'Klaus': Netflix da en la diana con su primera película española de animación, una entrañable y divertida propuesta navideña
Al igual que ‘El irlandés’ para Martin Scorsese, ‘Klaus’ era un proyecto muy querido para Sergio Pablos, animador español que a lo largo de su carrera ha participado en cintas como la nunca suficientemente reivindicada ‘Goofy e hijo’ o la notable ‘Hércules’. También es una cinta que tuvo bastantes problemas para sacar adelante porque los estudios de Hollywood veían en él un proyecto complicado y que no terminó de concretarse hasta que Netflix se metió por en medio.
Sobre el papel parece una cinta que no tiene mucha razón de ser en la actualidad: una película de animación en 2D sobre los orígenes de Santa Claus protagonizada por un cartero, ¿de verdad hacía falta algo así? La propia ‘Klaus’ nos da la respuesta con una obra entrañable y divertida con ciertos ecos de la estupenda ‘El emperador y sus locuras’.
Con la sencillez por bandera
Si Jesper recuerda inicialmente bastante al Kuzco de ‘El emperador y
sus locuras’, con Klaus parece hasta cierto que encontremos a una
versión más madura de Pacha, sobre todo porque su situación vital es
bien diferente. La amistad que surge entre ambos no tarda en convertirse
en el verdadero motor narrativo de la historia, notándose el mimo que busca darle Pablos a este aspecto, porque de lo contrario podría haberse quedado todo en una película más o menos simpática pero ya.
Un equilibrio difícil de conseguir
Además, es cierto que lo emocional va ganando presencia en el tramo final, pero lo hace con soltura y sin renunciar nunca a una aventura bien planteada e incluyendo divertidos apuntes cómicos en la línea de lo visto hasta entonces. Así se consigue que lo que podría ser una moraleja obvia y sobada alcance esa magia que tantos desean y no todos consiguen. Dicho de manera, consigue atraparte y que pases por algo que sea un tipo de historia que ya has visto en muchas ocasiones porque no hay nada que desentone y sí multitud de virtudes.
Por otro lado, la animación en 2D puede que limite algo a la hora de alcanzar la espectacularidad de algunas cintas de los últimos años, pero es que ‘Klaus’ tampoco juega a eso. Aquí se busca más una calidez interior propia de esos momentos de invierno en los que te refugias en la seguridad de tu casa, bien protegido por una manta y con un buen chocolate caliente mientras desconectas un rato viendo algo en el televisor, quizá incluso algo que ya hayas visto en infinidad de ocasiones pero que sabes que te va a dejar con buen sabor de boca. No sé si soy demasiado concreto con ese apunte, pero ‘Klaus’ me recuerda en esto -y casi todo lo demás- a esos momentos de mis años mozos.
En resumidas cuentas
La primera película de animación española para Netflix es una delicia que abraza en todo momento su naturaleza de ser una propuesta visual a la antigua usanza -aunque no por ello de conforma con cualquier cosa en términos animados-, con un guion que sabe muy bien lo que busca y va a por ello, consiguiendo así que nos encariñemos con sus personajes, disfrutemos con su viaje e incluso nos emocionemos cuando es lo que toca.
Via:espinof
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