Oscars 2022: Will Smith arrebató toda la atención a la triunfadora 'CODA' en la gala más larga de la historia
En un año en el que parece que no pasa nada ni lejanamente normal en el mundo, los Óscar aprovecharon para colar novedades polémicas cuando sabían que muy pocos nos íbamos a estar preocupando por ellos. Y así empezó la cascada de malas decisiones: el premio a la película popular (y su posterior troleo por parte de los fans de Camila Cabello y su, digamos, singular 'Cenicienta') era solo una antesala para uno de los momentos más vergonzosos de la historia de estos premios. Y no hace tanto de lo de Warren Beatty y 'La la land'.
Tristemente, y como sabríamos poco después, este no iba a ser el momento más vergonzoso de la gala.
Los premios a los no famosos
Mientras medio mundo estaba admirando la apolínea belleza descamisada de Timothee Chalamet y los famosos paseaban por la alfombra roja recibiendo los mismos comentarios de todos los años, en el interior se estaban dando los primeros premios con la misma pompa y ceremonia que un banquete de boda en el McDonald's.
Mejor sonido, montaje, diseño de producción y banda sonora (el mismísimo Hans Zimmer en su primer Óscar en 28 años) para 'Dune' (que empezaba la ceremonia ya con cuatro premios), mejor maquillaje y peluquería para 'Los ojos de Tammy Faye' (la mitad de la maravillosa actuación de Jessica Chastain, presente para felicitarles), mejor corto documental para 'The queen of basketball' y mejor corto para Riz Ahmed y 'The long goodbye'. Si lo que intentaban era dar visibilidad a los famosos, ese estrato social que tan mal lo está pasando estos últimos meses al recibir un diez por ciento menos de casito de lo habitual, les ha salido regular.
El primer (y último) premio español de la noche fue para 'El limpiaparabrisas', que venció a la mismísima Aardman en la categoría de corto de animación. Por supuesto, alguien en algún sitio decidió que privarnos de ver la recogida del premio en directo era una buenísima idea que traería nuevos espectadores a una ceremonia en absoluta debacle. Los experimentos con gaseosa nos han explotado en la cara.
Los premios se metieron en medio de la ceremonia con un copy-paste desvergonzadísimo, ahorrando unos cuatro o cinco minutos que gastar en vídeos homenaje, peleas innecesarias o chistes demasiado largos. Si pudimos ver algunos de los discursos más o menos a tiempo real fue gracias a gente como Kyle Buchanan en Twitter. Esto no debería ser así, y es normal, lógico y digno estar enfadado con la Academia por este giro absurdo que ha salido incluso peor de lo que ellos mismos esperaban. Tomad los premios de clase B, que ahora vienen los mayores y los que importan. Os los colaremos entre medias si eso. Después del momento más bajo de la historia de los Óscar modernos (hasta ese momento), comenzó la gala en sí. Una gala movida, divertida, entretenida... que acabó de la peor forma posible. Y tened en cuenta que empezó con una página de criptomonedas como patrocinador oficial.
Melissa McCarthy dijo que no
Las gemelas Williams presentaron 'Be alive', la canción de 'El método Williams' cantada por Beyoncé. Un inicio rarísimo (bonito, pero rarísimo) que mezcla un caballo, una pista de tenis, violines verdes y una actuación claramente pregrabada. Los Óscar de 2022, empeñándose en ser la gala que este año merecía. Alguien debió pensar "Vale, ya tengo la manera de que la gente se interese por los Óscar de nuevo: que se parezca lo menos posible a una gala de premios de cine". Y en esas estamos.
El inicio con las tres presentadoras se vio roto por DJ Kahled y un rap al que el propio Will Smith mira con cara de "Qué está pasando". Nadie lo entiende. No será lo único que Will Smith no entienda en esta gala. En el escenario, tres mujeres presentando "porque era más barato que pagar a un hombre": Amy Schumer (o como la conocen en Hollywood, "Melissa McCarthy dijo que no"), Wanda Sykes y Regina Hall, que dejan el pabellón mucho más alto que cualquier presentador de los últimos tiempos, recordando no solo a los olvidados de la ceremonia, como 'La casa de los acentos raros', sino también haciendo alusión a los premios ya entregados, risas a costa de Samuel L Jackson y los Globos de Oro. No hace que la decisión de relegar los Óscars menores al inicio sea buena, pero al menos se agradece que no hayan barrido debajo de la alfombra.
