'La maldición de Lake Manor' disfraza de cuento de terror gótico un encantador drama iniciático


 No cabe duda de que pocas cosas son más importantes para un largometraje que una intriga potente y una adecuada gestión de la misma si se aspira a atrapar al espectador, a no dejarle escapar hasta que los títulos de crédito finales circulen en pantalla, y a ayudarle a olvidar —o más bien perdonar— cualquier flaqueza que pueda afectar al conjunto.

Esto cobra un mayor peso si nos ceñimos a un cine de terror en el que el misterio suele ser un mejor compañero de viaje que los jumpscares, las florituras formales y los artificios técnicos; recursos generalmente vacíos, efectistas, y sinónimo —salvo honrosas excepciones— de rutina y falta de inspiración. 

En 'La maldición de Lake Manor', el realizador italiano Roberto De Feo opta por jugar la carta del suspense para construir un encantador cuento gótico de espíritu clasicista en el que su cuidada ambientación victoriana y su asfixiante atmósfera se abrazan con una inusitada sensibilidad que complementa a la perfección las muchas sorpresas que encierra su metraje.

Una cuestión de corazón

La Maldici N De Lake Manor 947696122 Large

Para prevenir al público potencial de todo tipo de decepción inesperada, he de puntualizar que el oportunista título elegido para estrenar 'The Nest (Il nido)' en tierras españolas no podría ser más engañoso. Y es que, a pesar de ambientarse en un caserón con aspecto de encerrar un buen número de secretos —y, posiblemente, algún que otro fantasma— entre sus frías paredes de piedra; esta ópera prima poco o nada tiene que ver con las 'Hill House' y 'Bly Manor' de Mike Flanagan.

Aunque pueda parecer que 'La maldición de Lake Manor', en función de su sinopsis y su material promocional, juega en la misma liga argumental de las series de Netflix, lo que realmente nos ofrece es un coming of age en el que el amor, y las punzantes aristas que encierran sus dos caras, es el motor principal que mueve un relato en el que el horror velado convive con algunos pasajes de gran sensibilidad y ternura.

A pesar de encontrarnos ante una cinta que se ajusta plenamente a los cánones del terror, tanto en premisa como en ejecución, opta por esa versión más contenida del del género en la que la ambientación y la incertidumbre se coronan por encima de todo lo demás. Progresivamente, la producción va liberando pistas entre anacronismos y pequeños detalles —en ocasiones algo tramposos— que logran mantener el interés a unos niveles altísimos durante unos ajustados 107 minutos que no evitan estancarse en la segunda mitad de su segundo acto.

Por suerte, el ansia de respuestas, sumada a un tratamiento formal magnífico —fantástica la dirección de fotografía de Emanuele Pasquet—, a un adecuado tempo pausado y casi contemplativo, y a las interpretaciones de la entrañable pareja protagonista, te mantienen a bordo en todo momento; y a pesar de poder resultar previsibles para el respetable más avezado, cuando llegan, las revelaciones son lo suficientemente arriesgadas como para dejar un sabor de boca inmejorable ante una muestra tan grande de amor hacia el género.

Via:Espinof

Comentarios