De colaborar con J.J. Abrams a 'The Batman': dentro del cine de Matt Reeves, el último renegado del blockbuster actual
Se estrena en HBO Max el gran bombazo del cine de lo que llevamos en 2022, ‘The Batman’, la nueva visión del mítico personaje de DC de casi tres horas con la que Matt Reeves ha conseguido hacer olvidar los fiascos del snyderverso, que cada vez parece más un tropiezo pasado para Warner, tras haber conseguido desmarcarse de la rivalidad Marvel haciendo justo lo que estos han hecho desaparecer, la diversidad de miradas gracias a dar espacio a sus creadores.
La voz más potente en llegar a la compañía ha sido Reeves, el nombre detrás de ‘Monstruoso’ (Cloverfield, 2007), ‘Déjame entrar’ (Let Me In, 2011) y las magistrales entregas finales de la trilogía ‘El origen del planeta de los simios’, tanto ‘El amanecer del planeta de los simios’ (Dawn of the Planet of the Apes, 2014) como ‘La guerra del planeta de los simios’ (War for the Planet of the Apes, 2017). Su versión del héroe de Gotham está dotada de una gran personalidad y confirma su versatilidad para hacer suya cualquier nueva versión, secuela, adaptación o visita a un género conocido.
Pasión cinéfila y trabajo
Su tamiz hace que cualquier franquicia preexistente que pasa por sus manos sea devuelta en forma de una película inteligente que ofrece todas las garantías de éxito que las exigencias de gran estudio sobre sus inversiones millonarias han convertido en un molde para el blockbuster actual, pero sin tomar por estúpidos a los espectadores y forzando las limitaciones de calificación de edad para ofrecer películas de tono adulto con un sello de autor muy marcado, sin nada que envidiar a otros como Denis Villeneuve o Christopher Nolan.
Sin embargo, el cine de Reeves es menos reticente que el de otros a seguir conectado con su lado más salvaje, con una carrera muy ligada al cine de género, la serie B y las dinámicas del terror, la ciencia ficción, o el thriller. Es un cineasta cinéfilo que ha recibido consejos de grandes como Steven Spielberg y Francis Ford Coppola, y es fanático de los comentarios de creadores en ediciones domésticas, un apasionado que convirtió su amor por las películas en oficio a una edad temprana, produciendo cortos amateur de 8 mm inspirados en ‘El planeta de los simios’ y ‘Star Wars’.
Incluso conoció a su viejo amigo y colaborador J.J. Abrams cuando ambos tenían 13 años y presentaban trabajos para una exhibición local de acceso público local, con lo que no sería extraño que la película ‘Super 8’ (2011) de aquel tuviera inspiración en esos días de rodajes caseros. Reeves llamó la atención de la industria por primera vez con su premiado corto ‘Mr. Petrified Forrest’ después de graduarse de la prestigiosa escuela de cine de la USC. Comenzó en Hollywood cuando un guion que escribió en la universidad con su compañero de clase Richard Hatem fue comprado por Warner Bros.
Abrazando la oscuridad
Reeves no tenía intención de hacer películas sobre monstruos y superhéroes, de hecho su debut como director fue la comedia romántica ‘Mi desconocido amigo’ (The Pallbearer, 1996), protagonizada por David Schwimmer y Gwyneth Paltrow, e incluso fue uno de los creadores de la popular serie de televisión ‘Felicity’, haciendo de director y productor ejecutivo junto a su viejo socio y co-creador J.J. Abrams, que sería el artífice definitivo de su salto a la fama en el cine cuando le facilitó la dirección del aclamado éxito de terror y ciencia ficción ‘Monstruoso’ (Cloverfield, 2007).
Esta sorprendente mezcla de found footage y kaiju, que no dejaba de ser su propio remake de ‘Godzilla’, fue realmente una película independiente que la pareja estrenó en el cine a través de Paramount. Fue realizada de forma muy rápida, pero su presupuesto de gama media de 30 millones de dólares estableció un récord nacional para un estreno en enero y recaudó más de 175 en todo el mundo. Esto le abrió un nuevo camino, y si la propia película es una comedia romántica “pervertida” por la irrupción de una criatura, su carrera pasaría también de ese mismo género a otro.
Su siguiente película fue aún más oscura. Una nueva versión escalofriante de la película sueca de vampiros ‘Déjame entrar’ que consiguió hacer más turbia que la original, por muy innecesaria que fuera. Ambientada en un Los Álamos invernal de 1983, hace honor al tono de arte y ensayo de la primera, enfocando más su trama a un dinamismo comercial pero más sórdido, también con el asesinato de la piscina como clímax final, pero más definido dentro del arco del protagonista, ya que la novela original de John Ajvide Lindqvist tenía incluso más detalles sobre la infancia dolorosa y humillante del niño.
