'Maldita': la serie de Netflix es una notable actualización de la leyenda artúrica sin miedo a la violencia sangrienta

'Maldita': la serie de Netflix es una notable actualización de la leyenda artúrica sin miedo a la violencia sangrienta
Netflix parece haber encontrado un gran filón en las series de corte fantástico. Por ejemplo, ‘The Witcher’ se convirtió de inmediato en una de las obras más populares de la plataforma, mientras ‘La monja guerrera’ lleva apareciendo en el Top 10 de lo más visto de la plataforma desde su estreno hace ya casi dos semanas. Ahora es el turno de ‘Maldita’, adaptación de un cómic de Frank Miller y Tom Wheeler que llega este viernes 17 de julio dispuesto a convertirse en una de las grandes sensaciones del verano.


Estamos ante una relectura de la leyenda artúrica que potencia la figura de la dama del lago para actualizar un relato que ya se nos ha contado en infinidad de ocasiones. El último gran intento en la pequeña pantalla fue ‘Camelot’, un fracaso que no pasó de su primera temporada. Espero que no suceda lo mismo en el caso de ‘Maldita’, ya que he disfrutado bastante con sus cinco primeros episodios -los que se han facilitado a la prensa- y la serie todavía cuenta con mucho margen de crecimiento.

Juega a muchas cosas y la mayoría bien

Escena Maldita
Mi gran temor es que Netflix optase por dar un enfoque más juvenil a ‘Maldita’, intentando conectar así con el público más joven, marginando de paso otros elementos jugosos de la propuesta. Por suerte, se nota que los autores del cómic original han estado muy implicados, ya que el propio Wheeler ejerce como showrunner, sabiendo cómo dar con el tono adecuado para intentar llegar al público adulto pero sin que eso suponga darle un toque demasiado afectado a la serie.

Por decirlo más claramente, sí, hay por ahí elementos románticos que parecen más pensados a llegar al público más joven, pero es un ingrediente más que tarda en tener peso y nunca llega a ser el principal foco de interés. No está especialmente bien llevado, pero tampoco molesta y además cuadra con la evolución que está teniendo la historia. Vamos, que es el eslabón más débil pero no tanto como para convertirse en un lastre.
Imagen Maldita
Lo que realmente importa aquí es el viaje, tanto físico como emocional, de Nimue para cumplir la misión que le ha sido encomendada: entregar una espada legendaria a Merlín, un mago que no cuenta precisamente con la mejor de las reputaciones. Esto es algo que la propia serie respalda a través de las acciones del personaje interpretado por un Gustaf Skarsgard que parece haberle cogido el gusto a la épica de corte medieval tras su paso por ‘Vikingos’.

De entrada, su Merlín me provocaba cierto rechazo, algo con lo que la serie sabe jugar para mantener la incógnita sobre cuáles son sus verdaderas intenciones. Así lo que en primera instancia podía parecer una pega se convierte en una fortaleza que por ahora la serie está sabiendo manejar con soltura al mismo tiempo que va ampliando la mitología de la serie y preparándolo todo para cuando la cosa realmente estalle.

Una introducción que engancha

Merlin Maldita
Y es que estos primeros cinco episodios no dejan de ser una introducción, pero no como en esas series que estiran tanto la presentación que se olvidan de la importancia de dejarte con ganas de seguir viendo lo que sucede tras el primer capítulo. Dicho de otra forma, los responsables de ‘Maldita’ se preocupan en querer engancharte en lugar de confiarlo todo a que la veas entera porque Netflix te lo pone muy fácil para hacerlo sin moverte del sofá.
A ello ayuda la muy convincente interpretación de Katherine Langford, una de las actrices jóvenes con mayor proyección de Hollywood -aunque ella nació en Australia- que sabe cómo moverse tanto cuando hay que mostrar su lado más emocional como cuando surgen los peligros y tiene que demostrar que ella es la protagonista por algo. Ahí se agradece, y mucho, que la serie no se corte lo más mínimo a la hora de utilizar la sangre, llegando a tener un protagonismo absoluto en el desenlace de uno de estos cinco primeros episodios y a ser clave para el título de otro.

Y es que siempre agradecerá una buena pelea con espadas, pero la épica sí además realmente muestras lo que Nimue -o quien la esté usando en ese momento- puede conseguir con esa espada legendaria, y más si lo haces en caer en el error del montaje apresurado para ocultar coreografías poco trabajadas. Es cierto que en ningún caso se lleva al nivel exhibido en algunas escenas de ‘The Witcher’, pero a cambio la narrativa es mucho más clara y sirve para redondearlo todo mejor.
Katherine Langford Maldita

Por lo demás, la serie está dosificando por ahora los juegos de poder que hay en este universo, pero así ha tenido tiempo de sobra para presentar a los paladines rojos como un enemigo formidable. Y que uno de sus principales representantes sea un Peter Mullan demostrando su talento y versatilidad para el mal también se agradece. A cambio algunos de sus hombres acaban convirtiéndose en poco más que una versión medieval de los masillas de ‘Power Rangers’, pero bueno, es lo perdonamos.

Otro detalle curioso es la forma que tiene la serie de hacer las transiciones entre escenas, conectando directamente con los diseños de la cabecera y recordándonos de paso las viñetas originales. Una seña de identidad que se agradece para distinguir aún más a una serie que por ahora está en proceso de formación, pero cuenta con los suficientes ganchos para que uno permanezca atento. Además, no escamotea en lo referente a las sorpresas, algo que ayuda a evitar que parezca que se está estirando todo más de la cuenta.

En resumidas cuentas


‘Maldita’ no es todavía una gran serie, pero sí ha demostrado que es una que podría serlo a poco que vaya ajustando cosas y terminando de poner todas las piezas encima del tablero. Por ahora se queda en una propuesta de corte fantástico con bastantes más aciertos que errores y que no tiene miedo a entrar visualmente en terrenos, desde los diseños hasta el uso del gore, que últimamente parecían vedados para la mayoría de producciones televisivas de este tipo.

Via:espinof

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