'Yo soy Dolemite': Eddie Murphy regresa por la puerta grande en Netflix con un biopic blaxploitation
Han pasado veinte años del último título protagonizado por Eddie Murphy con unos mínimos de calidad. A partir de la obra maestra de Frank Oz, 'Bowfinger', el cómico participó en distintos proyectos de mayor o menor éxito en taquilla y con más o menos suerte en cuanto a valor artístico. Pero Murphy nunca se había ido. Su gran retorno en la fabulosa 'Yo soy Dolemite' dejan claro que aún hay Eddie Murphy para rato.
Jugando a las películas
Murphy se mete en la piel y los huesos de Rudy Ray Moore, padrino del rap, cómico salvaje e imposible de colocar en las emisoras y soñador infatigable. Moore no paro de pelear hasta llevar su arte a cuanta más gente mejor, y su alucinante historia sirve a Craig Brewer
para dotar de un ritmo endiablado a la narración. En apenas dos horas
veremos a Moore tocar fondo y resurgir como Dolemite para apoderarse del
mundo.
Gángsters, drogas y kung-fu
Al igual que en la obra maestra de Tim Burton, esta es la historia de un soñador imprudente lleno de buenas intenciones pero, tal vez, no con las mejores maneras. Murphy se come la pantalla con la total confianza que le da la caracterización de su personaje. Cuando Rudy Ray Moore se transforma en Dolemite, Murphy también se transforma. En su caso la transformación nos devuelve a la bestia parda de la comedia que arrasó con todo en los ochenta y un poquito de los 90.
Con Murphy sacando todo su flow a las órdenes de Brewer, que repetirá en la secuela de 'El príncipe de Zamunda', me veo en la obligación de advertir que no deberías dejar pasar esta increíble (algo dulcificada, pero qué más da) y estupenda historia de soñadores que funciona perfectamente como precuela espiritual de 'Bowfinger' y afrosecuela de 'Ed Wood'. 'Yo soy Dolemite' está llena de ritmo, grandes actores, funk, muchas risas y buenísima onda. Una película que habría enamorado a Larry Cohen.
Via.espinof
Comentarios