'The Twilight Zone': la temporada 2 del reboot de Jordan Peele supera a la anterior pero aún le viene grande su título
El nombre de Jordan Peele ha irrumpido en el panorama del fantástico y de terror no tanto como un renovador como un tradicionalista ejemplar de los formatos y esencia del género en Norteamérica. Por ello, su cara al frente de un nuevo revival de la mítica serie 'The Twilight Zone' tenía unas posibilidades, a priori, muy estimulantes. Su cine no deja de tener el espíritu de aquellos episodios que han servido para construir la textura de muchos autores modernos.
Sin embargo, la primera temporada fue un auténtico fiasco. Pese a tener una presentación superior a la media de antologías, con un buen reparto y fotografía, efectos y presupuesto, las historias no acababan de enganchar y el tono se movía a través de un velo extraño entre la ciencia ficción, el terror y la fantasía. Un planteamiento que, sobre el papel, no tenía ninguna pega pero que erraba el tiro precisamente por parecer no querer ser ninguno de esos géneros en vez de todos a la vez. En vez de abrazar el fantástico parecía que buscaba crear su propia definición del mismo.
Crónica de un fiasco
Y si a ello le unimos un poco de conciencia que trata de hablar del presente a través de temas sociales en el candelero, entendiendo esto como una representación neutra y siempre blanca de los conceptos que trata de satirizar, quedaba el mismo resultado estético y discursivo que la nueva ‘Amazing Stories’ de Apple TV, haciendo difícil incluso diferenciar entre ambas. Es como si los segmentos dirigidos por Steven Spielberg en ‘Cuentos Asombrosos’ (Amazing Stories, 1986) y ‘En los límites de la realidad’ (Twilight Zone: the Movie, 1983) se tomaran como “el espíritu de la serie original”.Es como si sus desarrolladores hubieran olvidado que, en primer lugar, ‘The Twilight Zone’ era un lienzo en blanco kamikaze y estimulante porque cualquier autor podía entrar y ofrecer su visión del fantástico. Rod Serling, un erudito de la Weird Fiction, reflejaba todo lo que amaba en sus guiones, pero incluía las ideas más extrañas que aprendía de la literatura, cuando no contaba con maestros como Richard Matheson para sus guiones. Este reboot tiene no solo la responsabilidad de estar a la altura, sino de servir de lanzadera a las mejores voces actuales.
Mejor que la primera
‘You Might Also Like’ es una especie de continuación de uno de los episodios más míticos de las temporadas clásicas, pero esa no es la razón por la que se impone sobre el resto, sino porque deja ver más la huella de su autor, no solo en detalles de puesta en escena sino en su atmósfera enrarecida, que contrasta con el humor frío y surrealista que desprende su vis satírica. Pasa lo mismo en ‘8’, un micro terror submarino con pulpo que tiene más de rareza en la línea de los directores Justin Benson y Aaron Moorhead que de la media de episodios del reboot.‘Meet in the Middle’, el piloto de esta nueva temporada empieza con un solterón que tiene una conexión telepática con una extraña, con la que empieza una relación casi en clave ‘Her’ (2013), y que tomará un cariz inesperado en sus giros de guion, ofreciendo un gran clímax a un episodio que muestra el gran punto débil de esta temporada. La inconsistencia en el metraje. Hay un número inusual de episodios que duran más de 40 minutos cuando la duración media con la que partían era de media hora. Esto hace que, incluso las mejores historias, se acaben haciendo algo pesadas.
Otra oportunidad perdida
Salvo algún episodio salvable como ‘Among the Untrodden’ el resto son bastante prescindibles es intrascendentes. La buena idea de algunos, como ‘A Small Town’ , se diluye en la falta de urgencia generalizada de muchas de las historias. El prometedor ‘A Human Face’, que parece emparentarse con ‘Vivarium’ (2019), y tiene algunos momentos de atmósfera lóbrega y de mal rollo, se choca de bruces con interminables escenas de diálogo que llevan el ritmo a dique seco.La única forma de salvar ‘The Twilight Zone’ habría sido una remodelación completa que no ha sucedido. Pese a que hay buenos momentos, la sensación final es otra vez de oportunidad perdida, lamentablemente, para elevar el formato de antología de terror y fantástico, con todo el viento a favor. Más interesados en la etiqueta y menos en aportar algo, es curioso como vemos que los festivales son una factoría de proyectos indie hechos sin medios que ofrecen mejores y más relevantes variaciones de la serie original que la “oficial”. Qué diferente habría sido si alguno de sus episodios hubiera confiado en alguna de esas nuevas voces sin preocuparse en la homogeneidad sintética del producto.
Via:espinof
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