.
Los laureados hermanos Dardenne regresaban a la SEMINCI con 'El joven Ahmed',
relato de actualidad sobre un chico europeo que profesa el Islam y se
radicaliza rápidamente por los mensajes que le lanza su imán. Su madre,
su hermana y hasta su profesora son vistas ahora por el joven como
traidoras al no seguir ciertas conductas.
Otras grandes películas de la SEMINCI 2019 que merecían estar en el palmarés
No estuvo en el palmarés aunque bien lo merecía la turca 'A Tale of Three Sisters', tercer largometraje de Emin Alper. Una brillante fábula sobre la condición femenina en las zonas rurales de Turquía. Narrada con un marcado estilo sosegado, un efectivo humor aparece como necesidad en una historia tan cruda y dolorosa.
Via.espinof
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