'El juicio de los 7 de Chicago': la película de Aaron Sorkin para Netflix es un notable thriller judicial con grandes interpretaciones

 

Aaron Sorkin lleva muchos años siendo uno de los guionistas más reputados de Hollywood, habiendo llegado a ganar el Óscar por su libreto para la excelente ‘La red social’. Su estilo es bastante reconocible y obviamente ha dado pie a obras mejores y peores, pero hace relativamente poco le entró la fiebre por dirigir, algo que ni siquiera había intentado con ‘El ala oeste de la Casa Blanca’, su más famosa creación televisiva que controló con mano de hierro durante cuatro temporadas.

Su primera experiencia tras las cámaras fue con ‘Molly’s Game’, una cinta estimable pero no particularmente memorable. En la segunda ha vuelto a elegir una llamativa historia real para dar forma a ‘El juicio de los 7 de Chicago’, una de las grandes bazas de Netflix de cara a los próximos Óscar que llega a la plataforma este viernes 16 de octubre tras dos semanas disponible de forma limitada en cines. Se trata de un thriller judicial con un destacado trabajo de sus actores y unos diálogos poderosos, aunque seguramente le hubiese venido bien contar con otra persona tras las cámaras.

Unas virtudes muy claras

Reparto Juicio Chicago 7

La película toma como referencia un juicio celebrado entre marzo de 1969 y febrero de 1970 contra un grupo de protestantes contra la guerra de Vietnam. Los cargos contra ellos fueron especialmente graves, quedando claro tiempo después que se buscaba hacer ejemplo con ellos. Un acto de represión que ya debería haberse superado, pero los ecos del mensaje que transmite ‘El juicio de los 7 de Chicago’ llegan a nuestros días y esa es una de las grandes ventajas que tiene Sorkin para conectar con el público.

Decir que habría que dar por sentado los ingeniosos y abundantes diálogos en una cinta escrita por Sorkin no sería una exageración, ya que siempre ha sido uno de sus rasgos distintivos y aquí vuelven a hacer acto de presencia. Obviamente, todo orientado en función del posicionamiento claro que toma a la hora de enfocar los hechos. Poco importa las leyes que pudieran romper los acusados, ya que en todo momento se expone que estaban haciendo lo correcto y que el juez encargado del caso tiene poco menos que una cruzada personal contra ellos.

Imagen El Juicio De Los 7 De Chicago

Por ello, la película está en parte encamina a incidir en esa rebeldía de los acusados, especialmente con el personaje interpretado por Yahya Abdul-Mateen II, quien en todo momento insiste en que él no está vinculado a los otros siete y hace todo lo que está en su mano para exigir ser juzgado por separado o incluso para representarse a sí mismo. Sorkin los describe como una especie de epítome de todos los valores positivos que quiere transmitir la película, si acaso con la excepción de que pueden ser algo tercos, pero tampoco les queda otra en ese escenario.

Eso es algo que todo el reparto sabe aprovechar a la maravilla, ya que sus las motivaciones de los personajes son muy claras y cuentan con material con el que jugar y lucirse sin necesidad de desviarse del camino planteado por Sorkin. Es cierto que no todos brillan con la misma intensidad -no me sorprendería nada que quien acabase llevándose una nominación al Óscar fuera Sacha Baron Cohen-, pero sí hay una consistencia clara con un nivel bastante alto que al mismo tiempo aporta al resultado final y guía al espectador sin dar la sensación de estar tomándole por tonto. Sí que hay cierto componente adoctrinador, pero nada especialmente exagerado que canibalice todo el relato.

Mejor escrita que dirigida

Juicio Chicago

Además, el libreto de Sorkin sabe ir dando saltos en el tiempo para vincular el juicio con los hechos previos, aportando riqueza al relato en lugar de funcionar como una mera aclaración de lo sucedido. A ello hay que añadir que sabe cómo mantener interesado al espectador sin la necesidad de potenciar la faceta de entretenimiento de la función -si buscáis una de juicios escrita por Sorkin que vaya más por esa vía siempre tendréis ‘Algunos hombres buenos’, que sigue funcionando tan bien hoy como cuando se estrenó en 1992-, aunque sí hay algunas gotas de humor bastante agradecidas.

¿Es entonces ‘El juicio de los 7 de Chicago’ una de las grandes películas de 2020? Responder a eso requiere pararse en el trabajo de Sorkin tras las cámaras, donde prima más la fluidez para ir retratando todo lo que propone en el guion que aportar ideas de puesta en escena brillantes. Su trabajo es pulcro, casi intachable, pero se queda un poco en tierra de nadie a la hora de establecer el tono ideal para potenciar lo que sucedió realmente.

Escena El Juicio De Los 7 De Chicago

Ahí la película se siente funcional pero no necesariamente porque Sorkin se quiera echar hacia atrás, sino por no tener aún la experiencia suficiente para saber cómo trascender el material creado por él mismo. Sí, fue algo histórico y eso se percibe, pero las ramificaciones del mismo aparecen reflejadas de forma algo tenue para potenciar a los acusados pero sin desarrollarlos realmente. Al final parece que todos sean piezas de una partida diseñada de antemano ejecutadas con precisión pero sin chispa.

Esto es algo que se intenta compensar a partir de algunas escenas especialmente llamativas, pero de nuevo tenemos que las virtudes de la serie están más en el guion y en lo que aportan los actores, con el Sorkin director no aportando ese empuje necesario para convertir ‘El juicio de los 7 de Chicago’ en una cinta memorable.

En resumidas cuentas

‘El juicio de los 7 de Chicago’ es una película notable que seguramente podría haber sido sobresaliente de contar con otro director tras las cámaras. Pese a ello, va a ser sin duda uno de los estrenos más estimulantes de lo que queda de año, pero considero que ese posible Óscar le vendría un poco grande a este segundo largometraje tras las cámaras de Sorkin.

Via:Espinof

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