'The Prom': un colorido musical de Ryan Murphy para Netflix que intenta emular la grandeza de Broadway sin terminar de conseguirlo


 Un buen musical le puede alegrar el día a cualquiera que no tenga alergia a este género. Yo he de confesar que nunca me interesó especialmente cuando empecé a aficionarme al cine, sobre todo porque siendo menor de edad me desquiciaba que gente de fondo se pusiera a bailar sin venir a cuento en los grandes números, pero hace ya tiempo que cada vez disfruto más con este tipo de propuestas, de ahí que tuviera bastante ganas de ver 'The Prom', cinta estrenada este viernes 11 de diciembre en Netflix.

Dirigida por Ryan Murphy, más conocido por su trabajo en series de televisión como 'Glee' o 'Ratched', 'The Prom' es el salto a la gran pantalla de un musical teatral homónimo de Matthew Sklar, Chad Beguelin y Bob Martin, con estos dos últimos ocupándose de escribir su salto al cine. Con el aliciente adicional de contar en su reparto con estrellas como Nicole Kidman o Meryl Streep, parecía tenerlo todo para conquistarme, pero a la hora de la verdad estamos ante una cinta muy colorida que quiere emular el espíritu de los grandes musicales de Broadway sin llegar a conseguirlo.

Se parece pero no es

Escena The Prom

Las canciones acaban siendo el gran motor narrativo de la mayoría de musicales, teniendo que hacer evolucionar tanto a la historia como a los personajes a través de ellas. No hay nada de malo incluso en prescindir de los diálogos y centrarse exclusivamente en las canciones, aunque en el caso de 'The Prom' no se sigue ese camino, seguramente porque entonces quedarían varios vacíos que deslucirían el conjunto. Sin embargo, en esta película priman por encima de todo las canciones y ahí encontramos el primer problema y no por los temas en cuestión.

Ryan Murphy no era el director adecuado para este proyecto. Puede que le encanten los musicales y que su tendencia al exceso se pueda vincular de cierta forma a la grandilocuencia de los musicales de Broadway, pero le falta esa armonía necesaria para que realmente haya una progresión en cada número. Es como si quisiera estar lo más arriba posible en todo momento, moviendo la cámara sin parar para reforzar esa sensación pero sin que transmita la idea de que se está buscando conseguir algo con eso más allá de potenciar su impacto.

Con esto no quiero decir que sea horrible, pero sí que se parece mucho más a un gran musical de serlo realmente. Obviamente en Estados Unidos también hay mucho más "saber hacer" que en España, donde 'Explota Explota' simplemente no daba la talla en este apartado por muchas buenas intenciones que tuviera, pero en el caso de 'The Prom' casi nunca todo encaja. Es como si se lanzasen cosas estimulantes de forma aislada, pero que no terminan de pegar entre sí.

Luces y sombras de 'The Prom'

Imagen The Prom

Eso también se traslada a su reparto, donde uno no puede poner en duda el talento interpretativo de actrices como Kidman o Streep -con James Corden sí que tengo algún problema más, aunque por lo general es alguien que genera cierta antipatía, pero eso no quita para que no sea tampoco la mejor elección para su personaje-, pero a la hora de meterse en los números falta ese algo que sí tiene Andrew Rannells, protagonista en su momento de la excepcional 'The Book of Mormon' y que aquí también lidera el único número de toda la película -me refiero a 'Love Thy Neighbour'- en el que realmente 'The Prom' roza con los dedos su objetivo, algo que se debe en gran medida a él.

El resto cumplen con sobrada solvencia en las partes habladas -en especial Streep, a quien le cae en suerte el personaje más estimulante de la función- y dan la talla cuando llega la hora de cantar, pero falta esa chispa, esa magia que diferencia un momento que ves y pasas a otra cosa de aquellos que se te quedan grabados en la memoria.** Tampoco ayuda que el personaje de Kidman desaparezca mucho rato y uno casi llegue a olvidarse de que sale en 'The Prom'...**

Todo esto lleva a que también funcione mejor cuando apuesta por un corte más íntimo con ese romance entre dos chicas adolescentes que en varios momentos corre el peligro de quedar aplastado por los excesos intentando emular Broadway. No es que es que esa parte de 'The Prom', que no deja de ser el eje sin el que todo lo demás no hubiese sido posible, pueda respirar lo suficiente, pero sí aporta esa calma tan necesaria y la emoción por una vía diferente para dar una mayor unidad al resultado final.

En resumidas cuentas

'The Prom' entretiene y hay delante de las cámaras suficiente gente con talento como para verla por agrado pese a que los excesos formales de Murphy lastran algo la propuesta. Eso sí, si queréis un gran musical, buscad en otro sitio, porque en este lo aparenta más o menos bien pero no llega a serlo en ningún momento.

Via:Espinof

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