'Fauces de la noche': la aceptable película de Netflix mezcla 'Collateral, vampirismo y 'John Wick' con poca mordiente
Ya queda muy poco para le llegada de Halloween, pero en Netflix hace ya tiempo que empezaron sus esfuerzos de cara a conquistar al público esos días. Hasta ahora ya habíamos podido ver películas de terror como 'Nadie saldrá vivo de aquí' o 'Hay alguien en tu casa', pero llegarán bastantes más. La siguiente es 'Fauces de la noche', cuyo desembarco en la plataforma tendrá lugar este miércoles 20 de octubre.
Su propio título ya da a entender que el vampirismo va a ser el principal eje de 'Fauces de la noche', pero lo hace desde un enfoque más moderno que hasta cierto punto recuerda al punto de arranque de 'Collateral', lo único que aquí el conductor traslada sin saberlo a dos chupasangres en lugar de a un asesino a sueldo. El resultado no está mal, pero es una pena que vaya de más a menos y acabe casi agotada.
De más a menos
A priori, esperaba que 'Fauces de la noche' siguiera más el camino de '¡Jo, qué noche!' o algunas de sus herederas, pero lo cierto es que la película de Netflix parece más un intento de crear un universo en la línea del mundo de asesinos de 'John Wick' pero con vampiros y a punto de iniciarse una especie de golpe de estado llamado a ponerlo todo patas arriba.
Lo curioso es que los minutos más inspirados de 'Fauces de la noche' suceden antes de que el guion de Brent Dillon ponga todas las cartas encima de la mesa. En otros casos se podría hablar de estar mareando la perdiz, pero aquí se acierta al prestar atención al personaje principal interpretado por Jorge Lendeborg Jr., quien está muy inspirado sabiendo conseguir la simpatía del público.
Además, 'Fauces de la noche' muestra en esos primeros minutos su lado más juguetón, tanto en la forma de llevar la historia como en el trabajo de puesta en escena de Adam Randall -'iBoy'-. Ahí no estoy pensando solamente en aprovechar las posibilidades visuales de la noche en Los Angeles, pues antes ya hay ciertos detalles de cámara que dejan claro que no estamos ante una película hecha para solventar la papeleta lo antes posible.
Por desgracia, eso es algo más presente en el tramo inicial de película que después, incluyendo ese tramo final donde la película se desata, en parte porque no le queda otra. Es en ese tramo intermedio donde el motor de 'Fauces de la noche' se gripa, aunque justo es señalar que no lo hace de entrada.
Como apuntaba antes, hay algo en el universo que plantea 'Fauces de la noche' que recuerda al de 'John Wick', lo único que aquí se tira más de los altos mandos, dejando claro que existe una especie de sociedad mafiosa que ha permitido mantener hasta ahora el equilibrio entre los chupasangres. La secuencia en la que eso salta por los aires sí funciona bien, en parte por las apariciones especiales de Megan Fox y Sydney Sweeney, pero también porque aporta ese energía diferente que necesitaba la película para no repetirse antes del tiempo.
Poca mordiente
El problema es que a partir de ahí falta esa sensación de urgencia vital para ir metiéndonos de lleno en ese intento del personaje de Alfie Allen por hacerse con el control. Hasta entonces tenía lógica que los avances estuvieran sucediendo en segundo plano, ya que todo eso estaba vinculado al momento en el que el protagonista descubra la verdad, pero llega un punto en el que 'Fauces de la noche' se atasca y le cuesta horrores ir avanzando de forma satisfactoria.
Eso tiene varias consecuencias, como por ejemplo que el gran villano de la función encarnado por Allen -casualidad o no, también le vimos en la primera entrega de 'John Wick'- nunca consiga ese aura de maldad vital para la película. Sí, es el enemigo final, pero el inevitable enfrentamiento con él se siente más como un trámite en lugar de ser la gran culminación de lo visto hasta entonces.
Y es que 'Fauces de la noche' funciona mejor cuando potencia su lado más cotidiano, de ahí que esa visita a la abuela del protagonista encaje bien cuando en circunstancias normales no deja de ser otra parada más en el camino en lugar de atreverse a ir de lleno a por lo que habías sabido plantear con acierto. A cambio, todo lo relacionado con la rivalidad entre vampiros y humanos se siente demasiado intrascendente, sucediendo algo similar con la lucha por el poder de ese mundo sobrenatural.
Eso se traduce en algo curioso, ya que 'Fauces de la noche' no es una comedia, pero sí funciona mejor cuando lo cómico sobrevuela por ahí, porque es cuando más cerca está de sentirse como algo genuino. Tampoco ayuda que como película de terror carezca de mordiente alguna -aunque ahí sea justo reconocer que eso nunca parece interesarle lo más mínimo-, mientras que las escasas escenas de acción no son nada del otro mundo -ahí sí que ojalá se hubiese parecido más a 'John Wick'-.
Ahí lo que realmente falla es la aparente promesa de una gran explosión de acción y sensaciones que nunca llega. El encanto se difumina y todo acaba resultando mucho más convencional de lo que apuntaba. Con todo, aburrida no llega a hacerse, pero sí que es una oportunidad perdida de haber conseguido un pasatiempo diferente y especial en lugar de lo que acaba dándonos 'Fauces de la noche'.
En resumidas cuentas
'Fauces de la noche' es una película aceptable que muestra su mejor cara durante los primeros minutos. Luego no termina de saber muy bien qué es lo que quiere o simplemente no se atreve a llevarlo a sus últimas consecuencias. Con todo, Netflix tiene muchas películas peores -y también no pocas mejores-.
Via:Espinof
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