Hacía 24 horas de la cacareada entrega de los exquisitos Spirit Awards. Allá se premiaron títulos realmente memorables y que perdurarán en el recuerdo, como ‘Diamantes en bruto’, ‘El Faro’ o ‘Súper empollonas (booksmart)’. Hace unos días, los BAFTA también reonocían el impactante e innovador trabajo de Mark Jenkin en la asombrosa ‘Bait’, una de las mejores películas que la distribución nacional no ha tocado no se sabe muy bien por qué. Era el turno de lo Oscar 2020, a los que ya llegábamos con esa sensación de pesadez, de agotamiento, de saber que, probablemente, estábamos ante una noche sin sorpresas.
Con los deberes hechos
Una de esas noches dominadas por la palmada en la espalda y la endogamia del Star System, casi casi, autopremiándose. Pero oye, una noche de Óscar siempre deja algún momento memorable. A veces, incluso histórico. Encarábamos la noche por segundo año consecutivo sin un maestro de ceremonias y con un desfile de estrellas rutilantes entregando premios. ¿Quién puede resistirse a eso?El primer premio de la noche era uno de los que no admitían sorpresa: Brad Pitt no admitía discusión alguna y su Cliff Booth no era nada sencillo. Un carisma a prueba de bombas y todos los premios del año para él. El primer Oscar de Pitt como actor, puesto que tenía uno como productor por ‘12 años de esclavitud’.
El primer disgusto llegó con el premio a ‘Toy Story 4’ como mejor película de animación por delante de ‘Klaus’, que llegaba fuerte. Bong Joon Ho se llevó el premio a mejor guión original por su aclamada ‘Parásitos’, la sensación del año que empezó como sleeper y terminó dominando hasta en los premios.
Que a las cuatro de la mañana ‘Joker’ no tuviera ningún premio y ‘1917’ solo uno dejan claro el ritmo de la noche.
‘1917’ y 'Le Mans '66' empezaban a sumar premios más o menos técnicos pero siempre exquisitos, como la fotografía de Roger Deakins, los efectos visuales y la mezcla de sonido en el caso de la primera, y la edición (tanto en sonido como en realización) en el caso de la segunda.
'El escándalo' se llevaba otro premio cantado (como todos los demás) al mejor maquillaje cuando nos acercábamos peligrosamente a las dos horas y media de una ceremonia que no parecía tener fin. 'Parásitos', que lleva robando las opciones de Almodóvar durante todas estas semanas, no dejó de hacerlo aquí y se llevó el premio a mejor película internacional. La carita de Penélope Cruz al dar el premio fue un poema, qué marrón tan innecesario para la actriz española.Sigourney Weaver, Brie Larson y Gal Gadot iluminaron el escenario formando un triángulo de súper mujeres para entregar el premio a la mejor banda sonora, que obviamente fue a parar a manos de Hildur Guðnadóttir. No menos obvio que el premio a la canción de 'Rocketman' por supuesto. Llevamos unos años que los Óscar parecen Lluvia de estrellas.
De cara a futuras ediciones no estaría de más recortar vídeos, actuaciones, pausas para publicidad, más atención a los honoríficos y algo de valentía al largar del escenario a quien se pase de agradecimientos. La noche en que se recordó con especial emoción a Kirk Douglas y Kobe Bryant fue en realidad la que nos recordó a River Phoenix y la que premió, con algo de condescendencia, quién sabe, a la película de Bong Joon-ho.
Via.espinof
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