REVIEW: The Last of Us 1×02 – Infected.
SPOILERS A CONTINUACIÓN
Tras su espectacular arranque de la semana pasada, The Last of Us empieza su aventura en el mundo exterior con su segundo episodio, ‘Infected’, escrito por Craig Mazin y Neil Druckmann, con el segundo de ellos, el director creativo de la saga de videojuegos en la que se basa, en la dirección. Mazin fue el responsable de dirigir el piloto y es ahora su socio quien toma las riendas, una decisión más que acertada ya que visto lo visto ambos han cumplido sobradamente con las expectativas generadas. Este capítulo es una declaración de intenciones en toda regla, una asoladora muestra de lo que es el «Universo The Last of Us». Sobre todo para el público que no conozca el videojuego, la poderosa muerte de Tess ha sido sin duda alguna el primer gran shock de la serie. Y para el resto casi que también. Una cosa es saberlo, otra es verlo. ¿Quién se lo esperaba? Solo llevamos dos episodios y ya nos han dado en todo el corazón. También nos hemos reído mucho con Ellie pero… si acabamos de empezar. Quedan muchísimas cosas por ver, mucho mundo por explorar, y muchos personajes por conocer. Estamos avisados.
Si el primer episodio empezaba con un pequeño prólogo décadas antes de los eventos que transcurren en la serie, este lo hace con un flashback que nos lleva a pocos días después de que se detectara el virus. En Jakarta, septiembre de 2003, las autoridades indonesias acuden a la Dra. Ibu Ratna (Christine Hakim), profesora de micología de la Universidad de Indonesia, para que, como experta que ha dedicada a su estudio toda su vida, examine unas muestras de Ophiocordyceps halladas en humanos y posteriormente el cuerpo de dónde se extrajo la misma. Tal y como nos habían contado en el piloto, estos hongos eran incapaces de sobrevivir en nuestro cuerpo… hasta ahora. Aterrada por su hallazgo y por los devastadoras consecuencias del brote surgido en una fábrica de grano y harina de las afueras, Ratna deja absolutamente claro a los militares que la acompañan que ni hay cura, ni vacuna, ni nada parecido para este virus. ¿La única solución? Una medida tan drástica como escalofriante; bombardear la ciudad para intentar contenerlo, algo que luego averiguamos que también se hizo en otras ciudades de todo el mundo, con éxito en algunas, como por ejemplo en Boston (Massachusetts).
De aquí saltamos de nuevo al presente (2023), a la mañana después de que Joel, Ellie y Tess lograran escapar de la Zona de Cuarentena. Una escena maravillosa, llena de significado. Ellie en la luz, Joel en la oscuridad, y Tess en medio. Un plano para enmarcar. Ambos tienen muchas preguntas sobre la mordedura del brazo de la pequeña y ella, impertinente y rebelde, pocas ganas de contestarlas… aunque lo acaba haciendo. La niña les explica que fue mordida hace semanas sin haber desarrollado la enfermedad. Desde entonces, Marlene (Merle Dandridge) y los luciérnagas (Fireflies) la habían tenido encerrada, a la espera de ver si la acababa desarrollando. El resto ya lo sabemos, el objetivo era llevarla hacía el oeste, a una base de la organización en la que se estaba intentando desarrollar una cura. Esa es la misión actual de Joel y Tess, llevarla a dicho lugar, aunque para lograrlo tendrán que cruzar una Boston llena de ruinas y escombros, acechada por corredores y otro tipo de monstruos que tanto Ellie como nosotros descubriríamos en breve. Para hacerlo hay dos rutas, la larga, por un hotel inundado, y la corta, a través de un museo abandonado.
Cuándo el primer intento -la ruta larga- resulta imposible de atravesar, el grupo no tiene más remedio que adentrarse en el museo, cuya azotea tiene una salida que les llevará al otro lado. «¡Esto no es una mina, es una tumba!». ¿Os acordáis de esta expresión cuando en la primera película de ESDLA sus protagonistas deciden entrar en las Minas de Moria? Pues es perfectamente aplicable al edificio que tienen que cruzar. Nada bueno les espera y Joel y Tess parecen ser conscientes de ello. Sus oscuros pasillos albergan nuevas criaturas. La tensión está presente en todo momento. Y aquí es donde la serie nos introduce a los Chasqueadores (clickers), la tercera fase de los infectados, unos monstruos ciegos considerados como los más peligrosos de todos. Esta fase empieza cuando el sujeto lleva más de un año y medio infectado por el hongo Cordyceps y dura hasta que se transforma en un Hinchado (Bloater). En esta, los hongos han remplazado casi por completo el rostro del receptáculo. Menos la boca, han brotado enormes protuberancias producidas por el hongo. Debido a esto, los Chasqueadores son totalmente ciegos y tienen que utilizar la ecolocalización para poder moverse en su entorno. Para utilizar esta habilidad, producen grotescos chasquidos. Joel y Tess acaban logrando matar a los dos con los que se encuentran, aunque Ellie es mordida por segunda vez tras una pelea con uno de ellos. Minutos después descubriremos que no fue la única.
