Hubo una época en la que
Vin Diesel parecía tenerle alergia a las franquicias más allá de su querido Riddick, pues no quiso participar en las primeras secuelas de
‘A todo gas’ o ‘xXx’, pero cuando regresó al universo
‘Fast & Furious’
casi pareció dejar todo lo demás de lado durante unos cuantos años. Hay
que remontarse hasta 2015 para encontrar su último intento de lanzar
una nueva saga con
‘El último cazador de brujas’, aunque su fracaso hizo que no pasase de la primera entrega.
Ahora vuelve a intentarlo con
‘Bloodshot’,
salto a la gran pantalla de un cómic de superhéroes creado por Kevin
VanHook, Don Perlin y Bob Layton por el que Sony ha apostado con cierta
cautela. A fin de cuentas, 42 millones de dólares es un presupuesto
bastante ajustado para una película de estas características, algo que
se deja notar en sus discretas escenas de acción. Pese a ello, estamos
ante
un pasatiempo más que digno que sabe cómo aprovechar la presencia de Diesel.
Una mezcla curiosa
Vin Diesel da vida en ‘Bloodshot’ a un soldado que ve cómo la mujer
que ama es asesinada ante sus ojos justo antes de acabar con él, pero
recibe una segunda oportunidad a través de una tecnología revolucionaria
que le convierte en una especie de Lobezno. No hay herida de la que no
pueda curarse y, obviamente,
la venganza se convertirá rápidamente en su principal objetivo vital.
Hasta ahí el factor ciencia-ficción es la única novedad en un tipo de
relato que hemos visto en multitud de ocasiones, pero la película no
quiere ser eso, demostrándolo con que en apenas 30 minutos ya nos ha
dado lo que en otras muchas abarca todo su metraje. Es entonces cuando
llega el momento de tomar la decisión que cambia ‘Bloodshot’ y obliga al espectador a replantearse todo lo que ha sucedido hasta entonces.
No es que sea un giro revolucionario, pero sí da a la película las
armas suficientes para indagar en la figura del héroe de acción,
incidiendo más en el hecho de que es una figura obsoleta que requiere de
una mejora inalcanzable para cualquiera. No es un tema que el guion
firmado por
Jeff Wadlow y Eric Heisserer aborde de
lleno, pero le da una capa de interés al viaje del protagonista,
matizando sus lugares más comunes y situando a ‘Bloodshot’ a medio
camino entre el cine de acción y el de superhéroes.
Eso da pie a que la intensidad a veces desenfocada de Diesel funcione
bastante bien a modo de hilo conductor hasta que, como era de esperar,
todo deriva en la gran batalla final en la que el director
Dave Wilson
echa toda la carne en el asador. Hasta entonces, las escenas de acción
habían sido un tanto mediocres, planteadas sin personalidad y ejecutadas
de forma cuestionable, en buena medida por un trabajo de montaje que
quiere dotar de más espectacularidad al reparto a través de una cambio
muy rápido de planos.
Un tratamiento de la acción mejorable
Siempre que la acción había pasado a primer plano durante los dos primeros tercios de metraje, el interés de ‘Bloodshot’ baja.
En el tramo final sí que se nota que fue donde se centraron los
esfuerzos presupuestarios y deja algún apunte visual estimulante,
exhibiendo además una puesta en escena más clara con la que conseguir el
efecto buscado. Incluso ahí la película dista de ser memorable en ese
apartado, pero al menos resulta más estimulante.
Se da la casualidad de que es justo entonces cuando Diesel es menos
un héroe de acción y se aproxima más al rol de superhéroe, aunque en
este caso sea más una máquina de matar que un salvador para cerrar así
su trama personal. No tengo claro hasta qué punto esta naturaleza
híbrida de ‘Bloodshot’ es algo buscado realmente por sus responsables,
pero
lo importante es que está ahí.
Otros detalles de ‘Bloodshot’
Además, la película incluso abraza en momentos puntuales su lado más autoconsciente, permitiendo así la inclusión de
un sentido del humor más efectivo de lo habitual en esta clase de vehículos para el lucimiento de Diesel.
Esto se hace sin abusar de lo cómico -solamente hay un personaje
marcado de forma notable por ello y aparece con la película ya
avanzada-, algo que podría haber sido contraproducente para la
intensidad de la historia.
Por lo demás,
el resto del reparto que rodea a Diesel cumple con holgura su cometido.
Ninguno tiene a su disposición personajes especialmente bien trabajados
y las sorpresas y dilemas que se plantean acaban sirviendo como excusa
para una trama general más obvia, pero son recursos integrados con
soltura y que hacen que sigas con cierto interés lo que sucede.
En resumidas cuentas
‘Bloodshot’ es un entretenido cruce entre cine de acción y de superhéroes.
No termina de sacar todo el partido a la idea de llevar un paso más
allá la figura del héroe de acción, pero es ese híbrido que propone lo
que ayuda a que sea un pasatiempo más que digno que sí deja con
curiosidad por ver cómo podría seguir adelante en el caso de que se
hiciera una secuela.
Via:espinof
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