Una saga visionaria
Para Reeves, la parte importante es la vida del chico, por ello habló mucho con Lindqvist, quien le dijo que el libro estaba inspirado en su propia niñez traumática, con lo que quiso trasladar ese trance a una opresión que convierte su existencia en una historia de terror, dejando los primeros matices de conexión con su ‘The Batman’, la película de la que se encargaría cuando Ben Affleck abandonó su proyecto. Para el director no era la primera vez, ya que reemplazó a Rupert Wyatt como director de la secuela de ‘El origen del planeta de los simios’ en Fox.
Fue en esta saga en donde Reeves realmente demostró su altura en Hollywood al llevar ‘El amanecer del planeta de los simios’ a tener el mismo éxito de taquilla y público, conduciendo la trilogía centrada en César (Andy Serkis) hacia una amalgama del cine clásico de los años 60 y 70 con connotaciones religiosas, convirtiendo el camino de los monos en una verdadera epopeya de ciencia ficción a medida que estalla la guerra contra los humanos desesperados por las calles de San Francisco en un futuro no muy lejano.
Reeves colaboró con Serkis y Weta Digital, cambiando la forma en la que el cine con actores virtuales puede integrarse en la narración, evitando que el “efecto especial” sea una herramienta de lanzar a la pantalla, y más un elemento más que interacciona con la historia, lo que hizo buena su búsqueda general de tanto realismo como fuera posible, para dibujar un mundo en el que los enfrentamientos entre dos pueblos que intentan ocupar el mismo pedazo de tierra, y las campañas nacionalistas armadas, en conflictos por terreno compartido, reflejaran la política de la época.
Dualidad moral y el conflicto de la venganza
Una lucha de minorías oprimidas en riesgo de convertirse en minorías opresivas, la presencia de armamento militar desplegado en medio de una ciudad estadounidense, mientras sus calles se incendian, o la construcción de un muro por un loco populista por parte de “los otros”. Inmigración, jaulas con niños y temas visionarios que definían un momento de la historia que estaba teniendo lugar justo después de haberse rodado. Por no hablar de la idea de una gripe ficticia que destruye comunidades humanas, creando un caldo de cultivo para los fascismos.
Pero los temas de las dos películas de simios de Reeves también tenían mucho que ver con el periplo del nuevo Bruce Wayne. En todo momento se muestra la batalla dentro de cada personaje entre la violencia y su intento de entregarse a ella o navegar hacia la empatía, así como Batman lucha entre su sed de venganza, su encarnación de la oscuridad o la luz que guía a todo el pueblo de Gotham, tal y como César se convierte en el moisés de los suyos, tras conseguir sobreponerse al instinto que le hace animal, esas ganas de venganza de Koba que le hacen saltar la ley de “mono no mata mono”.
Esa tentación hacia el mal de sus protagonistas también está ya en Owen de ‘Déjame entrar’, que fantasea con matar a sus matones. La moral gris se extiende hasta su Enigma, un extremista con buenas intenciones, pero cuya motivación final no es tanto crear una Gotham más justa y libre de políticos mezquinos, sino perpetuar su venganza personal y llevar hasta las últimas consecuencias su plan megalómano. Toda la gama visual de oscuros, lluvia y rincones ciegos acompaña esa visión uniforme en todas sus películas.
Vida inteligente en el blockbuster actual
Reeves aún no tiene una obra que aparezca de una idea propia, o una elección personal que haya sido consensuada en colaboración con un estudio, pero se las ha arreglado para consolidar una carrera emergiendo como autor dentro de un sistema cuadriculado, acumulando éxitos de taquilla que nunca han sido un impedimento para ofrecer un gran cine que no huye de la realidad, de la política, y trata de expresar ideas profundas a través de una voz única y un talento conceptual y visual que no se ha apartado de la excelencia en ningún momento.
Quedan proyectos en el aire como su película de vampiros ‘The Passage', que iba a ofrecer una mirada parecida a la línea de los infectados de ’28 días después’ (28 Days Later, 2002) y un proyecto de ciencia ficción original llamado ‘La mujer invisible’, que no tenía nada que ver con la invisibilidad, sino más bien con un estudio de personaje sobre una ex reina de belleza que se dedica a la delincuencia para proteger a su familia, que el director lleva queriendo hacer muchos años y ha definido como “hitchcockiano”.
De momento su futuro está en el aire, aunque todo indica que volverá a Gotham para una secuela de su éxito, como poco en su proyecto junto a J.J. Abrams, una nueva serie animada de Batman con Bruce Timm. En cualquier caso, Matt Reeves es hoy uno de los directores de gran cine de estudio más importantes y rebeldes, de los pocos llamados a dar dignidad y fortaleza al concepto de blockbuster contemporáneo, aunque sea desde dentro del problema de la monotonía superheróica que viene teniendo en la última década.
Texto:JORGE LOSER
Fotos/Via:Espinof
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