Los monólogos son bastante decentes y punzantes, algo sorprendente después de la gala sombría y apesadumbrada del año pasado. Las coñas con Leonardo DiCaprio, 'No mires arriba' y Aaron Sorkin son de nivel y se nota que el auditorio se lo pasa en grande. Es cierto que hay algo de reciclaje de chistes, pero sinceramente, es más de lo que esperábamos a estas alturas.
Tony Hawk presentando a James Bond
Empezamos con el premio a mejor actriz secundaria, cantadísimo para Ariana DeBose por 'West side story', con un emocionante discurso sobre encontrar su propia identidad a través del arte. Y hablando de arte, justo después llega el reencuentro de 'Los blancos no la saben meter', la película de la que nadie pidió un reencuentro. Los tres presentan el Óscar a mejor fotografía para, por supuesto, 'Dune'. El quinto de la noche, nada menos. Greg Fraser agradece que se lo hayan dado tan pronto para poder ir ya al bar. We feel you.
En un momento entre la vergüenza ajena y la incredulidad, Regina Hall sube al escenario a Timothee Chalamet, Tyler Perry, Simu Liu y Bradley Cooper para hacerse el test PCR más sexy del mundo (con referencia a nuestro Javier Bardem) y aprovecha para registrar a los siguientes invitados, Josh Brolin y Jason Momoa, que iban a presentar un clip del Óscar de sonido que se entregó una hora antes. Su papel de soltera desesperada parece sacado de una gala de Nochevieja de Jose Luis Moreno. Y es que aunque la gala funcionara, los momentos de vodevil podrían ser evitables.
El Óscar de efectos visuales, con chiste de Rachel Zegler sobre su presencia allí, recae, por sexta vez, en 'Dune'. No se llevará el premio a mejor película, pero ya ha ganado.
En algo que solo puede pasar en los Óscar pero que parece sacado de la televisión dimensional de 'Ricky y Morty', Tony Hawk y otros dos deportistas extremos (Shaun Williams y Kelly Slater) presentan un homenaje a James Bond. Para esto sí que había tiempo, ¿eh?
Singing foreign language
La siempre estupenda Stephanie Beatriz presentó 'Dos Oruguitas', de Lin-Manuel Miranda, interpretada por Sebastián Yatra. De 'Érase una vez... pero ya no' a los Óscar, con una puesta en escena que transformó el escenario de la gala en Colombia (bueno, más o menos). Como curiosidad, en los subtítulos de ABC durante toda la canción escribieron "[Singing foreign language]", no vaya a ser que alguien se pegue un susto leyendo un lenguaje que no sea el inglés.
Tras la canción de 'Encanto', tres princesas Disney en acción real se reúnen en el escenario para dar el premio a mejor película de animación, que se lleva 'Encanto'. Oh, la sorpresa. Los Mitchell se llevan el premio en mi corazón. Después, la gala nos sorprende con los cinco momentos más emocionantes de la historia, que por lo visto son de 'Matrix', 'Dreamgirls', 'Vengadores: Endgame', 'Spider-man: No way home' y 'La liga de la justicia de Zack Snyder'. Okey, makey.
Los cambios de música en directo durante la gala fueron francamente desconcertantes: tras un DJ que inició la ceremonia, Amanda Sykes presentó una banda en directo, como si de repente se transformara en 'Late motiv', solo que sin sentido ni motivo. Justo entonces aprovechó para presentar un clip de ella visitando el museo de los Óscar tan gracioso como, bueno, los momentos más vagos de 'Late motiv'.
Yuh-Jung Youn, la magnífica ganadora del año pasado por 'Minari', se disculpó de antemano por la manera en que iba a pronunciar el nombre de los actores secundarios. Para ser justos, lo hizo mejor que como pronunciaron el año pasado "Yuh-Jung Youn". El ganador, por supuesto, es Troy Kotsur, que tras un monólogo de humor en lengua de signos da las gracias a su padre paralizado. ¿El resultado? El propio intérprete acaba llorando a moco tendido. Menudo momentazo más maravilloso. Hasta este momento estábamos frente a la mejor gala en muchísimos años. Tampoco es que la barra estuviera muy alta.
Sí se canta de Bruno
Tiffany Haddish y Simu Liu, dos superhéroes (uno sale en películas Marvel y la otra es Tiffany Haddish) presentan el Óscar a mejor película internacional. Una vez más, cero sorpresas: ¿Quién se iba a imaginar que la única nominada a mejor película se llevaría también el Óscar a mejor película extranjera? Alegría en los cuarteles centrales de Filmin. Eso sí, que no falte poner la música después de diez segundos de discurso.
