'Años de sequía': Eric Bana enmienda un correcto thriller criminal en el outback australiano con exceso de melodrama


 Se estrena 'Años de sequía' ('The Dry'), adaptación de la novela policíaca debut de la australiana Jane Harper, que se convirtió en un bestseller internacional en 2016 y ahora se presenta con un Eric Bana que ha estado ausente de la gran pantalla durante algún tiempo. Aquí ofrece una interpretación sólida en una historia de misterio con narrativa retorcida y tensa con los páramos del continente como protagonistas absolutos.

Bana interpreta a Aaron Falk, un agente federal que regresa a Kiewarra, su pueblo natal afectado por la sequía, después de una ausencia de dos décadas para asistir al funeral de su amigo de la infancia, Luke, quien supuestamente mató a su esposa e hijo antes de quitarse la vida. Aaron se queda a investigar por petición de los padres de Luke, sacando a relucir viejas heridas en la zona, relacionadas con la muerte de su amiga de la escuela, Ellie. El estrés de la sequía se une a las tensiones que se intensifican a medida que Aaron se acerca a la verdad.

Un misterio en un escenario tortuoso

El director Robert Connolly reproduce la intensa historia de la novela jugando durante todo el metraje con dos líneas narrativas separadas en el tiempo que convergen en el pueblo agrícola del outback australiano. Uno es un horrible asesinato y suicidio, el otro es una muerte misteriosa del pasado con Aaron de por medio, que está vinculada de alguna manera con el caso del presente. ‘Años de sequía’ es una historia de misterio criminal arquetípica que va revelando secretos oscuros poco a poco en un ambiente árido y violento.

Joe Klocek, BeBe Bettencourt, Claude Scott-Mitchell y Sam Corlett, interpretan las versiones adolescentes de un grupo de amigos a los que solo Bana y Genevieve O'Reilly interpretan a sus versiones adultas, aún vivos. Bana ofrece una actuación sólida con un hombre complicado, que parece que no quiere involucrarse, pero que es incapaz de detenerse. Su detective alterna la seriedad con una inteligencia analítica en sus movimientos que nos hacen dudar de él en algunos momentos, dado el territorio movedizo de secretos y pasados enterrados.

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‘Años de sequía’ tiene un poso de tensión premonitoria epidérmica que se diferencia del clásico misterio rural predecible a través de su atmósfera. La búsqueda del asesino se mantiene al límite no tanto por la cuadratura de su intriga sino por el escenario asolado por la sequía, cuya inhóspita sensación de deshidratación consigue hibridar la amargura del caso con la aspereza del entorno. Cada movimiento hacia la verdad por parte de Falk, es como encender una cerilla en un prado de paja seca a 40º.

Por debajo de sus posibilidades

La expiación de traumas pasados destapa heridas que abren perspectivas conflictivas que suman intensidad a un thriller que tiende a alargar su desarrollo mientras Falk entrevista a varios sospechosos, sin aprovechar al máximo el vasto paisaje que hace que el cine australiano de este género tenga un poder telúrico que aquí nunca hace acto de presencia, y a veces el enfoque personal hace que pierda el gancho del misterio.

Aunque la resolución golpea al espectador como un mazo, quizá no está a la altura de las expectativas que genera, quedando rezagada frente a otros misterios en el Outback recientes como ‘Murder in the Outback’ (2020), ‘Jack Irish’ (2016) o ‘Mistery Road’ (2018). Bana sigue siendo un actor suficientemente magnético como para que el viaje sea suficiente, pero a veces, el foco en sus relaciones en el pueblo tiende a contrarrestar la cualidad cinematográfica que sus localizaciones y el rodaje en exteriores implementa con un exceso de encuentros que caminan por el filo del drama de sobremesa.

The Dry 001 Eric Bana

La combinación del procedimental policial en un paisaje árido y el tono rural deprimente funcionan, pero teniendo ejemplos tan potentes como ‘Mare of Easttown’ este año, el conjunto no sale tan favorecido. ‘Años de sequía’ sabe cómo combinar el paisaje con el carácter de sus personajes, pero como la reciente ‘Sweet River’ (2020) no acaba de exprimir al máximo sus posibilidades y sus excelentes valores de producción, navegando en una corrección válida, pero no menos decepcionante.

Via:Espinof

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