Tras lograr salir del museo, llegan a la zona en la que los luciérnagas debían estar esperándolos, por no hay nadie. Una camioneta vacía es lo único que se encuentran, justo enfrente del Ayuntamiento. Dentro, un vestíbulo lleno de cuerpos. Uno de ellos había sido mordido y el resto… bueno, el resto cayó por su propio peso. Mientras Joel y Tess debaten cuál será su siguiente paso, llegamos al momento cumbre del episodio; Ellie se da cuenta de que Tess ha sido infectada, mordida en el cuello por uno de los Chasqueadores del museo. ¡BOOM! De repente Joel se queda sin su fiel compañera y nosotros sin la MVP de la serie hasta ahora. En una escena tremenda, cargada de lágrimas y emoción, Tess le ruega a Joel que lleve a Ellie con Bill (Nick Offerman) y Frank (Murray Bartlett), que siga adelante, que lo haga por ella, por la esperanza, que continúen con su camino, dispuesta y convencida de sacrificarse para contener a la multitud de Corredores que estaban a punto de derribar la puerta. Tess se agarró al futuro para redimirse. Desde fuera, Joel y Ellie son testigos de la enorme explosión provocada por la que a partir de este preciso momento sería uno de los grandes motivos para seguir sin mirar atrás. Tess ya no estaba con ellos, se habían quedado solos, pero aquí empezaba su legado.
Aquí la serie ha introducido dos cambios importantes respecto al videojuego, el primero nos lo cuentan y el segundo lo usan de ejemplo práctico para que lo entendamos. Los Chasqueadores son capaces de comunicarse entre ellos a grandes distancias gracias al hongo que les ha infectado, el cual se ramifica bajo tierra causando una especie de ‘efecto llamada’. Si uno te ha descubierto, otros vendrán a por ti. Enseguida. Parece que es el concepto elegido para compensar la decisión de -al menos en esta temporada- no incluir la infección por esporas. En el juego, las esporas son la principal forma de transmisión del Cordyceps. Estas son emitidas directamente por tocones ya desarrollados, enormes hongos regularmente adheridos a las superficies de muros y techos de lugares fríos, húmedos y excluidos de los rayos solares. El propio Neil Druckmann ha comentado esta semana que introducir esa idea en televisión les parecía inviable, poco realista, aunque no descartaban darle un giro de cara al futuro. Lo del ‘efecto llamada’ lo vemos en la muerte de Tess, la cual también ha sufrido algunas modificaciones respecto al videojuego. En él, Tess también había sido mordida en el museo, pero la diferencia es que en vez de Corredores en este eran soldados los que iban a por ellos. Tampoco hizo explotar el vestíbulo con gasolina y granadas. Decidió luchar contra ellos y antes de su muerte consiguió matar a dos soldados. Mientras Joel y Ellie huían, escucharon a Tess gritar cuando los soldados la mataron a tiros. Joel también vio el cadáver de Tess mientras escapaban. La elección de Mazin y Druckmann me parece bastante acertada en este caso, no solo porque plasma el horrible peligro que supone que los monstruos puedan comunicarse, también le añade un plus de terror y humanidad a toda la secuencia. La escena en la que Tess queda cara a cara con el infectado, consciente de que la muerte ha llegado de forma definitiva a su puerta, con el encendedor en la mano, la llama que no prende, la manera en la que este se le acerca y une su boca conla suya… unos segundos llenos de simbolismo y fuerza, una forma heroica de dejar este mundo. La televisión tiene que transmitir y aquí lo consigue a lo grande.
Por lo demás, este segundo episodio sirve como otro fiel reflejo de lo que es ‘The Last of Us’, otro homenaje/adaptación que cumple con el mismo propósito que el primero, mostrar a los fans de la saga que todos y cada uno de los detalles están cuidados hasta el último milímetro y acabar de poner en marcha la aventura que seguiremos durante las próximas semanas. Se acabaron las medias tintas. Esto va en serio. Nada ni nadie está a salvo de ser devorado. Nos quedamos sin Anna Torv, pero la vida sigue. Y tanto que sigue. Game on.
NOTA DEL EPISODIO: 9.3/10
Texto:Chris Patterson
Foto/Via: Loving Series
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