'The Mandalorian' y el destino del Sable oscuro ejemplifican el gran problema de la serie de Star Wars en Disney plus
La semana pasada terminó en Disney+ la temporada 3 de 'The Mandalorian' y todavía retumba en mi cabeza, para bien y para mal, algunas cuestiones vistas en esos minutos finales. Y el destino del ancestral sable luz mandaloriano, la "Darksaber" o "Sable oscuro" es algo que tiene más significado de lo que parece. Por cierto, a partir de aquí spoilers.
Digo de lo que parece porque apenas parece haberse dado importancia al hecho de cómo en ese enfrentamiento final con Moff Gideon (Giancarlo Esposito), la mítica espada ha sido destruida (o todo lo destruida que puede estar algo hecho con béskar).
El poder de la historia, pero no de las normas
Con todo lo que pasa en el episodio es hasta normal eso... pero en realidad la aparente falta de repercusiones en torno a ello hace que tengamos que dar la razón a Moff cuando dice que "la espada no tiene poder, lo tienen las historias".
Porque el hecho de que se destruya tan preciada arma con la que se ha estado dando vueltas durante temporadas completas y no pase nada habla de una pérdida de trascendencia importante en Star Wars. Lo cual es peligroso en un universo fundamentado, precisamente, en reglas y tradiciones milenarias.
'The Mandalorian' es, en este sentido, curiosamente iconoclasta y decidida a saltarse sus propias reglas (ya sean de la serie en sí o de Star Wars en general) por pura conveniencia de la historia. Si bien reconozco que me gustó bastante el tramo final de esta temporada, a poco que rasques, se ve cómo muchas motivaciones y cuestiones cambian prácticamente de la noche a la mañana.
Este es el camino, hoy
Al ejemplo del sable oscuro y su "hace una temporada no la quise coger pero ahora sí a pesar de que no hayan cambiado las circunstancias" se añade también el "This is the way, pero mañana es otra cosa". El camino del Mandalore, que también se ha ido amoldando al interés de la historia que querían contar Filoni y Favreau.
Por un lado se resuelve enseguida esta reunión de facciones enemigas de por vida de Mandalorianos. Es cierto que hay un objetivo común y una necesidad de unión pero sorprende que, más allá de una reyertita suelta, parezcan que diferencias de décadas se hayan evaporado mágicamente. Por otro lado, si bien creo bueno un poco de "heterodoxia" y ampliar el abanico, si nos descuidamos en breve con ponerte el casco es "this is the way".
Hay que reconocer que, desde el principio, parte de 'The Mandalorian' gira precisamente a enfrentar el credo con la situación. De personajes que van aprendiendo a saber cuándo renunciar a las normas ancestrales y modo de vida en pro de la supervivencia (la primera vez que vemos el rostro de Din Djarin, por ejemplo). De los "verdaderos creyentes" y "hermanos caídos".
El problema que acarrean estos dos aspectos es que al juguetear tanto con ellos le quitan ya no trascendencia, sino peso emocional a los momentos clave que quieren mostrar... y eso es perjudicial tanto para la historia como para el espectador.
Texto:ALBERTINI
Foto/Via: Espinof
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