Tras la presentación de 'Somehow you do', de '4 días' (que aquí se estrenó directamente en Movistar+), la gala se para durante unos segundos en favor de Ucrania, un momento entre conmovedor y extraño en el que preguntarnos si la gala de los Óscar es realmente el mejor lugar para estas reivindicaciones, sobre todo cuando van seguidos de un anuncio de criptomonedas.
Mejor vestuario tenía que ser para Jenny Beavan por 'Cruella', su tercer galardón por una película que si algo tenía, además de una historia de orígenes innecesaria, era amor y dedicación por sus trajes totalmente over the top. Y hablando de una actuación over the top, John Leguizamo, tras un chiste sobre penes y Óscars, presenta la versión en directo de 'We don't talk about Bruno' porque, bueno, esto lo paga Disney. A la inefable canción le han añadido un rap y partes con Becky G y Luis Fonsi. "Vamos a arreglar lo que no está roto", se han dicho, mientras todos nos preguntamos por quñe han quitado premios para esto.
El Óscar de 'Ejército de los muertos'
La Disneyficación de la gala es un proceso a estudiar cuando otro clip muestra a BTS señalando las buenísimas películas que hace Disney, sin hilarlo o venir a cuento de nada. Los Premios Disney están yendo bien.
Al menos las presentadores hacen todo lo que pueden: la parodia que mezcla 'El método Williams', 'Los ojos de Tammy Faye' y 'Spiderman: No way home' en la que Amy Schumer, colgando del techo, aprovecha para pedir un papel en Marvel, es un momento atrevido y divertido aguado por lo que pasaría poco después.
Mejor guion es para 'Belfast', una película con la que nadie parecía contar ya pero que le ha dado el premio a Kenneth Branagh, que se lleva su primer (¡!) Óscar. Por su parte, mejor guion adaptado (efectivamente, ¿para cuándo una película basada en una receta de cocina o un baile de TikTok? La respuesta que esperamos es "Para nunca" pero la verdad incómoda es "Para dentro de cinco años") es para 'CODA', preparando su camino para el premio definitivo que, contra todos los pronósticos de hace un mes, se acabaría llevando.
De la emoción de 'CODA' al ridículo de las películas favoritas por el público. En este orden, ojo: 'Tick, tick... ¡Boom!', 'Spider-man no way home', 'Minamata', 'Cenicienta' y 'Ejército de los muertos'. Las cinco películas favoritas del público muestran que lo de Rodolfo Chiquilicuatre no es una cosa tan española como nos gustaría. El troleo ha sido precioso. Gracias por tanto, Óscars. Ver la decadencia en directo está siendo fascinante.
Por su parte, para cuando 'Sin tiempo para morir' presenta su canción, con una puesta en escena somera y aburrida, y salvada por Billie Eilish dándolo todo, la gente ya empieza a estar a otras cosas. Quizá las cuatro y cuarto de la mañana no es la mejor hora para escucharla, a tenor de los ojos de los espectadores españoles empezando a cerrarse.
Will Smith versus Chris Rock
Es una lástima que la batería de chistes, que funciona estupendamente, vaya a pasar muy rápido a un segundo plano: 'El último duelo' no vista por nadie, el regalo a Javier Bardem de un "Fungible Token", la frase inspiradora de Kim Kardashian dedicada a Judi Dench... El guion de la gala es muy sólido, la verdad, y recuerda al de años mejores.
Entonces, Chris Rock hace su aparición, con un guion algo incorrecto, muy en la línea de la gala... Hasta que, de pronto, un chiste sobre Jada Pinkett protagonizando 'La teniente O'Neil 2' hace que Will Smith se levante a pegarle. Aunque ABC ha censurado el sonido, en el resto del mundo se ha escuchado "¡Quita el nombre de mi mujer de tu puta boca!". Los rumores sobre un chiste pactado que ha salido mal incendian las redes aunque pronto queda claro que era todo verdad. Es un espectáculo bochornoso, raro e incómodo como un buen episodio de 'The office'. Cuando 'Summer of soul' se lleva el Óscar a mejor documental, por mucho que su director se emocione, todos estamos pensando en el sopapo de Will Smith.
El triburo a 'El padrino' por su cincuenta aniversario no llega en el mejor momento posible, y no solo por esa banda sonora remezclada con hip hop indigna de escuchar que han puesto al clip. Y eso que los Óscar lo dan todo: Francis Ford Coppola, Al Pacino y Robert DeNiro suben al escenario, poniendo al auditorio en pie y recordándoles su propia mortalidad.
Y nunca mejor dicho, porque justo después llega un In Memoriam que le pese a quien le pese ha estado muy bien pensado, con los amigos de los que dejan detrás hablando de ellos (bueno, de los más conocidos) y a un ritmo poco ceremonioso pero al mismo momento emocionante. Ha recibido críticas de todo tipo en Twitter pero al menos han intentado hacer algo diferente en un momento que siempre cae en los mismos errores. En todo caso, todos estamos hablando todavía de si lo de Will Smith ha sido cierto o no. Teorías de la conspiración hasta en el soplamocos de los Óscar.
Un defensor de su familia
Durante un rato, todos dejamos de hablar de Will Smith (aunque no pensemos en otra cosa) para irnos al Oscar a mejor canción, pero todo nos empezó a saber a poco sin un par de guantazos por el camino. Al final, 'No time to die' ganó a 'Dos Oruguitas', que sí es un poco guantazo a las expectativas.
La gala se convirtió oficialmente en la más larga de la historia mientras Kevin Costner contaba la primera vez que vio una película para adultos: una de cowboys, 'La conquista del oeste'. Tras varios minutos de turra más dramática de la cuenta, el premio a mejor dirección tiene nombre femenino por segundo año consecutivo: el de Jane Campion por 'El poder del perro'. She is the campion. Algo ha cambiado en Hollywood para siempre, por suerte... Y no solo es la cara de Chris Rock.
John Travolta (totalmente calvo), Samuel L Jackson y Uma Thurman entran en los Óscar al ritmo de 'You never can tell', de 'Pulp Fiction'. Travolta y Thurman no paran de bailar y Jackson habla de lo que hay dentro del famoso maletín de la película de Tarantino. Este buen rollo contrasta con lo que está a punto de pasar.
El Oscar a mejor actor cumple las expectativas, para terror de la Academia: Will Smith se besa con Jada y sube a recibir el premio como si nada hubiera pasado. "Richard Williams era un feroz defensor de su familia", dice, lloroso, sabiendo que todos los ojos están puestos en él, para después ponerse a hablar de dios. Hollywood parece que le ha perdonado, pero si su carrera se va al traste para siempre no nos extrañaría.
Smith pide perdón a todo el mundo... Menos a Chris Rock. "El amor te hace cometer actos locos", dice. Vaya que sí. Tras el discurso más incómodo de la historia de los Óscar y un actor inmolándose en directo, habrá que ver si la gala puede recobrar nuestra intención para los últimos dos premios.
Esto se acaba
"¿Me he perdido algo? Hay un ambiente diferente", dice Amy Schumer en el último corte antes de los dos premios más importantes. Después de mezclar un poco de aquella manera los premios honoríficos con la guerra de Ucrania, Anthony Hopkins, que no puede evitar hacer una referencia al temita de la noche, aparece para dar el premio a mejor actriz, llevándose una sonora ovación. Aunque tenemos todos los dedos cruzados por Penélope Cruz, sorprendentemente no vale de nada y al final es Jessica Chastain la que se lleva el gato al agua.
Llega el momento: Lady Gaga y Liza Minelli presentan el Óscar a mejor película. Liza está en su silla de ruedas, en un emocionantísimo momento para celebrar el 50 aniversario de 'Cabaret'. Cuando la mítica actriz se pone nerviosa, Lady Gaga se acerca para susurrarle "I got you" y sacarnos una lagrimita in extremis.
Obviamente, después del devenir de la gala, el premio a mejor película es para 'CODA'. Lo que hace un mes parecía ciencia ficción, al final se ha cumplido con un pleno, confirmando que los Óscar son absolutamente impredecibles desde hace unos años. Dicen que han visto a Ted Sarandos quemando el Dolby Theatre y esperando a ver si se hace un 'La La Land' de casualidad.
Hasta el año que viene
Si algo han demostrado los Óscar de 2022 es que se puede hacer una gala emocionante, divertida e imprevisible, y que todo quede empañado por un segundo: Will Smith ha marcado unos premios en los que 'CODA' y 'Dune' han ganado, nos han ocultado premios, han pasado toda clase de estrellas, Amy Schumer se ha comido la gala y, al final, Netflix ha perdido (bueno, excepto el premio a película popular para 'Ejército de los muertos').
¿Qué espera al futuro de los premios? ¿Y al cine? ¿Y a la carrera de Will Smith? Eso nos lo dirá el tiempo. Solo hay una cosa clara: ¡El año que viene volveremos a estar aquí para contarlo!
Texto:RANDY MEEKS
Fotos/Via:Espinof
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